Los Grammy Latinos homenajean a Víctor y Ana, Pablo Milanés y Djavan
Los premios honoríficos a toda una carrera inauguran la fiesta de la música iberoamericana en Las Vegas
Todo el mundo tiene sus mitos. El miércoles por la mañana, la cantante española Ana Belén se declaraba emocionada de haber conocido a la leyenda argentina del jazz Gato Barbieri. La Academia Latina de la Grabación los puso a ambos a la misma altura, junto con el brasileño Djavan o el cubano Pablo Milanés al entregarles el premio a toda una carrera en una ceremonia en Las Vegas, Estados Unidos.
El Premio a la Excelencia inaugura las ceremonias de dos días de los Grammy Latinos en Las Vegas. Reconocen toda una carrera. El año pasado lo obtuvieron Los Lobos, El Dúo Dinámico o Ney Matogrosso. Los artistas son reconocidos por una Academia que representa a todo el mundo iberoamericano de la música en español y portugués, con sede en Miami y a miles de kilómetros de los lugares en los que han triunfado.
En los minutos previos, Víctor y Ana recordaban para EL PAÍS lo que ha significado Latinoamérica en su carrera. “Empecé a viajar a Latinoamérica en los setenta”, decía Víctor Manuel. “Latinoamérica es de una fidelidad extrema a la gente que le gusta o que en un momento determinado ha conseguido tocar su corazón con una canción, con dos o con cinco. Volver es una felicidad, es como renovar la sangre”.
Ana Belén se declaraba agradecida por la “generosidad enorme” que siempre han encontrado a este lado del Atlántico y que el miércoles les llevaba por primera vez a la ciudad del espectáculo. Además, ambos recordaron que México los acogió entre 1972 y 1973, cuando salieron del país por problemas con la dictadura.
Para la pareja española era su primera vez en Las Vegas después de medio siglo de carrera artística. No habían estado nunca, ni por motivos profesionales, ni por ningún otro. La noche anterior cenaron con Miguel Bosé, veterano de estos premios y figura de primer nivel en la industria musical latina de EE UU. En la cena estaba también Pablo Alborán. “Comentaban la cantidad de veces habían estado nominados y no habían recibido premios”, contaba Víctor Manuel sobre el relativo desconocimiento en España de los Grammy Latinos.
Actualmente, el megaevento musical de Las Vegas es la única opción para un artista español de obtener un reconocimiento de nivel, reconocía la legendaria pareja artística. “La industria está muy deprimida. Los premios de la música hace años que no se dan, los que daba la Sociedad General de Autores también se acabaron y ahora solo quedan los que se otorgan las radiofórmulas”, decía Víctor Manuel en la alfombra roja.
Compartían escenario con otras cinco estrellas iberoamericanas. La mayoría, amigos personales de la pareja como Djavan y Milanés, con quienes han grabado, o la dominicana Ángela Carrasco. Por detrás de ellos en la alfombra roja se movía lentamente un argentino de 82 años con bufanda y sombrero y un extraño aire cool. “Me ha emocionado conocer a Gato Barbieri”, confesaba Ana Belén. “Es mítico”. Preguntado por su salud, el nombre más famoso del jazz argentino, después de 62 años de carrera declaró a Efe en la alfombra roja que se encontraba “entre la pampa y la vida”.
El brasileño Djavan dio las gracias por “despertar todos los días con la voluntad inmensa de seguir haciendo música con placer y con amor”. La dominicana Ángela Carrasco, afincada en España desde los años setenta, dio las gracias emocionada (“crees que tienes controlado esto de subirte a un escenario, y resulta que no”) a la persona que más impulsó su carrera, Camilo Sesto. Rafael Ithier recogió el premio en nombre de El Gran Combo de Puerto Rico, formado en el auge de la salsa en la época de West Side Story y que ha adoptado el sobrenombre de la universidad de la salsa. Tiene 90 años y asegura que le quedan “20 o 25 más de carrera”.
Por el lado de la industria, los premios también homenajearon al uruguayo Federico Britos, al venezolano Chelique Sarabia, que aprovechó para hacer un discurso diciendo que “más buenas noticias como esta vienen a Venezuela en las elecciones de diciembre”, y a un ingeniero de sonido de leyenda, el chileno Humberto Gatica.
La gran diva de Las Vegas, Celine Dion, subió al escenario para darle el premio e hizo un discurso emocionado sobre lo mucho que Gatica la había ayudado en su carrera. “Hay pocos momentos en la vida en que se pueda honrar a alguien que te ha ayudado”, dijo Dion. Él la convenció de grabar en inglés cuando no sabía inglés. “Yo era frágil y él me hizo sentir a gusto. No es habitual en esta industria”. El chileno recordó sus colaboraciones con Quincy Jones o con Michael Jackson y en un vídeo homenaje recibió saludos de Lionel Ritchie, Alejandro Sanz y Michael Bublé. Con Celine Dion sobre el escenario, Las Vegas cerraba con su propia versión de lo que es el glamour mientras en un inmenso teatro del hotel MGM empezaba a sonar, como si tal cosa, La Puerta de Alcalá.
Babelia
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