ADN del cine iberoamericano en la Berlinale
Cuatro películas en competición oficial por el Oso de Oro y casi 20 en el resto de secciones aumentan la presencia del cine iberoamericano en uno de los festivales más importantes
Hace una década, la Berlinale parecía el escaparate del cine estadounidense. El final de la carrera de los Oscar de esa temporada, con su presentación en Europa, o el inicio de la siguiente. Hoy, la Berlinale ha cambiado. Radicalmente. Y han cambiado las filmografías imperantes. Han crecido en número las películas chinas y de extremo Oriente. Y han aumentado, y mucho, las películas en español. Desde dentro de la Berlinale, sin embargo, lamentan que no hubiera películas españolas disponibles para el certamen. El cine patrio parece huir del frío y la nieve de la capital alemana, y prefiere aguantar hasta la primavera (certamen de Málaga, Cannes), verano (Venecia) y otoño (San Sebastián). Y la crisis ha reducido en mucho la producción de cine español: a veces no es que no haya películas de calidad, es que directamente no hay películas.
En la sección Oficial, la peruana Claudia Llosa presenta No llores, vuela, un drama protagonizado por Jennifer Connelly, Cillian Murphy y Mélanie Laurent. La película es un 80% española, un 20% canadiense, país donde se ha rodado esta historia que mezcla pasado y presente a través de una madre y su hijo. Llosa pisa terreno conocido: con su anterior filme, La teta asustada, ganó el Oso de Oro en 2009.
Junto a Llosa habrá dos películas argentinas y una brasileña: La tercera orilla, de la argentina Celina Murga, un filme que reflexiona sobre la relación entre un padre y su hijo que Murga escribió cuando asistió con una beca al rodaje de Shutter island, de Scorsese, con quien desmenuzó el guion; Historia del miedo, ópera prima del también argentino Benjamin Naishtat, reputado videoartista, y la brasileña Praia do Futuro, de Karim Aïnouz, que se desarrolla en Fortaleza.
La pujanza argentina es tal que una mesa redonda dentro del festival escarbará en ese cine como una estrella del siglo XXI. En ella participarán Celina Murga, Benjamin Naishtat, el crítico Diego Lerer y los productores Hernán Musaluppi y Peter Rommel.
En la sección Berlinale Special, uno de los platos fuertes del certamen: ‘César Chávez’, la historia del mítico sindicalista que en los años sesenta luchó por los derechos de los braceros en California. Segundo –y muy ambicioso- largometraje como director de Diego Luna, que crece en su faceta como realizador.
En la sección Panorama estarán Hoje eu quero voltar sozino, del brasileño Daniel Ribeiro, y la road movie mexicana Güeros, de Alonso Ruizpalacios. En la sección Generación, destinada a películas centradas en lo juvenil, estará el español Gabriel Velázquez (Iceberg), con Ártico, con la que el realizador vuelve a los adolescente y sus indagaciones sobre la familia; y las argentinas Atlántida, de Inés María Barrionuevo, y Ciencias naturales, de Matías Lucchesi, y la ecuatoriana feriado, de Diego Araujo.
En la sección Forum estará Los Ángeles, del mexicano Damián John Harper. En el concurso de cortos, hay dos cubanos (La casona y Un paraíso), un peruano (Solo te puedo mostrar el color), dos portugueses (Taprobana y As rosas brancas) y un puertorriqueño (Luna vieja).
Y por supuesto, la sección Culinari Cinema, dedicada a las películas gastronómicas, a las que acompaña, tras su proyección, una cena. El documental más esperado es El somni, una aproximación a la cocina de los tres hermanos Roca, dueños del mejor restaurante del mundo en 2013, El celler de Can Roca. Ahí también podrá verse la comedia hispanoirlandesa Mesa para dos, de Dominic Harari y Teresa de Pelegri –con una brillante Leonor Watling, y el corto El juego en la mesa, de Pep Gatell y Eloi Colom.
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