Llega don Luis, el fantasma de Génova

Esta historia que les acompañará a lo largo del mes, si así lo desean, comienza el 25 de febrero de 2013. Ese día, María Dolores de Cospedal, secretaria general del Partido Popular, da cuenta a la prensa de que Luis Bárcenas Gutiérrez, tesorero del PP nombrado por Mariano Rajoy en 2008, ya no trabajaba para el partido. Fue, según dijo entre mil y un titubeos, un despido diferido, fórmula inédita en la historia de la contratación laboral mundial.

Fue ese día cuando Luis Bárcenas decidió desdoblarse en fantasma y personaje corpóreo. No todo el mundo lo consigue, que ser fantasma en vida tiene un mérito indudable, pero el tesorero es hombre de voluntad férrea. Así que una parte de sí mismo, transformada en espectro, se quedó en la calle de Génova, mientras el corpóreo deambulaba primero por elegantes pistas de esquí y restaurantes canadienses, por ejemplo, para después convertirse en un habitual de la Audiencia Nacional y acabar, por ahora, en una celda de Soto del Real. Cada uno tiene su historia, y aquí se la contaremos, con la inestimable ayuda de las espléndidas ilustraciones de Fernando Vicente. En acción conjunta, espectro y corpóreo van organizando su venganza. ¿Contra Rajoy? También. Pero sobre todo contra Dolores de Cospedal, más conocida por la Bruja en las conversaciones entre ambos. Don Luis tarda algunos días en hacerse a los modos fantasmales, que aparecerse, un suponer, no es labor. Todo requiere tiempo y habilidades nuevas. Menos mal que don Luis recibe la ayuda de varios miembros de la fantasmagoría, que poco a poco le van enseñando las artes del oficio. Bárcenas, al tiempo, ya ha montado alguna cosa en la cárcel, que ha conocido allí a unos amigos…

Mientras, Leandro, el fantasma de La Moncloa —¿se acuerdan del año pasado?— ha seguido su vida con Rajoy. Y aquí le verán, algún día, en el papel de fantasma invitado.