Manuel Escribano corta una oreja en su confirmación en Plaza México
El subalterno Mauricio Martínez Kingston, herido en el tórax, supera una segunda intervención
El diestro español Manuel Escribano confirmó ayer domingo su doctorado en la Monumental Plaza México, en un festejo en el que se llevó el mejor lote, que le permitió saludar desde el tercio tras la lidia de su primer toro y pasear una oreja del quinto; el diestro mexicano Fabián Barba, muy torero toda la tarde, saludó desde el tercio y dio la vuelta al ruedo con bronca al juez por no darle la oreja. Tarde anodina de su paisano Víctor Mora, que se fue en vacío.
Con una floja entrada y tiempo excelente, templado y sin viento, se lidiaron cinco toros de La Punta, desiguales en tipo, peso y condiciones de lidia, protestado el primero y el sexto; el que abrió plaza, con cierta clase, pero falto de emoción, y el quinto, tardo en sus embestidas, fueron los mejores. Completó la corrida un toro de San Marcos, que salió en segundo lugar, con problemas visibles.
Escribano abrió plaza al confirmar la alternativa, con el toro 71 del hierro original, con peso, pero sin trapío, de nombre Cielo. Bien el torero con el capote y banderillas, aunque sin rayar a gran altura. Faena de torero, pero un pinchazo, estocada y descabello le hicieron perder la oreja, y se tuvo que conformar con saludar en el tercio. Al quinto lo bregó bien, lo banderilleó con más exposición y le cuajó una faena en la que entendió muy bien a su enemigo, toreando sobre ambos pitones. Lo mató de estocada trasera, le concedieron una oreja y recibió algunas protestas injustas.
Barba lució toda la tarde seguro, torero y firme, y su actuación fue de mucho mérito. El segundo no era fácil, el torero jamás dudó y aguantó embestidas descompuestas para someterlo; una fea estocada hilvanada y una estocada entera redujo el premio a una ovación. Con el cuarto, que no dio opciones, volvió a estar torero y decidido, y la gente respondió. Sufrió el percance de un puntazo en el escroto, del que fue curado, y volvió a aparecer en el ruedo. Tras una estocada, la petición de oreja no fue concedida por el protagonismo del juez Jorge Ramos, que fue abroncado. Dio la vuelta al ruedo.
Víctor Mora, mal y de malas. Con el tercero, otro toro que no sirvió, se le vio voluntarioso, pero con poco rodaje y desconfiado en muchos momentos. Mató pronto, y su labor fue silenciada. Con el sexto, protestado por su poca presencia, estuvo desafinado, y dio muchos pases, pero sin fondo. Mató de estocada y dos intentos de descabello. Silencio.
El subalterno herido supera otra intervención
El subalterno mexicano Mauricio Martínez Kingston, víctima de una grave cornada el pasado jueves en la plaza de México, ha sido sometido a una segunda cirugía de tórax que ha superado favorablemente. Según el doctor Rafael Vázquez, el paciente, de 53 años de edad, salió bien del quirófano, y ha comenzado a evolucionar de manera favorable en la sala de cuidados intensivos del hospital donde lo atienden de la capital mexicana. Aunque se mantiene en estado grave, Martínez Kingston ha mostrado avances y hay optimismo en cuanto a su recuperación, de acuerdo con el parte médico.
El banderillero sufrió una cornada en la axila izquierda penetrante de tórax al inicio de la lidia del quinto toro de la corrida y que le correspondía al torero Xavier Ocampo; de urgencia fue llevado a la enfermería de la plaza con un cuadro de extrema gravedad con una enorme hemorragia. De inmediato fue sometido a una cirugía de urgencia para salvarle la vida y después de 48 horas, el equipo que lo atiende decidió reparar los "planos del tórax", que habían quedado pendiente en la primera cirugía, de emergencia. La cornada fue en el hemitórax izquierdo y lesionó medio pulmón, que ya le extrajeron, además de dejar al descubierto el corazón, y provocó otras lesiones, entre ellas la fractura de siete costillas.
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