De Madrid a Lisboa por río
Un aventurero surca el Jarama y el Tajo hasta su desembocadura en Portugal
Las aguas de los ríos Jarama y Tajo han llevado un acompañante inédito hasta su unión con el océano Atlántico durante 19 días. Subido a una tabla de surf, con un remo y con entre 12 y 15 kilos de material a bordo, Antonio de la Rosa ha enlazado Buitrago de Lozoya con la plaza del Comercio en Lisboa por vía fluvial. "Pensé que sería más sencillo, pero la falta de agua en algunos tramos y el fuerte viento que ha soplado en varias etapas han jugado en mi contra", asegura el aventurero nada más terminar su enésimo reto. 911,6 kilómetros después y tras pasar por zonas en las que tuvo que desmontar su tabla y caminar con ella a cuestas, De la Rosa proclama: "Objetivo conseguido".
"Esta aventura se me ocurrió hace tres años, cuando recorrí parte del río Tajo en Extremadura con unos amigos que recaudaban fondos para el Sáhara", asegura el vallisoletano con alma madrileña. Desde los 18 años, cuando opositó a una plaza de bombero de la Comunidad de Madrid, ha vivido en el centro de la Península. Desde 2010 está en excedencia. No es el primer reto extremo que se plantea: en diciembre ganó la Rames Guyane (4.700 kilómetros remando en solitario por el océano Atlántico desde Senegal a Guayana Francesa). Tardó 64 días.
La osadía de recorrer el Jarama y el Tajo hasta Lisboa le ha costado de 8.000 a 10.000 euros
De la Rosa había planeado hacer una media de 60 kilómetros diarios, lo que implicaba remar entre 10 y 12 horas diarias, pero las dos primeras jornadas condicionaron su hoja de ruta. Las barreras naturales –ramas, troncos, zarzas, rápidos- que se encontró en el Jarama antes de llegar a Algete (Madrid) lastraron su avance. Así, De la Rosa ha completado el trayecto en un día más de lo previsto, pero no se lamenta por ello. "He disfrutado muchísimo, he sufrido también mucho y me llevo historias increíbles de personas y lugares que me ido encontrando", reconoce.
La osadía de recorrer el Jarama y el Tajo hasta Lisboa le ha costado de 8.000 a 10.000 euros, según sus cálculos. La Comunidad de Madrid, de la que es embajador de Turismo, varios patrocinadores y él mismo –tiene una empresa de multiaventura en la Sierra Norte de Madrid- han proporcionado el presupuesto. El peor momento del recorrido llegó dos días antes de arribar a Lisboa. En las aguas portuguesas del Tajo, De la Rosa tuvo que hacer frente a un intenso viento del Oeste en contra durante seis horas, la misma dirección hacia la que él remaba. "Terminé con el brazo izquierdo muy recargado", asegura. La última jornada tampoco ha sido sencilla: "Veía que ya no me quedaba nada y la bajamar me ha dejado sin agua un buen rato a 15 kilómetros del final".
Pero no todo ha sido sufrir: "El final de las jornadas, cuando veía a mi novia esperándome en una orilla o en un camino cercano al río, era un momento especial". Y es que a los mandos de una caravana, su pareja, ha hecho de coche escoba. Allí dormía y reponía fuerzas tras las intensas jornadas sobre la tabla. Aun así, no todos los días ha dormido bajo techo. El primer día lo hizo en un saco en la presa de la Parra (Madrid).
Lo que más ha sorprendido al vallisoletano es la falta de caudal y la contaminación en muchos puntos
Encima de la tabla, cuya parte inferior es hinchable, ha llevado material de repuesto, un botiquín, ropa de cambio, comida, bebida y el saco de dormir. No siempre ha podido surcar las aguas del río. En los puntos donde era impracticable, desmontaba la tabla, la cargaba a cuestas y caminaba hasta un punto más propicio. De un cinco a un diez por ciento del recorrido total. Lo que más ha sorprendido al vallisoletano es la falta de caudal en muchos puntos y la contaminación, sobre todo en Castilla-La Mancha. Cuenta que incluso se llegó a encontrar un cable electrificado cruzando el Jarama de una orilla a otra cerca de Ciempozuelos (Madrid).
La llegada el pasado domingo a Lisboa ha sido especial. De la Rosa ha terminado los más de 900 kilómetros de travesía subiendo por las escaleras donde los antiguos monarcas portugueses desembarcaban. Le esperaba la plaza del Comercio, en la que estuvo emplazado el Palacio Real de Ribeira hasta su destrucción en 1755 a causa de un intenso seísmo. Allí también se inició el levantamiento militar que derrocó al régimen salazarista en 1974, en la Revolución de los Claveles.
De la Rosa recuerda con especial aprecio el tramo de río en el que fue acompañado por un grupo de piragüistas de Aranjuez. Acaba de concluir su aventura y ya está pensando en el próximo objetivo: ser campeón de España de aguas bravas. Después, en 2016: ser el primer humano en cruzar el Polo Norte y el Polo Sur el mismo año.
Babelia
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