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Las figuras salen a hombros, pero no llenan ni en Huelva ni en El Puerto

El toro con trapío y encastado salió en Azpeitia, con el hierro de Pedraza de Yeltes

Los diestros Julián López El Juli, Miguel Ángel Perera y Alejandro Talavante salieron a hombros junto al mayoral de la ganadería de Santiago Domecq en el triunfal tercer festejo de la Feria de Colombinas de Huelva.

Por su parte, Enrique Ponce y José María Manzanares hicieron lo propio en la plaza de El Puerto de Santa María, en la que Morante solo pudo lucirse con el capote ante una desfondada y deslucida corrida de Juan Pedro Domecq.

Ni en Huelva ni en la localidad gaditana se llenó la plaza a pesar de que estaban anunciadas las figuras más destacadas del escalafón actual. Sí se lleno, sin embargo, en la torista localidad de Azpeitia, una plaza de tercera, donde salió una muy bien presentada y encastada corrida de Pedraza de Yeltes -que rozó los 600 kilos de peso-, en la que sobresalió el cuarto, al que se le premió con la vuelta al ruedo. Destacaron Juan del Álamo, López Simón y, en menor medida, Javier Castaño.

En Huelva, con casi tres cuartos de entrada, se lidiaron toros de Santiago Domecq, el cuarto como sustituto de uno de Ana María Bohórquez, que se rompió una mano, y el sexto también sobrero, aceptablemente presentados, justos de fuerzas, pero que, en general, dieron buen juego; destacaron segundo y cuarto, según informa Efe.

Julián López El Juli: estocada (dos orejas); y pinchazo y bajonazo (ovación tras aviso); Miguel Ángel Perera: estocada (oreja con fuerte petición de la segunda) y estocada (dos orejas), y Alejandro Talavante: estocada contraria y caída (oreja); y estocada (oreja).

Los tres toreros salieron a hombros junto al mayoral de la ganadería.

El Juli cuajó una excelente tarde en Huelva. Al primero de su lote le instrumentó una variada faena con ambas manos demostrando mando, dominio y mucha estética para acabar muy bien con la espada.

Con el cuarto realizó un larguísimo trasteo; aprovechó la bondad de su oponente, y se lució en el toreo al natural. Pudo haber conquistado un gran triunfo, y redondear así su excelente tarde, pero falló con la espada.

Perera también rayó a gran nivel. Destacó con el capote a sus dos oponentes, tanto en los recibos como en los quites. A su primero le cuajó una buena faena sobre ambas manos, destacando el toreo con la mano izquierda, que hizo vibrar los tendidos. No se explica cómo el presidente no quiso concederle la segunda oreja.

En el quinto, tras lucirse en un quite por chicuelinas y tafalleras, comenzó con circulares de rodillas una faena, argumentada en el toreo fundamental sobre ambas manos, con redondos y naturales muy jaleados por los tendidos.

Talavante se encontró en primer lugar con un animal de escasa fuerza, al que, tras iniciar faena con ayudados por alto, cuajó sobre todo al natural. La faena al sexto fue de inspiración total. Pendulazos, improvisados redondos y naturales en un conjunto abrochado por manoletinas y rubricado a la primera con una estocada.

Corrida deslucida de Domecq en El Puerto

Corrida deslucida de Juan Pedro Domecq la que se lidió en El Puerto de Santa María, que, sin embargo, no impidió el triunfo y la salida a hombros de Enrique Ponce y José María Manzanares.

Con tres cuartos en los tendidos, se lidiaron toros de Juan Pedro Domecq, desiguales de presentación, descastados y sin clase alguna.

Enrique Ponce, ovación y dos orejas; José Antonio Morante de la Puebla, división de opiniones y división de opiniones, y José María Manzanares, ovación y dos orejas.

El primer toro de Ponce se negó a galopar. Poco fuelle, pero cómodo para el torero. La apertura por bajo fue una colección de carteles, con un cambio de mano cargado de majestad. Todo quedó ahí. El descastado burel se negó a pasar más.

En el segundo de su lote, a pesar de tener la embestida pastueña y apenas transmitir peligro, Ponce templó con la diestra, con la figura espigada. Surgió así una tanda tras otra mientras el respetable jaleaba. Una faena larga e inédita con la zurda. Mató bien y cayeron las dos orejas, a pesar de que no existió toreo fundamental en la faena.

Morante recibió con clasicismo a la verónica a su primer toro. Avanzando despacito, y con el compás levemente abierto. Un prodigio. Y una media con otra abelmontada para rematar que crujió la plaza.. En la faena de muleta sólo destacaron algunos derechazos como consecuencia de la falta de raza del toro.

Su segundo toro fue un burraco al que volvió a mecer a la verónica. Pinturería y empaque a raudales. Lo llevó al caballo con bellos delantales, pero todo quedó ahí. También el toro llegó a la muleta sin casta ni movilidad, y el trasteo careció de interés.

Manzanares logró hacer sonar la buena música de la banda de El Puerto en su trasteo muleteril a un toro chico y con la embestida desordenada, y en el que al torero alicantino le faltó colocación.

El sexto llegó a la muleta con algo de más movilidad. Circunstancia que aprovechó el torero para instrumentar muletazos con la diestra en la que destacaron los pases de pecho. Iniciaba las tandas dándole salida al toro hacia afuera para rematar los dos últimos muletazos con más reunión. Fue, quizá, la labor más maciza de la tarde.

Toros encastados en Azpeitia

Los diestros Juan del Álamo y Alberto López Simón cortaron una oreja cada uno en el cierre de la feria de Azpeitia (Guipúzcoa), en una tarde en la que el tercer toro de Pedraza de Yeltes fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre.

Con lleno en los tendidos, se lidiaron seis toros de Pedraza de Yeltes, bien presentados, encastados y de interesante comportamiento, a excepción del complicado y peligroso primero. Destacaron la emoción del tercero y, sobre todo, el cuarto, premiado con la vuelta al ruedo.

Javier Castaño, silencio y ovación; Juan del Álamo, oreja y ovación, y Alberto López Simón, oreja y silencio tras dos avisos.

Por último, en la ciudad francesa de Bayona dos personas resultaron heridas al saltar el cuarto toro al callejón.

Con tres cuartos de entrada se lidiaron toros de Montalvo, el tercero como sobrero, bien presentados y de juego dispar.

Manuel Escribano, ovación en ambos; Jesús Martínez Morenito de Aranda, silencio y oreja e Iván Fandiño, ovación y oreja.

El cuarto toro saltó al callejón y mandó a dos personas a la enfermería: al fotógrafo Roger Martin, que sufre una herida inciso contusa en los testículos, y al presidente de la Federación Nacional de Sociedades Taurinas Paul Ricard, que sufre una fractura abierta de tobillo. Iván Fandiño también sufrió un corte en la mano a la hora de entrar a matar al tercero.

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