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Marc Jacobs dice adiós a Louis Vuitton

El diseñador estadounidense abandona la dirección creativa de la firma francesa que ocupaba desde enero de 1997 Se concentrará en su propia compañía, que planea salir a bolsa en los próximos tres años La despedida cierra la semana de la moda de París y pone fin a una era

Eugenia de la Torriente
Las modelos al final del último desfile de Marc Jacobs para Louis Vuitton
Las modelos al final del último desfile de Marc Jacobs para Louis VuittonBENOIT TESSIER (REUTERS)

Casi todo el mundo daba por hecho que el desfile de primavera/verano 2014 de Louis Vuitton que hoy se ha presentado en París sería el último de Marc Jacobs en la casa. Cuando a las 10 de la mañana se ha revelado una sombría escenografía que repasaba algunos de los hitos más emblemáticos de sus puestas en escena a lo largo de 16 años en la compañía, las dudas se han disipado. Poco después del desfile, la casa ha confirmado a este periódico la salida. El diseñador seguirá vinculado al grupo Louis Vuitton-Moët Hennesy (LVMH) a través de su propia marca, Marc Jacobs.

El contrato de diez años de Marc Jacobs (Nueva York, 1963) y su socio Robert Duffy con Louis Vuitton terminaba al final de 2013. Por eso, los rumores sobre su renovación han sido constantes durante el verano. Al parecer, Jacobs y Duffy estarían estudiando sacar a bolsa la compañía Marc Jacobs, de la que LVMH controla un tercio. En las notas del desfile de hoy aparecía la siguiente dedicatoria: "Para Robert y Bernard [Arnault, presidente del grupo LVMH]. Todo mi amor. Siempre". La completa dedicación del diseñador a su propia compañía sería un elemento clave para asegurar una exitosa transición hacia una compañía cotizada, que se espera realizar en el plazo de tres años. El ejemplo de Michael Kors, que en 2011 protagonizó la mayor salida a bolsa de una compañía de moda en EEUU, parece estar en el punto de mira.

En la industria se especula también con que Louis Vuitton ya lleva meses negociando con el diseñador Nicolas Ghesquière (Comines, 1971) para que reemplace a Marc Jacobs. Ghesquière fue durante 15 años, y hasta el pasado noviembre, el director creativo de Balenciaga. Devolvió relevancia y prestigio a la firma fundada por Cristóbal Balenciaga y su retorno al oficio es una de las noticias más esperadas. La casa está hoy en manos de Kering, grupo rival de LVMH, que ha demandado al diseñador francés por unas declaraciones a la revista System tras su salida.

Edie Campbell abre el desfile de Louis Vuitton
Edie Campbell abre el desfile de Louis VuittonBENOIT TESSIER (REUTERS)

La modelo Edie Campbell con el cuerpo cubierto por el célebre graffiti de Stephen Sprouse, que Marc Jacobs introdujo en Louis Vuitton en 2001, ha abierto el desfile de despedida. La colecciñon es una oscura llamada a la sensualidad y a la ornamentación que huye deliberadamente de lo intelectual. En sus 16 años en la casa, Jacobs ha inventado de la nada la división de prêt-à-porterde una firma de marroquinería y la ha dotado de una personalidad excéntrica y efervescente. Capaz de pasar del exotismo de Josephine Baker a la teatralidad de Christian Lacroix o del erotismo de las heroínas de cine negro a las enfermeras de Richard Prince. Así lo explicaba el diseñador: "Esta colección está dedicada a las mujeres que me inspiran y a la exhibicionista que hay dentro de cada una de ellas". En la larga de lista de musas que ha proporcionado hoy aparecen Emmanuelle Alt, Jane Birkin, Carolyn Cerf de Dudzeele, Coco Chanel, Cher, Grace Coddington, Sofia Coppola, Victoire de Castellane, Catherine Deneuve, Lady Gaga, Judy Garland, Juliette Gréco, Françoise Hardy, Zizi Jeanmaire, Rei Kawakubo, Madonna, Liza Minnelli, Kate Moss, Edith Piaf, Miuccia Prada, Lee Radziwill, Millicent Rogers, Sonia Rykiel, Carla Sozzani, Elsa Schiaparelli, Barbra Streisand, Diana Vreeland, Vivienne Westwood o Anna Wintour, entre otras. "Ya sea con su actitud extrovertida o misteriosa, todas ellas son figuras vitales del lenguaje visual. Su estilo, imaginación creatividad, talento, visión y voz han cambiado el paisaje mundial”, asegura.

El arte ha sido un compañero constante para Marc Jacobs en Louis Vuitton, como evidenció la exposición retrospectiva de su trabajo que el año pasado se celebró en el Museo de las Artes Decorativas de París. Las colaboraciones con Sprouse, Prince o Takashi Murakami han roto las fronteras entre la moda y el arte y han abierto el camino para un década de intercambio constante entre las disciplinas. Por supuesto, también han vendido millones de bolsos y han generado infinidad de copias. En el catálogo de aquella exposición, Jacobs hablaba de cómo se planteó su trabajo al llegar a Vuitton. "Pensé: ‘No es el equipaje más práctico ni el más ligero, ¿por qué lo compra la gente? Porque es reconocido’. Es como Coca-Cola, Nike o Mickey Mouse. Está en la naturaleza humana, queremos ser miembros de un club”. Siguiendo el ejemplo del bigote que Marcel Duchamp le pintó a una reproducción de La Gioconda, Jacobs quiso tratar con irreverencia el preciado logo. “Debes tener un saludable respeto y un saludable descaro con una institución como esta”, explicaba. “Hay que ser respetuoso para preservar y no serlo para evolucionar. El grafiti de Sprouse pintarrajeaba el logotipo, pero al mismo tiempo lo hacía visible para gente más joven. Por eso funcionó”.

La semana de la moda de París se cierra hoy con una noticia que también supone el fin de una era en la moda. Él, y John Galliano en Dior, eran los estandartes de la explosiva renovación de las casas tradicionales en los años noventa a manos de creadores rebeldes. La industria del lujo apuesta ahora por un relevo generacional de la mano de Alexander Wang (en Balenciaga), JW Anderson (en Loewe), Altuzarra o Christopher Kane (en los que recientemente ha invertido Kering).

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