Tejidos que cuentan historias

Esta segunda mañana de la Mercedes Benz Fashion Week Madrid ha sido, sin duda, la del estampado, una disciplina otrora relegada a un segundo plano en favor del corte y el patronaje, y que comienza a cobrar cada vez más importancia entre los diseñadores españoles no solo por cuestiones creativas sino también comerciales. Elena Martín, alter ego de Martin Lamothe, hace del desarrollo de materiales el eje de su colección para el próximo Otoño-Invierno. Destacan los abrigos y sudaderas en microfibra engomada, un tejido a medio camino entre el neopreno y el cuero que la creadora formada en St Martins ha tardado más de cuatro meses en desarrollar. Junto a ellos, chaquetas de pelo de cabrito oxidado, esponjosos vestidos de seda enguatada y una serie de piezas en serraje, la piel de vaca que suele utilizarse en los asientos de los vehículos y que Martín rebaja y trata con una capa de charol.

La diseñadora ha conseguido vehicular todo este despliegue artesanal en una vía de negocio que representa “la mejor salida” que le han reportado sus trabajos. “Patento mis tejidos y la forma de tratarlos, y una firma internacional especializada en este campo las comercializa entre marcas y compañías más grandes”, explica Martín.

Hace ya años que Iñaki y Aitor Muñoz convirtieron los estampados en seña de identidad de Ailanto. Esta temporada, se inspiran en el museo de arte botánico londinense de Shirley Sherwood que combina, en sus colección fija, piezas contemporáneas con láminas de naturaleza del siglo XV. El resultado son evocadores tejidos preñados de mariposas, flores (que en su origen fueron de papel de seda) y motivos vegetales. Entre las lanas hervidas, el neopreno troquelado y la seda con románticas incrustaciones de lúrex, los hermanos componen una propuesta que oscila entre los mods y las colegialas de la campiña británica. ‘Quadrophenia’ y ‘Criaturas Celestiales’.

La encargada de inaugurar la jornada de hoy fue María Barros. La diseñadora gallega cita la obra de Luis Buñuel, Germaine Dulac y Jean Cocteau como punto de partida creativo. En su colección y según sus palabras “la expresión del inconsciente conforma el universo onírico” de un catálogo de vestidos de noche con sobredosis de corte sirena. La explicación de su fuente de inspiración confirma cuán retorcidos pueden ser a veces los referentes que los diseñadores escogen para justificar la deriva de sus propuestas, y plantean, quizás, la necesidad de conceder además del premio L’Oreal al mejor desfile el galardón al mejor guión adaptado.

Francis Montesinos cerró la mañana con uno de sus excesivas performance folclórico-exóticas, que, en esta ocasión, recorría una Ruta de la Seda con parada en Bollywood.