Lope, entre el amor y el honor
La Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico lleva a escena 'La cortesía de España' Jodep María Mestres recupera una de las comedias más desconocidas del dramaturgo
Cuando Lope de Vega escribió La cortesía de España, presumiblemente hacia 1615, había cambiado sus aventuras por los hábitos. El respeto al honor y a la moral católica habían podido más que su propensión “al natural” amor y los placeres carnales. Como él, su personaje Don Juan de Silva, que, aprisionado por sus obligaciones de buen español y cristiano, se ve incapaz de disfrutar del amor que siente por Lucrecia. La Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico representa desde hoy y hasta el 4 de mayo en las Naves del Español esta desconocida comedia del dramaturgo alrededor de una idea: carpe diem, hay que vivir la vida.
¿Cómo va a dar otro mensaje un grupo de 14 jóvenes actores de entre 24 y 28 años? “Es una obra muy sensorial, y le va como anillo al dedo a esta compañía”, admite Josep María Mestres, director de la obra. En la batalla que se libra en la cabeza de Don Juan entre la ortodoxia y la energía revolucionaria del amor parece ganar esta última. Aunque no le salga demasiado bien. Pero el propio Lope parece apoyar el mensaje con su vida: el voto de castidad le duró solo un par de años, antes de enamorarse otra vez. “Los críticos la califican como una comedia sobre el honor conyugal, pero es una obra sobre los celos, sobre la pasión”, reivindica el director.
Primera lectura de 'La cortesía de España' por la Joven Compañía.
Y con el subtítulo de “comedia famosa”, como dice Helena Pimenta, directora de la compañía, precisamente porque “no es tan conocida”. No es de extrañar, teniendo en cuenta que de la pluma del escritor salieron 1.500 piezas, según él mismo, de las que se conservan más de 300. En la elección parece haber jugado un papel importante Laila Ripoll, autora de esta versión y miembro del Consejo de Lectura que examina las posibles obras a estrenar. La dramaturga y directora se estrenó sobre las tablas con esta misma obra, en el papel de Leonarda, cuando estudiaba Arte Dramático. “He descubierto el texto desde otra perspectiva distinta”, asegura la autora, que recalca la “agilidad” de esta road movie del siglo XVII que pasa por Génova, Venecia, Barcelona y París, y la riqueza de su verso.
“Es mi primera inmersión en el Siglo de Oro. Cuando Helena [Pimenta] me propuso el proyecto y me dijo qué obra sería, pensé ‘¡qué título más loco!”. Esa idea de cortesía, de honor patrio y defensa de la moral católica ha sido lo más difícil de tratar para unos actores veinteañeros. Y lo que más parece resistirse a una actualización. “El hecho de que el matrimonio es un pacto con Dios, no solo con tu marido… Eso era más difícil de entender”, reflexiona Natalia Huarte, que interpreta a Lucrecia. La solución, como aclara Francesco Carril, Don Juan de Silva en la obra, pasa por “hacer que las palabras sean actuales y la energía sea de hoy”.
Algo que no parce difícil teniendo en cuenta la juventud de los actores, que parecen modernizar automáticamente el vestuario de época y la escenografía, una especie de “corral de comedias estilizado”. Es la segunda obra que este elenco realiza con la Joven Compañía después de La noche toledana, y esta tercera promoción de la iniciativa creada en 2007 por el anterior director de la institución, Eduardo Vasco, llega ya al final del proceso de formación. Después, el abismo de una profesión con un paro endémico agravado por la crisis. Pimenta parece ser consciente del salto: “No son los mejores momentos, pero la idea es que algunos se incorporen en los espectáculos [de la Compañía Nacional]. El primer deseo ha sido que tuvieran este espacio de trabajo”. La obra les permitirá girar por los festivales de Olmedo, Almagro y Alcalá. Después, quién sabe.
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