Mark Murphy, cantante de jazz
Músico de músicos, grabó medio centenar de discos y terminó convirtiéndose en un icono del ‘acidjazz’
Para Kurt Elling era “una especie diferente y poderosa”; un cantante más allá de las modas, el eslabón perdido entre los crooners del pasado y los actuales vocalistas de jazz. Mark Howe Murphy murió el pasado 22 de octubre, a los 83 años de edad, en la localidad de Englewood, Nueva Jersey. La causa del fallecimiento no ha sido notificada.
Nacido un 14 de marzo de 1932, Murphy trabajó como comediante y vendedor de juguetes antes de trasladarse a Nueva York, siguiendo el consejo del showman Sammy Davis Jr. El futuro astro del jazz se gana el sustento cantando por los clubes y como actor, en la compañía de Gilbert y Sullivan. Por dos veces se presenta al concurso para cantantes aficionados del teatro Apollo; las dos veces finaliza en un honroso segundo puesto. En 1956 vio la luz su álbum de debut, Meet Mark Murphy. Dos años más tarde trasladaría su residencia a Los Ángeles, decidido a impulsar su carrera como cantante. Llegaría a editar tres discos para el sello Capitol, el mismo en el que grababa su ídolo, Nat King Cole.
De vuelta en Nueva York, registra Rah, junto a un elenco de estrellas del jazz encabezadas por el pianista Bill Evans. En él, Murphy pone palabras a la música de Horace Silver (Doodlin) y Miles Davis (Milestones); lo que en jazz se conoce como vocalese. La leyenda subterránea del cantante de voz abaritonada comienza a circular con sus apariciones en diversos clubes de quinta categoría: “Los prefiero porque allí nadie me dice lo que tengo que hacer”. En 1963 conseguirá el mayor éxito de su carrera con la versión un tanto almibarada de Fly Me to the Moon. Su vida, por lo demás, sigue su propio rumbo.
Una larga estancia en Londres durante los años sesenta le permitirá convertirse en uno de los primeros cantantes de jazz en versionar las canciones de los Beatles. En 1973, el por entonces presidente de Muse Records, Joe Field, ofreció al cantante la posibilidad de grabar para su compañía a su entero gusto. Fruto del acuerdo fueron 23 discos, incluyendo Bop for Kerouac, de 1981, y Kerouac Then and Now, editado cinco años más tarde, en los que Murphy adapta los textos del novelista al lenguaje del jazz.
La llegada del nuevo milenio sorprendió a Mark Murphy con el pie cambiado. El veterano jazzista pasará a vivir casi exclusivamente de los royalties que le proporcionan su medio centenar de discos, incluyendo los numerosos refritos. Su nombre volvería a la luz de los escenarios convertido en un icono del acid-jazz gracias al gurú del género, Gilles Peterson. En 2002, Murphy pasó a formar parte de Four Brothers, junto a sus colegas Kurt Elling, Jon Hendricks y Kevin Mahogany.
Babelia
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