‘Amazing Grace’ se le atraganta a Aretha Franklin en el cine
La reina del soul impide el estreno de un documental sobre su vida por desavenencias económicas con la productora
Aretha Franklin ha cantado por igual para el papa Francisco o para sus millones de seguidores. Su interpretación de himnos como Amazing Grace ha hecho de ella la reina del soul, una voz capaz de dar el alma que se merece a este popular góspel que escribió en el siglo XVIII el poeta John Newton. Pero también es ella quien ha enmudecido ahora las notas de un tema por siempre asociado a un sentimiento de liberación, ya sea espiritual o personal, con la denuncia que ha dejado en el limbo el documental que lleva este mismo título.
El filme que dirige Alan Elliot fue rodado hace 43 años por el ahora fallecido Sydney Pollack. Las imágenes incluyen el concierto de góspel que Franklin ofreció en 1972 en la iglesia baptista New Temple Missionary de Los Ángeles. Dos noches de música y soul en las que Pollack, novato aunque había recibido su primera candidatura al Oscar, filmó para la historia la grabación de un álbum que se convertiría en un doble platino gracias a sus ventas a lo largo de los años. Pollack todavía estaba con vida cuando el compositor y productor musical Elliot desempolvó las 20 horas grabadas entonces para darle el lustre merecido a este trabajo en forma de un documental que no pudo llamar más que por su nombre: Amazing Grace.
El documental incluye imágenes de un histórico concierto de 1972 grabadas por Sydney Pollack
Sin embargo, a las puertas de su estreno el documental está en un limbo legal. “No debería hablar de ello pero hay problemas”, indicó Franklin a un periódico antes de conseguir que se frenara la exhibición de la cinta gracias a una orden judicial. El efecto dominó fue inmediato. Primero el Festival de Telluride y luego el de Toronto retiraron la cinta de su programación a riesgo de sufrir consecuencias legales si no lo hacían dado que la orden prohíbe la exhibición del documental.
En Hollywood este tipo de amenazas legales son más comunes de lo que parecen. De hecho este mismo año y días más tarde de la retirada de Amazing Grace de su programación, el Festival de Toronto eliminó de su cartelera el estreno de otra cinta, London Fields, la adaptación de la novela homónima de Martin Amis que dirige Matthew Cullen con Amber Heath como protagonista y en la que también participa su esposo, Johnny Depp. “Esperamos que este tema se resuelva de una forma positiva y que el público tenga la oportunidad de ver el filme”, fue todo lo que dijo un portavoz del Festival de Toronto cuando confirmó que se cancelaba el estreno de London Fields. El “tema” es la demanda que presentó su director, el novel Matthew Cullen, contra los productores de su primera película. En su denuncia acusa a Chris Hanley y Jorden Gertner así como las compañías Muse Productions y Nicola Six Limited de actuar de forma “fraudulenta” incluyendo en el montaje final del filme contra su voluntad “imágenes incendiarias evocando el 11-S”, preparando “de forma clandestina su propia versión de la película” e incumpliendo pagos con el director. Un caso legal que todavía está a la espera de resolución.
"No se trata de que no me guste, porque el filme me gusta", dice Franklin, que quiere 880.000 euros por adelantado por el uso de las imágenes
Según fuentes cercanas a Franklin, en el caso de Amazing Grace el problema es principalmente económico. La reina del soul quiere llegar a un acuerdo por el que reciba 880.000 euros como pago inicial por la utilización de las imágenes de su concierto. Unas imágenes que Pollack, fallecido en 2008, filmó para Warner Bros y con las que Elliot trabajó para producir este documental sin autorización de la intérprete.
“No se trata de que no me guste, porque el filme me gusta”, añadió la leyenda del góspel para complicar más las cosas en una entrevista previa a la orden judicial. Para entonces Franklin ya había demandado a Elliot en 2011 por uso indebido de su imagen, disputa que quedó resuelta fuera de los tribunales. El realizador, que hipotecó su casa para afrontar los gastos de su documental, asegura que su trabajo está cubierto por un contrato firmado entre Warner Bros, Atlantic Records y la propia Franklin en 1968. Un tema para decidir en los tribunales que según indica este martes el semanario Entertainment Weekly podría estar más cerca de un final feliz ahora que ambas partes se han sentado a negociar. Por el momento, el futuro de Amazing Grace sigue a la espera de un estreno que permita a este documental encontrar a su público y quizá aspirar a un Oscar en esta categoría como apuntan fuentes de esta industria.
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