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Emma Watson y Daniel Brühl contra Pinochet y los nazis

La británica y el alemán protagonizan una película sobre un centro de represión de la dictadura chilena

Fotograma de la película ‘Colonia’.
Fotograma de la película ‘Colonia’.

La historia de Colonia Dignidad es tan fascinante como el argumento de una de las mejores ficciones de Roberto Bolaño. El escritor chileno la describió en La literatura nazi en América como un enclave alemán en la zona central de Chile cuyo recelo hacia el mundo exterior solía ofuscar la imaginación de sus vecinos: “Se hablaba de orgías paganas, de esclavos sexuales y ajusticiamientos secretos. Testigos presenciales no del todo fiables juraban que en el patio principal no se alzaba la bandera chilena sino la enseña roja con el círculo blanco y la cruz gamada negra”. Las mismas maledicencias la definieron como un centro de detención y torturas durante la dictadura de Augusto Pinochet. El director alemán Florian Gallenberger, ganador del Oscar a mejor corto en 2001, ha materializado esta cinematográfica historia en su más reciente película, Colonia, protagonizada por Emma Watson y Daniel Brühl.

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Los actores interpretan a una joven pareja alemana contraria al régimen militar chileno que se instauró tras el golpe de Estado contra Salvador Allende. La policía secreta secuestra al fotógrafo que caracteriza Daniel Brühl para encerrarlo en los calabozos de la colonia. Su esposa, Watson, entra para salvarlo y descubre que la crueldad y la violencia de sus prácticas superan ampliamente las de los mitos que la rodeaban. Un antiguo militante de las juventudes hitlerianas, Paul Schäfer, dirigía el lugar con puño de hierro y una moral endeble que le permitía torturar y forzar sexualmente a menores de edad. Tres décadas después, a los 79 años, sería condenado a 20 de prisión por violar o abusar de 25 niños.

“También se decía que allí habían estado ocultos Eichmann, Bormann, Mengele”, escribió Bolaño sobre los rumores de la presencia nazi en el lugar. “En realidad el único criminal de guerra que pasó unos años en la Colonia (dedicado en cuerpo y alma a la horticultura) fue Walther Rauss, al que luego se quiso vincular con algunas prácticas de tortura durante los primeros años del régimen de Pinochet”. El exoficial de las SS Walther Rauff, de quien se estima que asesinó a unos 97.000 judíos y rusos, vivió, en efecto, un pacífico retiro en Chile hasta su muerte, pero nunca se pudo comprobar su colaboración con los militares chilenos.

El viaje a este asentamiento germánico que se fundó tras el fin de la Segunda Guerra Mundial removió una de las fibras más íntimas de la infancia de Daniel Brühl, recordado por sus papeles en películas como Good Bye, Lenin!, Los edukadores e Inglourious Basterds (Gloriosos bastardos). “En mi caso, siempre tuvimos contacto con Chile. Mis padres fueron bastante activos políticamente. A finales de los años 70, cuando yo nací, ayudaron a una familia de Chile. Cuando era pequeño jugué mucho con chicos chilenos sin entender la dimensión política”, declaró el actor a la Deutsche Welle la semana pasada durante el estreno de la película en Berlín. Las dos Alemanias recibieron cerca de 7.000 refugiados políticos provenientes del país sudamericano después del golpe militar.

El filme, sin embargo, señala la supuesta complicidad de la Embajada alemana con los golpistas y la existencia de Colonia Dignidad como centro de represión política. “En Chile están trabajando mucho más sobre esto. Son los alemanes los que quieren apartar al público de lo que pasó allí”, aseguró el director Gallenberger a la agencia DPA en el último Festival de Cine de Toronto, en el que la crítica fue bastante dura con la producción. “También por eso quise hacer esta película, para echar luz sobre este capítulo tan oscuro”, sentenció.

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