Mónica Naranjo sobrevive entre fogones
La cantante de voz más desgarrada se lanza a la publicación de un libro de recetas que también es una llamativa biografía culinaria
Las imágenes no pueden ser más dispares. La pantera de Figueres, de un lado. Una desgarrada Mónica Naranjo, con su pelo partido en dos colores lo da todo entre luces psicodélicas y atuendos pegados a la piel mientras proclama que vive en libertad o semidesnuda en su Sobreviviré que busca un hogar entre los escombros de su soledad. Por otro lado, Mónica Naranjo se ha apartado del estrellato y se traslada a Brione, un municipio de unos 500 habitantes en Lombardía, Italia, y se pone el mandil para compartir fogones con unas vecinas que le explican los secretos de su cocina. Las dos son la misma: la una, parte de vídeos musicales; la otra, de carne y hueso. La cantante provocadora e indomable y una mujer que ama la comida y que ahora se ha arrancado a publicar un libro de recetas en el que también incluye locas vivencias, con el título de Come y calla (Martínez Roca). Mónica Naranjo declara esa unidad desde la misma cubierta, en la que se convierte en carne de una gran bañera de espaguetis con un gesto coqueto.
Llega levemente jadeante al teléfono y suelta casi al instante por el mucho lío que lleva esta mañana: “¡A las mujeres nos han timado!”. Ella es una de a pie, asegura, que se ocupa de su hijo y de preparar la cena. La afición por la cocina le viene de ser la mayor de tres hermanos, de haberse entrenado en hacer la mayonesa a mano o de jornadas desgranando guisantes para preparar una ensaladilla rusa. Por eso, cuenta, sus amigos y familiares la animaron a compartir trucos sobre el pastel de atún, la ensalada de arroz, la sepia en salsa, el caldo con pelotas, la salsa de mostaza o el salmorejo. Relata sus días en Brione como aquellos que le aportaron la serenidad cuando la cabeza era su “peor enemiga” y decidió que aquel iba a ser ese refugio del que habla en la canción. “La cocina ayuda a concentrarte, a poner los cinco sentidos y hace que me olvide de todo”, afirma mientras proyecta en su relato otra de sus imágenes del día a día: cascando un huevo para hacer una tortilla después de la grabación del programa Tu cara me suena, en el que actúa como jurado.
“¡El mismo trabajo cuesta estar mal que estar bien! Es que hay gente a la que le gusta revolcarse en el fango”, exclama la cantante al hablar de ese Come y calla que ella pretende que sirva “para sonreír mientras cocinas…”. Y ella, que sostiene que se ríe de su sombra, lo presenta como un libro terapéutico, toda una meditación mientras te concentras, a la par que envía “muchos besos de sabores y colores". Mónica Naranjo también heredera del cariño que le brindaron en México al hacer uso de la expresión desea que “no dé hueva” ponerse a cocinar esas cosas sencillas pensadas para gente sin tiempo.
¿Pretensiones? ¿Subidas al carro de la gastronomía que vive imparables momentos de gloriosa popularidad…? Ya son muchos los famosos que lo han hecho, ¿no? “No. Yo hago las cosas porque las siento, y por eso he seguido una carrera independiente…”. Mónica Naranjo no da más explicaciones. Se declara “glotona”, autora de un pollo de ciruelas cuyos ingredientes revela en un libro de título que evoca a los padres que regañan a los niños pequeños en la mesa (¡Come y calla!) y admiradora sobre todo de la cocina mediterránea y de Karlos Arguiñano, compañero de su casa televisiva. “Le quiero además. Se reinventa continuamente para que su cocina sea accesible”.
Come y calla también es un reflejo de algunos de los episodios por los que ha pasado en su vida en una narración que se despliega en llamativos colores, como no podía ser de otra manera. En ella recorre desde su primera gira por México, un viaje a Tailandia, o el primer contacto con un jalapeño, la obsesión por la gordura, los años que no pasan en balde para las resacas o diálogos con muchas exclamaciones con amigos o familia. Una especie de biografía culinaria. “Con casi 40 años te dices: ‘¡Lo que has corrido, lo que me pasa a mí, no le pasa a nadie’. ¡Todo lo raro te tiene que pasar a ti! me dicen mis amigos”. De todas estas aventuras ha salido por lo que suena al otro lado del teléfono una Mónica Naranjo con ganas de reír que ya anuncia su siguiente proyecto de guerrera vital: un manual de supervivencia.
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