Rivera, Orozco, Siqueiros y Tamayo a subasta

El pintor mexicano Diego Rivera diseñó entre 1950 y 1957 un mural con escenas del Istmo de Tehuantepec, la región sureña del Estado de Oaxaca: un grupo de hombres y mujeres bañándose en un río. Su ambicioso proyecto buscaba salir de su costumbre de pintar sobre las paredes de los edificios públicos para ser plasmado en mosaicos venecianos en el jardín del productor de cine Santiago Reachi. Durante el proceso de construcción, Rivera pintó la escena que le fascinó en un óleo portátil y así comenzó a dar forma a su último mural: Río Juchitán. Esta pieza será la protagonista el próximo 24 de noviembre de la subasta de la casa Sotheby’s de Nueva York que sacará a la venta la colección privada de arte latinoamericano del empresario mexicano Lorenzo Zambrano.

La casa de subastas ofrecerá 40 piezas de la colección con las que estima obtendrá entre 30 y 40 millones de dólares. “Muy por encima de cualquier otro estimado que se haya previsto para una subasta latinoamericana”, menciona Sotheby’s en un comunicado. Una segunda parte de está colección, de 30 obras, será subastada en mayo del próximo año. El grupo de óleos incluye pinturas de Rufino Tamayo, Leonora Carrington, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros, Remedios Varo, Fernando Botero, Francisco Toledo y Amalia Peláez. “Están representados cada uno de los grandes maestros mexicanos del siglo XX”, destaca Axel Stein, director de Arte Latinoamericano de la casa de subastas.

La colección fue discretamente amasada por el empresario mexicano Lorenzo Zambrano, expresidente de Cemex, que murió el pasado mayo en Madrid. Zambrano era conocido por su cercanía a las artes y al mundo intelectual. Fue amigo del escritor Gabriel García Márquez, benefactor de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) —creada por el Nobel colombiano— y poseía una amplia colección de arte prehispánico y una vasta biblioteca personal. "Era profundamente culto y respetuoso de los intelectuales del país", comentó tras su muerte Lorea Canales, coautora de Los Amos de México (Planeta 2009).

La casa de subastas ofrecerá 40 piezas de la colección con las que estima obtendrá entre 30 y 40 millones de dólares

El empresario reunió en un conjunto de pinturas a los artistas más sobresalientes de mitad del siglo XX, en obras de diversos tipos: desde el mural de Rivera hasta autorretratos y trípticos. Los coleccionistas de arte pujarán por el óleo Naturaleza muerta de Rufino Tamayo, que se espera sea vendido entre 3 o 4 millones de dólares. Están también el surrealismo de Leonora Carrington y su pintura Las tentaciones de San Antonio por el que se esperan propuestas de entre 1,8 y 2,2 millones de dólares. Así como el óleo Hacia la torre de Remedios Varo, parte de un tríptico cuyo valor está situado entre los 2,5 y 3,5 millones de dólares.

El mural portátil de Rivera es la única pieza cuyo precio inicial de subasta no se ha hecho público. Stein ha explicado que su costo es superior al de cualquier obra de la colección. Sotheby’s espera que la puja por Río Juchitán supere el récord que la misma casa de subastas consiguió en la década de los noventa, cuando otra pintura del muralista Baile de Tehuantepec fue vendida en tres millones de dólares. El último mural de Rivera, señala Stein, es un “testimonio del amor a su país”.

Esta subasta es particularmente atractiva porque incluye una serie de autorretratos de pintores como José Clemente Orozco, Fernando Botero, David Alfaro Siqueiros, Amalia Pelaez y Rufino Tamayo. “Este es el grupo quizá más importante de autorretratos latinoamericanos que haya permanecido en manos privadas”, señala Stein. Las piezas de Diego Rivera, María Izquierdo, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros serán subastadas bajo la condición de que el comprador las conserve en México, debido a que han sido declaradas patrimonio nacional y según la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas solo pueden salir del territorio en préstamo. “El público para estas obras también se encuentra en México por lo que en este caso (la ley) no sería un factor negativo”, apunta el director de arte.