Al Oscar se le atasca el castellano
Tras una presencia casi continuada de actores hispanos en la lista de nominados en los últimos 15 años, la ausencia de un intérprete con apellido castellano ha sido lamentada
“El cártel mexicano ha tomado el mando”, exclama Alejandro González Iñárritu a este periódico con el mismo humor mordaz que contiene su última película, Birdman. “Han comprado los festivales, la crítica y, ahora, Hollywood”, añade como explicación al éxito de su cinta en los Oscar donde defiende el mayor número de candidaturas, un total de nueve, empatada con El gran hotel Budapest. El aspira a tres: película, director y guión, esta última categoría compartida con los argentinos Nicolás Giacobone y Armando Bo y el armenio Alexander Dinelaris. “Nada es más neoyorquino que nuestra mezcla, discutiendo en español o en inglés y escribiendo en modo bilingüe o spanglish”, continúa jocoso el mexicano de 51 años.
En una edición en la que los galardones más preciados del cine son criticados por su falta de diversidad, Birdman ha devuelto a la memoria ese año de gloria, 2007, en que “los tres amigos” como fueron bautizados Alejandro, Guillermo Del Toro y Alfonso Cuarón dominaron los Oscar con un total récord de 18 candidaturas defendidas por hispanos. En esta ocasión acompañan a González Iñárritu sus compatriotas Emmanuel Lubezki (mejor fotografía) y Martín Hernández (mejor montaje sonoro). Además está el cortometraje documental mexicano La Parka que dirige el nicaragüense Gabriel Serra. Y en la categoría de mejor película en lengua no inglesa, la producción argentina con participación española Relatos salvajes quiere repetir los éxitos de este país en esta misma categoría con La historia oficial (1995) y El secreto de sus ojos (2009).
Pero como explica su amigo Del Toro, aunque el lugar de nacimiento es una realidad ineludible ellos se ha criado con “manga japonés, películas de Hollywood y literatura europea”. De ahí que el término hispano no sea más que un intento de marcar una distinción. “Siempre los hay que quieren poner una etiqueta a lo que no es más que una coincidencia”, afirma Iñárritu más serio.
No reniega del talento de los suyos, es más quiere subrayar el “gran momento” del cine mexicano recordando nombres de directores como Carlos Reygadas, Fernando Eimbeck, Gerardo Naranjo o Amat Escalante. Pero no quiere leer más en las candidaturas. Para eso están otros no demasiado contentos. Como dijo el actor y productor Edward James Olmos a la prensa, los hispanos están para que se hable de ellos, no para contar con ellos. “Se les da por sentado”, afirma el también activista subrayando que su escasa presencia en Hollywood duele más “viniendo de una cultura que se gasta tanto en cine”.
Sus palabras están apoyadas por un estudio publicado por The Wrap que señala que los hispanos compraron con sus entradas el 25 por ciento de la taquilla estadounidense pero su presencia en las producciones de Hollywood se limita a un 4,9 por ciento de los personajes. En la Academia tan sólo un 2 por ciento de sus más de 6.000 miembros son hispanos. “Es increíble”, declaró Alex Nogales, al frente de la Coalición Nacional Hispana que culpa de esta ausencia no sólo a la Academia sino a la falta de inclusión por parte de la industria.
¿Es Hollywood lo suficientemente mexicano? Porque en Los Angeles lo difícil es no contratar a un mexicano Chris Rock, humorista
Cuarón se convirtió el pasado año en el primer realizador hispano con un Oscar en sus manos. “Es el abuelo”, vuelve a bromear González Iñárritu del mayor de “los tres amigos”. Lo obtuvo con Gravity, película que también le ganó su primer Oscar a Lubezki tras seis candidaturas. Si las quinielas se cumplen puede que el tándem mexicano se repita a la hora de la victoria, esta vez uniendo al “chivo” como se conoce al director de fotografía con “el negro”, mote del director. “Nos llamamos de todo, mentado a nuestras madres y mencionado todos los fluidos corporales imaginables”, resume Lubezki de la relación laboral y personal que le une a Alejandro.
Pero tras una presencia casi continuada de actores hispanos en la lista de nominados en los últimos quince años, de Javier Bardem a Salma Hayek, Benicio del Toro o Adriana Barraza, Demian Bichir, Penélope Cruz o Catalina Sandino Moreno, la total ausencia de un intérprete con apellido castellano ha sido lamentada, ya sea el del guatemalteco Oscar Isaac por su reconocido trabajo en El año más violento o Gael García Bernal por Rosewater. Como preguntó en una carta abierta a Hollywood el humorista Chris Rock, “¿es Hollywood lo suficientemente mexicano? Porque en Los Ángeles lo difícil es no contratar a un mexicano”.
Babelia
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