Un minimuseo del Prado en Dallas
El Meadows cumple medio siglo dedicado a difundir el arte español en Estados Unidos
Hace unos 60 años, Algur H. Meadows (1899- 1978) se instaló por primera vez en el hotel Ritz de Madrid a la espera de conocer los resultados de las prospecciones petrolíferas que su empresa, la General American Oil Company, estaba realizando en España. Junto a su esposa, Virginia Stuart Garrison, entretuvo el tiempo recorriendo palmo a palmo el vecino Museo del Prado. Filántropo y, ya entonces, coleccionista, descubrió la pintura española, y el flechazo fue tal que decidió crear en Dallas su versión reducida del Prado. Con su propia colección como base, logró que el Meadows Museum abriera sus puertas en abril de 1965. Desde entonces, ha logrado sumar doscientas obras de primer nivel y se ha convertido en el centro más importante de referencia del arte español en Estados Unidos. Su actual director, Mark A. Roglán (Madrid, 1971), presentó ayer en Madrid los fastos conmemorativos de los 50 años del museo: la colección de la duquesa de Alba por un lado y la del financiero Juan Abelló por otro serán los dos platos fuertes de la programación. Abelló la presta gratuitamente, mientras que la aristócrata ha suscrito un acuerdo económico del que Roglán prefiere no dar detalles.
El museo, con más de 60.000 visitas al año, suma obras maestras de El Greco, Goya (seis pinturas), Murillo (cinco), Velázquez (tres), Ribera, Picasso, Juan Gris, Tàpies, Plensa, Miquel Barceló o Juan Muñoz. A las aportaciones de la colección original de Meadows y de su segunda esposa, Elizabeth Boggs Bartholow, se han ido sumando las adquisiciones que periódicamente realiza la Fundación Meadows. Entre las más recientes, que Roglán comentó ayer en su encuentro con la prensa, se encuentra el retrato que Goya hizo a su nieto Mariano (1827), una de las últimas obras del artista, que en la subasta de arte antiguo de enero de 2013 en Sotheby’s no encontró comprador. Su venta fue negociada después, al margen de pujas, en torno a los cinco millones de euros. Roglán confirmó la operación y añadió que se trata de un regalo al museo por parte de una de sus benefactoras, Eugene McDermott, de 102 años. Eso sí, declinó confirmar la cantidad pagada.
Mark Roglán es hijo de una estadounidense y un español. La sede actual del museo que dirige fue inaugurada en 2001 por el rey Juan Carlos y es un edificio de dos pisos de ladrillo rojo de estilo georgiano con una superficie de más de 6.000 metros cuadrados. Tienen un acuerdo suscrito con el Museo del Prado para exposiciones e investigación. “Es famoso por sus obras señeras del Siglo de Oro español, pero somos mucho más que eso”, asegura Roglán. “El Meadows es una embajada de lo español en el corazón de Estados Unidos. Es un museo privado abierto al público, al que tiene que venir todo aquel que esté interesado en los grandes maestros de la pintura española”.
¿Qué se conoce en su país de residencia del arte español? “Muy poco”, responde resignado Roglán. “Crece el interés, pero nada que ver con las escuelas italiana o francesa. Con nuestras exposiciones y las publicaciones, intentamos hacer lo posible para que ese interés se multiplique”.
Sobre la expectación que han despertado las exposiciones temporales de arte español realizadas en el Meadows, su director no tiene dudas. La más popular fue la dedicada a Sorolla, que se puede ver hasta el 11 de enero de 2015 en la Fundación Mapfre de Madrid. La siguiente más visitada contenía obras maestras del Museo del Prado, y por último cita la muestra dedicada al modisto Cristóbal Balenciaga. “Una gran sorpresa, pero nos enteramos de que muchas de las mujeres más ricas de la zona poseían en sus armarios piezas de Balenciaga, y ver reconocido su gusto en un museo, fue una gran satisfacción”. Una versión reducida, unas treinta obras, de los fondos del museo norteamericano se pudo ver en 2000 en la Fundación Thyssen y posteriormente en el MNAC de Barcelona.
Sobre la elección de dos colecciones privadas españolas como la de los Alba y la de Juan Abelló para celebrar el medio siglo de vida, Roglán argumenta que son dos conceptos de legado personal que pueden equipararse a la filosofía del fundador del museo, “un determinado gusto por el coleccionista”. La colección Abelló viajará a Estados Unidos durante la próxima primavera. Los tesoros artísticos de la duquesa de Alba se expondrán en otoño.
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