“Este es un país en descomposición”
Escritores y artistas mexicanos en la FIL se suman al clamor por la tragedia de Iguala
Una de las primeras vistas que recibe a cada uno de los cientos de miles de visitantes de la Feria del Libro de Guadalajara es una pancarta oficial: “La FIL se solidariza con los familiares y amigos de los estudiantes desaparecidos y de los fallecidos en Ayotzinapa, Guerrero, y condena el clima de violencia. Hoy más que nunca impulsemos la palabra como el mejor recurso que tiene el ser humano”.
La tragedia de Iguala, la emboscada ordenada por el alcalde José Luis Abarca, coludido por el narcotráfico, y ejecutada en parte por la policía bajo sus órdenes, según las primeras investigaciones, planea sobre la feria. Y los ecos de los seis muertos y 43 estudiantes de Magisterio desaparecidos retumban en sus pasillos. A requerimiento de EL PAÍS, intelectuales, escritores y artistas unen sus voces a la indignación que recorre México desde hace más de dos meses.
ELENA PONIATOWSKA
Premio Cervantes 2013. “Esta es una historia de ladrones sin que haya buenos, no hay más que malos. Se ha producido un hartazgo, el país ha sido tomado por grupos mafiosos; los presidentes municipales se han corrompido a morir. Y también pueden decir que estamos muy tristes… A partir del Gobierno del presidente Miguel Alemán [1946-1952] este país fue el de Alí Babá. México es ahora un Estado que arranca hacia otra era de crisis; esperemos que el camino se enderece, que este país no se frustre y que la educación nos salve. De momento, la imagen de la gente noble saliendo a las calles ya es estimulante”.
FERNANDO DEL PASO
Escritor, diplomático y académico. “Todo indica que vivimos en un país donde se puede hacer desaparecer a la gente impunemente y eso es muy grave. México padece una barbarie intermitente desde siempre y no creo que esta situación se resuelva fácilmente. México necesita de una educación nueva, distinta y de ser posible menos nacionalista”.
JUAN VILLORO
Escritor, ensayista y periodista. “Este es un país de Pedro Páramo, donde los muertos tienen más vida que los vivos. Un país en descomposición; se ha roto el tejido social y el Estado mismo está haciendo aguas; se ha perdido la soberanía en partes del territorio; y estamos dominados en algunas zonas por narcotraficantes y paramilitares. Los gobiernos locales no son parte de la solución sino del problema; confundieron y confunden lo público y lo privado, y el Gobierno participa de negocios que son parte esencial de la corrupción. Ahora, a las corrupciones políticas y económicas se suma la impunidad. Por eso el gran desafío es pasar a la legalidad. Ha habido alternancia democrática pero solo de usos del poder. Ahora hay que cambiar el tablero de juego. Se ha producido una saturación emocional de indignación, que ha ganado la empatía de la gente. Ahora el problema es saber qué hacer con esa empatía, cómo convertirla en una consecuencia política que se enfrente al descrédito. Sí, la gente está en pie de guerra, desde Chicharito a cantantes populares como Saúl Hernández. Nosotros, la gente de la cultura, hemos ido a la zaga. México está al borde del estallido. ¿Qué pasará luego? ¿Habrá más atentados? ¿Seremos como la Colombia de las FARC?”.
ENRIQUE KRAUZE
Historiador, intelectual y ensayista. “El impacto de Ayotzinapa tiene que ver con la brutalidad misma del hecho y con que las víctimas eran estudiantes. Esto ha removido el recuerdo. En este país hay una herida que nunca se cerró: el crimen de Tlatelolco, donde el Gobierno masacró a cientos de estudiantes. Ayotzinapa ha revivido un trauma profundo del siglo XX”.
GUADALUPE NETTEL
Escritora, premio Herralde de Novela. “Históricamente, la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa se ha distinguido por la lucha por la dignidad y el cambio social. La ejecución de sus estudiantes y la forma en que se hizo revela no solo la grave situación por la que atraviesa el país, sino el sadismo que lo define. Pero la sociedad ha tomado conciencia de que se ha cruzado un límite inaceptable y de que es necesario actuar. Tenemos que tomar las riendas de nuestro destino”.
JORGE F. HERNÁNDEZ
Cuentista, ensayista y novelista. “Ayotzinapa (río de tortuguitas en náhuatl) se me figura hoy como una metáfora del enrevesado México que parece amanecer con hartazgo y hastío de una pesadilla largo tiempo prolongada. Ayotzinapa es cifra que suma miles de fantasmas de desaparecidos y muertos en la contabilidad emocional de millones de mexicanos que parecen despertar de tanta mentira, impunidad, abuso, corrupción y complicidad entre gobernantes y crimen organizado. De los miles de muertos en vida que somos de veras, Ayotzinapa despeina, desmaquilla y despierta a gritos a quienes siguen dormidos en una fantasía equivocada de poderes personales y provechos particulares”.
SERGIO GONZÁLEZ RODRÍGUEZ
Escritor y ensayista. “Urge justicia para las víctimas y para las familias de las víctimas del caso. Necesitamos que se resuelva; no puede ser que a más de dos meses no tengamos resultado de las investigaciones. Exigimos al Gobierno de México que resuelva estos actos de barbarie”.
SARA SEFCHOVICH
Historiadora y escritora. “Ayotzinapa es una realidad y un símbolo. Como realidad no sabemos ni lo que sucedió, ni cómo, ni quién, ni por qué. Como símbolo sí, pues hizo estallar el enojo y el hartazgo y evidenció lo que sabemos de la corrupción e impunidad. Pero también lo que no hemos querido ver: que el Estado no va a componer esto. Que la esperanza está en las familias. Y esto vale para las víctimas pero también para los delincuentes: solo ellas los pueden detener”.
BRIAN NISSEN
Pintor y escultor. “Este es un asunto que dura ya más de 50 años. Puede haber una pequeña diferencia: los medios [mexicanos] de comunicación están más al tanto. Pero yo no tengo grandes esperanzas de que eso pueda arreglar esto. La corrupción, como ya se sabe, va de arriba hasta abajo. […] Hay leyes muy buenas, muy avanzadas en México, pero el problema es que no se aplican. Lo que veo ahora en México es que hay más libertad de expresión. Cuando llegué a este país en 1963, la censura era absoluta. La autocensura, que es todavía peor, era tremenda. Por eso, ahora que hay libertad, al menos algo, creo que lo que ha ocurrido al menos tiene que provocar algo positivo. Se dicen las cosas, que tal gobernador es un pederasta, que es un ladrón, que es un corrupto, pero aún no pasa nada. ¿Por qué no pasa nada? Entonces... ¿para qué servía la censura? En México, la corrupción está cobijada por la impunidad. Y aquí, la impunidad es casi total”.
Con información de Verónica Calderón, Juan Cruz, Jan Martínez Ahrens, Juan Diego Quesada y Pablo de Llano.
Babelia
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