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OBITUARIO

Jaume Pomar, poeta refinado y bohemio

El autor, periodista y traductor balear fue biógrafo de Llorenç Villalonga

Jaume Pomar, poeta.
Jaume Pomar, poeta.J. TORRES (ÚLTIMA HORA)

Con dos decenas de poemarios en las alforjas y otros tantos libros en prosa, al borde de cumplir 70 años, el poeta, periodista y traductor Jaume Pomar Llambias, falleció el miércoles día 10, a consecuencia de un cáncer, en su tierra, Mallorca. Pereció en el hospital Juan March, el sanatorio de Caubet donde otro poeta, Blai Bonet, situó su excelente novela El mar, que Agustí Villaronga puso en la pantalla.

Pomar escritor se estrenó con su Tota la ira dels justos, en 1967, versos realistas históricos y militantes. Pretendió el rigor y la calidad, una voz propia cargada de las referencias de sus maestros, en la búsqueda del “exorcismo de la metáfora”. Llevaba algunos años retirado de la actividad literaria y había dejado de ser el habitual personaje ciudadano, paseante por el centro de Palma, donde habitaba, entre barras de copas. En su juventud obró allí de poeta oral, cerca del oído de las jóvenes a las que abordada en los bares. Empleado de banca, perito mercantil, periodista de la Escuela Oficial obligatoria de los años setenta, no llegó a cuajar en las distintas redacciones de Palma por las que pasó: Diario de Mallorca, Última hora, Baleares. Era rebelde, con puntos de insolencia e ironía, un solitario y polémico provisto de su ropaje de escritor maldito y cultivado. Fue comunista en la época de la clandestinidad, en Barcelona, donde quiso proyectarse como traductor, y también en Palma. Trabajó de jefe de prensa de un partido democristiano efímero y de jefe de comunicación del Gobierno Civil, en los años ochenta. Entró en la administración autonómica y fue bibliotecario documentalista de la casa museo Llorenç Villalonga, sita en la residencia de verano del autor de Bearn, en Binissalem. En 1995 publicó la biografía de Villalonga La rao i el seu dret, de 500 páginas, fruto de una encomienda del heredero del clásico novelista y que, seguramente, habrá sido uno de sus trabajos editoriales más valorados y mejor remunerados.

Trasladó al castellano una decena de obras de Villalonga, publicó una biografía breve del cantante Raimon y un libro-reportaje sobre el arquitecto Pere Nicolau. Ya jubilado, en los últimos años viajó por los teatros de ópera para ilustrar a sus acompañantes. El crítico y poeta Francesc Parcerisas dijo que Jaume Pomar es “de verso mesurado y con una muy interesante combinación de reflexión intelectual y minuciosa y bella descripción”.

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