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Simon Rattle alerta de las consecuencias de los recortes en la cultura

La Filarmónica de Berlín desembarca con cinco conciertos en Madrid y uno en Barcelona El Teatro Real proyectará en Callao el concierto de la Novena de Beethoven del viernes

Daniel Verdú

Sir Simon Rattle (Liverpool, 1955), director titular de la Filarmónica de Berlín, habla bajito y suave, pero con un mensaje tan transparente como el sonido de su orquesta. Y ayer, en la presentación del desembarco español de la legendaria formación -con cinco conciertos en Madrid y uno en Barcelona-, lo hizo en su primera respuesta abordando el tema de los recortes en la cultura, como ya han hecho la mayoría de sus colegas. Un asunto que incluso ha afectado a la pequeña gira española de la orquesta. “Es una situación desesperada en muchas áreas de Europa. Cualquiera que sepa un poco de economía sabrá que no estamos al final de esto. Y las cultura es lo primero que se recorta. Tengo un profundo respeto por todo lo que habéis sido capaces de hacer pese la situación. Pero todo lo bueno que han hecho las organizaciones artísticas cuesta muchos años de conseguir, y con los recortes podría desaparecer en solo unos minutos”.

 Esos recortes se llevaron por delante el proyecto original que el Teatro Real había diseñado. Un plan para que la Filarmónica de Berlín –una de las mejores formaciones del mundo, sin duda la más carismática- aterrizase tres años seguidos en Madrid con una ópera distinta. Este le hubiera tocado hacerlo con el montaje de La Flauta Mágica de Robert Carsen. Pero la retirada de la aportación del Ayuntamiento de Madrid, de algo más de 500.000 euros, dinamitó un proyecto que, visto con perspectiva, quizá superaba con creces las posibilidades de un teatro en crisis: 1,5 millones. Por la mitad de precio, la Filarmónica tocará tres noches seguidas la Novena Sinfonía de Beethoven en el Real. Además, actuarán dos noches en el Auditorio Nacional en el ciclo de Ibermúsica con un programa un poco más atrevido que incluye obras de Mahler, Fauré, Shumann, Mozart y Berg) y darán un concierto más en el Palau de la Música de Barcelona.

El cambio de programa en el Real mantiene su elevado interés. Rattle ha explicado que al cancelarse el plan inicial, él y Mortier –ha elogiado el buen entendimiento que hubo para arreglar la situación- buscaron la manera de aprovechar al máximo algunos de los solistas que ya estaban contratados para La Flauta Mágica y, al mismo tiempo, hacer participar “al magnífico coro del Real”. “La respuesta estaba en la Novena de Beethoven. Además, tiene muchos elementos en común con la Flauta mágica: habla de hermandad, de personas uniéndose. La sinfonía de Beethoven cada vez va haciéndose más luminosa, como una flauta mágica ascendiendo hacia el cielo. Además era una obra que nos permitía proyectarla en el exterior con pantallas gigantes. Algo que me apetecía mucho”.

Junto a Rattle, que ya ha anunciado que dejará Berlín en 2018, se econtraban el director general del Real, Ignacio García Belenguer, el del Palau de la Música, Joan Oller, y el de Ibermúsica, Alfonso Aijón. Este último, todo un héroe de la música clásica que en tiempos de crisis sigue manteniendo un estratosférico nivel artístico en su ciclo, recibió un encendido elogio de Rattle. “Miro mi historia con Alfonso y se cumplen 40 años de la primera colaboración. Al volver la vista atrás me hace pensar que ya no tengo 30 años ni Alfonso 25. No tengo palabras para decir lo que ha hecho por la música en este país. Ha supuesto y ha cambiado las vidas de tantas personas… Es un inmenso placer estar de nuevo con él”. El promotor español, preguntado por la crisis y el futuro de la clásica, como suele hacer, ha sido rotundo y profundamente pesimista. “Está desapareciendo ese público de pelo cano que en los buenos momentos de este país podía pagar una entrada. Sumado a la política de los precios políticos que han sido excesivamente bajos –debido a las subvenciones- y han acostumbrado a la gente a no pagar por lo que valen las cosas, lo deja todo peor. Cuando desaparezcan los señores de pelo blanco habrá un agujero que hará caer la calidad. A no ser que las grandes empresas, en vez de patrocinar la Fórmula 1 patrocinen la cultura”.

 Rattle también alabó a los músicos españoles que, cada vez más, nutren a las formaciones centroeuropeas más exigentes. Uno de ellos es el murciano Joaquín Riquelme, toca la viola en la formación que dirige el inglés (en la que ahora mismo hay intérpretes de 27 nacionalidades). “Si hubieran otros 127 como Joaquín, me gustaría tenerlos a todos. En España hay músicos de viento madera magníficos, pero puede que sea también una mala noticia. Hay que plantearse si habrá trabajo para todos”, ha lamentado.

 Además, el maestro de Llverpool ha explicado los motivos de su despedida, programada para 2018, y lo ha desvinculado de algunos rumores que señalan que podría deberse a la decepción sufrida porque la Filarmónica rompiese su relación con el festival de Salzburgo por motivos económicos. “No se trata de eso. Estoy muy lejos de ser el presidente de EE UU, pero en 16 años habría hecho ya cuatro mandatos. Esto ya es más que suficiente. Como dice la canción de los Beatles, ‘todavía me necesitarás cuando tenga 64?’ Echaré muchísimo de menos a la orquesta. Pero es mejor irse demasiado pronto que demasiado tarde”.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

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