La Filmoteca de Navarra recupera tres películas únicas del cine mudo de 1924
Son fragmentos de filmes perdidas del alemán Robert Reinert, uno de los maestros del Expresionismo, y de Charles Giblyn
La curiosidad por saber qué había llevado a su padre a guardar durante más de 30 años unas latas de rollo de nitrato en una bolsa de tela fue la clave que llevó al realizador audiovisual Javier Odériz a iniciar el proceso de recuperación de dos películas desaparecidas en la filmografía de dos directores de la década de 1920. Se trata de parte de Die vier letzten sekunden des Quidam Uhl (Últimos segundos), del director alemán Robert Reinert, y de las dos partes de The Price of a Party (Las deudas se pagan), del director estadounidense Charles Giblyn. De la primera se conservan las partes primera, cuarta y quinta en el Filmmuseum de Múnich y el rollo de Pamplona pertenece a la segunda parte. Mientras, el archivo de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, en Washington, ha confirmado que no existe ninguna copia de la segunda.
Javier Odériz confiesa que no conoce la procedencia de las latas, que pertenecían a la colección de antigüedades relacionadas con el mundo audiovisual de su padre, uno de los pioneros en la producción televisiva en Navarra, que falleció hace 13 años. Tras varios intentos por estudiarlas por su cuenta, hace dos meses, las depositó finalmente en manos de Alberto Cañada, responsable de la Filmoteca de Navarra, que inició la investigación para conocer su origen junto a la técnico de archivo Silvia Casagrande. El material de la cinta, el nitrato y la ausencia de banda sonora les llevaron a fecharlas en la década de 1920. Los recipientes estaban rotulados con unos títulos en castellano que no tenían referencias en la filmografía española, pero los paisajes alpinos del rollo de Reinert delataron que, pese a que los intertítulos describían a Enrique y Magdalena como los personajes principales, el original era una película alemana. Traducir el título al alemán les puso definitivamente sobre la pista de la cinta, un trabajo de Robert Reinert (1872-1928), escritor y director de origen austriaco, pero establecido en Múnich y considerado como uno de los primeros exponentes del expresionismo alemán. El Filmmuseum de Múnich ha solicitado la cinta para poder digitalizarla y conservar una copia, un proceso para el que la entidad navarra no tiene medios.
Conocer el origen de las otras dos cintas fue menos laborioso, ya que en los primeros intertítulos aparecen los nombres de los actores protagonistas. El estadounidense Charles Giblyn (1871-1934) realizó casi 100 filmes como director, aunque las dos bobinas donadas por Odériz son las únicas documentadas de Las deudas se pagan.
La supervivencia de este material original es poco habitual, ya que el nitrato es un material altamente inflamable, por lo que dejó de utilizarse a finales de la década de 1940 por el peligro que entrañaba para los recintos de exhibición y fue sustituido por el triacetato de celulosa. El nitrato arde espontáneamente por encima de 50 grados, por lo que sólo se ha conservado un 20 por ciento del material fílmico rodado sobre ese componente.
La Filmoteca de Navarra enviará este material a otro recinto especializado, ya que no tiene medios para conservarlo adecuadamente. La entidad depende del Instituto Navarro de las Artes Audiovisuales y Cinematográficas (INAAC). Lo hará hasta el 30 de junio, fecha decretada por el Gobierno de Navarra para su desaparición debido a sus medidas de recorte del gasto. Tres de sus seis trabajadores irán al paro, entre ellos Silvia Casagrande, la técnica encargada del archivo fílmico que ha encontrado el origen de estas cintas. Este tipo de almacenamiento irá a parar al Servicio de Bibliotecas, que carece de personal especializado en material audiovisual.
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