William Nicholson, escritor de las emociones
William Nicholson, guionista, entre otras pelícuias de 'Gladiator', publica 'La tierra de nuestros padres'
Elegante y sencillo así se presenta el británico William Nicholson, guionista, dramaturgo y novelista, ganador de los premios BAFTA, y conocido como autor de los guiones de Gladiator y Tierras de penumbra, para hablar de la novela La tierra de nuestros padres (Alianza editorial). La última película con un guión suyo, Mandela, el largo camino hacia la libertad, se estrena esta semana en España. En ella ha tratado de reflejar el espíritu de un hombre especial. "Fue tan extraordinario lo que hizo que no podía escribir sobre toda su vida, sino sobre cómo hizo posible la reconciliación entre dos razas enfrentadas. Mi objetivo era dar cuenta de la aportación tan extraordinaria que ha hecho un hombre como él a nuestras vidas. Cómo fue capaz de anular a un régimen opresor sin mediar ninguna guerra".
Los guiones le permite vivir bien, el 2% del presupuesto de la película es lo que se lleva a su casa. Dinero que él utiliza, entre otras cosas, para escribir los libros que a él le gustan. "De escritor no me sería posible hacer lo que quiero por ello mantengo esta doble profesión". La novela que acaba de publicar comienza en la época actual pero enseguida traslada la acción a la Segunda Guerra Mundial en Inglaterra para retratar a una mujer de 21 años que "se casa muy enamorada pero conforme va avanzando la historia se da cuenta, y los lectores también, de que no se tendría que haber casado con ese hombre", explica el autor, en Madrid.
Kitty y Ed son esos personajes cuya historia de amor es completada por el mejor amigo de ambos, Larry, enamorado de la protagonista. "La historia cuenta cómo la gente cambia, cómo va creciendo" asegura Nicholson, que llega al "centro de este triángulo para demostrar que los tres son buenas personas y son conscientes de que la única forma de salir de la situación que viven causará un daño importante"."No se puede escribir solo una historia de gente que se quiere y por eso trata de una historia de guerra y de paz", que se enmarca en hechos históricos como la Segunda Guerra Mundial, la independencia de la India o la década de los cincuenta. "La guerra es un escenario maravilloso para una novela ya que hace que los personajes puedan descubrir sobre sí mismos cosas que de otra forma no sabrían".
La lealtad de la amistad y el matrimonio encierra a estos personajes "en una situación muy dramática" que Nicholson explora a lo largo de los años en los que transcurre la novela. Así, señala, conforme Kitty "va sabiendo más de los problemas de su marido, de sus miedos, depresiones y problemas con el alcoholismo, siente pena por él y la pena es una forma de amor".
William Nicholson también explora la diferente forma en la que los dos personajes masculinos van perdiendo la fe y cómo Larry se enfrenta a la vida con el poder de amar y Ed con la imposibilidad de hacerlo. "Cualquiera persona que lea mi libro estoy convencido de que conocerá a alguien que tiene oscuridad dentro de su alma y eso no les permite amar. Esas personas pueden ser interesantes, 'glamurosas' pero no te harán feliz, porque no pueden amar", explica.
Nicholson dice que su faceta de guionista le ha ayudado a crear una novela muy visual: "los dos lados de mi trabajo se ayudan el uno al otro, Mi trabajo como guionista me enseña una y otra vez cómo contar una historia con fuerza y mi trabajo como escritor me permite entrar con mucha profundidad en los personajes. Son dos trabajos muy diferentes, pero es muy satisfactorio pasar de uno a otro". Aunque está convencido de que " La tierra de nuestros padres es una novela demasiado grande para el cine, aunque si podría formar parte de una serie de televisión".
"Cuando escribes guiones tienes que hacer lo que le dicen. Con una novela se puede entrar en el corazón y la mente con profundidad y eso es lo que más me interesa", sostiene el autor.
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