Consumo cultural: el gran trastazo
Los últimos cinco años registraron una caída en picado de las funciones de teatro, música y danza en España Las perspectivas de futuro son negativas, según la SGAE
La situación que se describe es, para no dar rodeos eufemísticos, directamente desesperada. Según el último Anuario de las artes escénicas, musicales y audiovisuales confeccionado por la SGAE, España cuenta con un sector, el de los bienes y servicios culturales, que va a la deriva, en caída libre y global. En algunos casos, especialmente el de la danza, el descenso es en picado, hasta el punto de que se encuentra “en trance de desaparición”, en palabras de Francisco Galindo, secretario de la Fundación SGAE, entidad responsable del anuario. “La situación es complicada. Hablamos de un año en el que hay una bajada importante en todas las industrias relacionadas con la cultura, en muchos casos alrededor de un 10 % y que culmina un quinquenio terrible, en el que, hemos perdido un 30% en las artes escénicas”, dice Antonio Onetti, presidente de la Fundación.
El tono del informe es, desde su primera frase, revelador: “En 2012, un año más, los descensos se acusan en todos los ámbitos del sector cultural analizados”. Lo que sigue son 40 páginas de malas noticias desgranadas actividad por actividad. En teatro, comparando los datos de 2012 con los del año anterior, el descenso fue del 10,44 %; del 9,8 % en asistencia y del 8,32 % en recaudación. “El teatro ha bajado en todos los indicadores existentes”, dice Onetti, que ni siquiera confía en que el empujón que le ha dado el estado en los presupuestos para 2014 vaya a ser definitorio.
En cine, el número de sesiones cayó un 10,95 %, con una disminución del 13,51% en el número de espectadores, aunque la recaudación en taquilla desciende solo un 1,82 % debido al incremento del precio de las entradas. Música: durante el pasado año se celebraron 116.446 conciertos en España, un 4,3 % menos que en 2011, con 26 millones de espectadores y una recaudación de 171,7 millones de euros, en un sector al que le está afectando gravemente el descenso en la contratación por parte de las entidades públicas.
Ni siquiera la pujante industria del videojuego se libró de este sálvese quien pueda. En un año perdió un 16%, o lo que es lo mismo, 157 millones de euros menos.
Pero todas estas caídas, con ser notables, están muy lejos del trastazo sufrido por el mundo de la danza, que sufrió un bajón de hasta el 43,41% en su número de representaciones. “En el momento en que sectorializas actividades que ya de por sí son más minoritarias, la posibilidad de desaparecer es un horizonte real. En el caso de la danza, no se trata de una exageración”.
El informe destaca que en los últimos cinco años los descensos acumulados son de grandes dimensiones y que la tendencia negativa continúa: “los elementos coyunturales —que ya parecen estructurales—, como el descenso de los presupuestos públicos y las caídas en los niveles de renta de los ciudadanos, parecen indicar que tal tendencia no se modificará en los próximos años”.
El panorama que describe el anuario es una pescadilla que se muerde la cola: desciende la renta del público, al tiempo suben los precios de los bienes y servicios culturales, en gran parte por el aumento del IVA. Eso hace que disminuya la demanda, y la consecuencia es un descenso de la oferta... “con lo que ello supone para el tejido profesional de la cultura”, sostiene el estudio. Para sus autores, queda demostrado cómo el sector de la industria cultural en España “sobrevive en un estado de abandono, y necesita una política de Estado”.
Que la caída de consumo cultural se debe, básicamente, a que la ciudadanía ha perdido nivel adquisitivo resulta claro visto el aumento del consumo de las opciones gratuitas ya que, según el anuario, crece el consumo de televisión y radio: en 2012 se registró una media de 246 minutos diarios de televisión, por encima de los 239 minutos del año anterior, mientras que el tiempo medio de escucha de la audiencia radiofónica subió de 110 a 114 minutos.
Ayer, el presidente de la SGAE, José Luis Acosta, resaltaba “el deseo ciudadano de consumir cultura”, que se demuestra en hechos como “la respuesta masiva” que tuvo la Fiesta del cine, en la que las sesiones costaban 2,90 euros, y que llevaron a más de un millón y medio de espectadores a las salas en tres días. Aunque Onetti es escéptico: “La Fiesta del Cine es un elemento puntual, comparable a las rebajas. El público va detrás de una ganga, pero no significa que quiera consumir mas”.
En su opinión, la medida de la subida del IVA supone “la puntilla al sector”. Onetti apeló ayer “a la conciencia de un gobierno que, entre otras cosas, tiene que comprobar que el resultado a nivel de ingresos para Hacienda ha sido negativo. Se ha recaudado menos después del aumento. El problema del IVA es que es perjudicial para la industria y para los usuarios. Si se repercute en el precio de las entradas en un momento de crisis, paro, perdida de renta… el consumo se retrae. Si, como ha pasado, los empresarios absorben ese aumento, su margen de beneficios decrece y supone una menor cantidad de eventos porque hay muchas empresas que no lo pueden soportar”.
Babelia
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