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Gravísima cornada a un subalterno local en la Monumental de México

Mauricio Martínez Kingston sufrió una herida que le alcanzó el pulmón y el corazón

Una gravísima herida en el tórax, con lesiones en un pulmón y el corazón, sufrió el subalterno mexicano Mauricio Martínez Kingston en el quinto toro de la noche, en el tercer jueves taurino de la temporada 2015-2016 en la Monumental Plaza México.

Martínez Kingston sufrió una gran cornada en la axila izquierda, con profusión de sangrado, y de inmediato fue estabilizado para ser intervenido en el hospital Mocel por el doctor Rafael Vázquez Ballod.

El dramático percance sucedió en el quinto toro, cuando el astado Sangre Nueva, de la ganadería de San Marcos, sacó espectacularmente del burladero al subalterno, y sin que sus compañeros pudieran hacerle el quite, el toro volvió a empitonarlo cuando estaba en el suelo, y nuevamente lo lanzó por los aires, pero ya con la cornada.

Fueron momentos verdaderamente dramáticos, pues el torero yacía en la arena, todo desmadejado y sin conocimiento hasta que las asistencias lo trasladaron a la enfermería para su atención inmediata.

El festejo registró una entrada pobre en una noche agradable, sin el frío de las anteriores, y en el que tomaron parte los mexicanos Alfonso Hernández El Pali, Alfredo Gutiérrez, Juan Fernando, Christián Ortega, Javier Ocampo y Salvador López.

Se lidiaron seis toros excelentemente presentados de San Marcos, una corrida complicada, salvo el cuarto de la noche, que fue un toro con buena clase.

El Pali confirmó la alternativa de manos de Gutiérrez y estuvo muy por arriba de su enemigo, con momentos buenos; mató pronto y saludó desde el tercio.

Gutiérrez lució su experiencia y logró, sin conjuntarlos, destellos de buena calidad; concluyó de dos intentos y saludó una ovación en el tercio.

Juan Fernando confirmó el doctorado de manos de Ortega, y lució con entusiasmo, pero se notó su poca actividad taurina. Escuchó palmas.

Ortega, con el mejor toro, realizó la faena más estructurada en su conjunto con tandas, sobre todo con la mano derecha, muy buenas, pero no estuvo fino con el acero. Salida al tercio.

Ocampo, en cambio, actuó con desconfianza, ante un toro que al inicio de la faena hirió al subalterno Kingston. Mató pronto, y su labor fue silenciada.

López estuvo valiente ante un toro que no era nada fácil, y el público aplaudió su voluntad y buenos deseos de agradar.

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