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LOS VÍDEOS DE LA SEMANA

Como tú no hay nadie, ¡feliz día, mamá!

Porque para cada madre hay una melodía, celebramos la festividad con los artistas más variados: Los Chichos, Lou Reed o Camilo Sesto

La cantante Courtney Love, con su hija, Francis Bean Cobain.
La cantante Courtney Love, con su hija, Francis Bean Cobain.

En esta nueva entrega no encontrarán la colonia, el pañuelo o la crema rejuvenecedora que les salve la papeleta el próxima domingo con sus madres. Los vídeo de la semana se consagran a la festividad desde el lado musical, para cuando se levanten el día D, puedan acompañar el café y los churros con una singular playlist que loa en diferentes estilos a sus progenitoras.

Desde el cielo, Sergio

Tenía una empresa complicada el joven Sergio. Llegó a Eurojunior -la versión para menores de Eurovisión- en su primera edición (2003) con una balada dedicada a su madre fallecida. Empezaba cantando que era su aniversario y que echaba mucho de menos a su mamá. Aunque el muchacho de 11 años, orgullo de Sanlúcar de Barrameda durante algo más de tres minutos, se conformaba con una mirada desde el cielo como regalo de cumpleaños. No importó el tempo ni el idioma. Sergio consiguió la segunda plaza.  

Madre, Camilo Sesto

Me acostumbré tanto a ti / que cuando estoy con alguien / quiero que sea como tú. Camilo Sesto idolatró a su madre hasta confundirse con el complejo de Edipo. Esta oda a esa mujer que le dio la vida, de alma grande,... se perdería su gran éxito del nuevo siglo Mola mazo, tal vez un signo de los tiempos, la consecuencia creativa de la pérdida materna. Aguanten hasta el final del vídeo, no solo podrán cantar la letra en karaoke, podrán ver a los progenitores de Sesto y sus imágenes de juventud. 

The kids, Lou Reed

No todas las madres son cariñosas, atentas y piadosas. La coprotagonista de Berlin, disco conceptual surgido de la mente truculenta de Lou Reed en 1973, es una prostituta adicta a las drogas y al sexo más salvaje. Una madraza, vamos. En esta canción y atendiendo a sus excesos, las autoridades le quitan la custodia de sus retoños. No hicieron lo mismo con los hijos del productor, Bob Ezrin, que según cuenta la leyenda fueron encerrados en el estudio para grabar los gritos desesperados, llamando a su madre, que se oyen al final del tema.

Madre, soy cristiano homosexual, José Ángel

Eran otros tiempos. Corrían los primeros años de la Transición y tuvo que llegar un advenedizo como José Ángel, del que nunca más se supo –inexplicablemente–, para romper con los tabús. La sexualidad de uno no ha de estar reñida con la fe. Ahora se da por supuesto, pero entonces al pobre cantante se le intuía atormentado: el cantante le explica a su progenitora en esta sentida misiva que lo que siente es natural, que no tiene que estar avergonzada. Es tal la ternura que nadie duda de la pertinente reconciliación materno-filial. Desconocemos qué opina la madre de la portada, un clásico entre ese subgénero que es la música de gasolinera.

Mamá, mamá, Los Chichos

Podríamos afirmar que de la rumba flamenca posfranquista nació otro subgénero: las canciones protagonizadas por un joven arrepentido que ha tocado fondo en su descenso a los infiernos y que vuelve al redil pidiendo cobijo a su madre. Como Bohemian Rhapsody, pero en plan de barrio. Se han apreciado variaciones de este estilo en otros géneros aparentemente lejanos, como en el hip hop.

Stacy's Mom, Fountains of Wayne

No todas las canciones van a ser doloros arrepentimientos o sensibles loas a la figura materna. Es el caso del protagonista de la canción que nos ocupa, una divertida canción de amor... hacia la madre de otro. Son los años del despertar sexual, de las piscinas después del colegio, de las primeras fantasías. Más que en su coetánea, el amigo de la pobre Stacy se fija más en su progenitora. Desconocemos cómo termina la historia.

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