El gran bazar de Barcelona

Como el gran bazar de Estambul, pero con estrellas de Hollywood. Cada temporada, desde hace casi una década, exhibidores de cine de todo el mundo (pero especialmente europeos) son agasajados en una ciudad europea —cada dos o tres años se cambia de destino— por los grandes estudios, las majors, en forma de proyecciones exclusivas, eventos y —cómo no— fiestas. Es el CineEurope. A los principales taquillazos les acompañan los actores protagonistas: los ejecutivos son conscientes de que es más fácil vender el género si te lo ofrece alguien como, por ejemplo, Cameron Díaz. Hollywood confirma así que los exhibidores (y sus salas) son la primera línea de combate de la industria cinematográfica y CineEurope es una muestra del poder e influencia de estos.

El evento de este año se ha celebrado durante cuatro días —hasta ayer— en el Centro de Convenciones Internacional de Barcelona (CCIB), un gigantesco auditorio con más de 2.000 asientos y una de las pantallas más grandes de la ciudad, equipado con un sistema de proyección puntero y ubicado en la zona del Fórum. El coste de la acreditación varía dependiendo del paquete que se desee adquirir, y que en ocasiones incluye estands (la presencia física de las majors es apabullante) o acciones especiales.

Se han visto avances de ‘Algo pasa en la nube‘ o ‘Guardianes de la galaxia’

CineEurope llegó a Barcelona hace dos años y parece que tiene asegurado al menos una nueva edición en la ciudad. ¿Por qué Barcelona? Nadie explica la razón. Y es curioso, porque el español es uno de los mercados cinematográficos que más ha caído en picado en los últimos años en su taquilla y que cada vez supone menos en los ingresos de Hollywood. La Unión Internacional de Cines (con sede en Bruselas), sus promotores, es una organización que agrupa a salas de 33 territorios europeos con el objetivo de optimizar recursos y los asistentes al evento no solo ven presentaciones o películas sino que asisten a tests en los que se exponen por primera vez los nuevos sistemas visuales y de sonido que en pocos años dominarán la escena cinematográfica. Además, los exhibidores pueden informarse de las últimas tendencias en gastronomía (siguiendo la creciente moda de ofrecer comida —más elaborada de lo habitual— en el propio cine), publicidad y en la lucha contra la piratería. Las empresas del sector, las que ofrecen soluciones innovadoras contra un fenómeno difícil de controlar, son las más solicitadas por los asistentes.

Un detalle llama la atención. Al contrario que cualquier acto cinematográfico, y más tratándose de Hollywood, CineEurope se celebra a puerta cerrada. Un ejemplo: el pasado lunes, primer día de las jornadas, un alto ejecutivo de una major subió al escenario ante una audiencia de más de 2.000 personas. Después de dar la bienvenida y anunciar la presentación de su producto para el resto de 2014 y el año que viene, advirtió: “Y nada de lo que aquí se diga debe trascender a la prensa”.

La prensa tiene vetada su presencia excepto para alguna entrevista

¿Por qué esta alergia a la prensa en una convención tan importante? Los grandes directivos dan la callada por respuesta (este periódico ha tratado de hablar, sin éxito, con algunos ejecutivos) y off the record los responsables locales de los estudios confiesan su perplejidad por las trabas. Ningún profesional puede acreditarse para informar desde dentro, ya que CineEurope no lo contempla. Alguna major se atreve a acomodar a algún periodista durante la presentación de su programación. La mayoría organizan actos, especialmente entrevistas, fuera del CCIB, y sin conexión con la convención. Este año se han podido ver en Barcelona a Ben Stiller, Seth Rogen, Cameron Díaz, Jason Segel o Luc Besson, entre otros, además de los presidentes de los estudios de cine más poderosos, encargados de presentar en persona sus respectivas novedades. Y los más afortunados han podido disfrutar de avances de películas como Inside out, Guardianes de la galaxia, Algo pasa en la nube, El ecualizador, la última entrega de Transformers, The interview...