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LAURA RESTREPO | ESCRITORA

“La idea de un mundo amurallado llevará a la sociedad al fracaso”

La escritora colombiana publica su nueva novela, 'Hot Sur' Recrea el viacrucis de quienes salen de sus lugares de origen en busca de oportunidades

Vídeo: LUIS ALMODÓVAR

Más de veinte años tardó en dar sus frutos la semilla de esta historia. Surgió de oídas en la vida real, pasó sin hacer ruido en la cabeza de Laura Restrepo, se instaló bajo la sombra de otras que iban saliendo en forma de libros, pero siguió creciendo despacito, como un árbol con sus ramas y flores y frutos, hasta que hace tres años su frondosidad ocupó toda la mente y el corazón de la autora colombiana y ella no tuvo más remedio que sentarse a escribir. Hot Sur es el nombre que le ha dado para devolverla en forma de novela al mundo real, con el fin de que cumpla su destino que va más allá del placer literario.

“Aquí, o nos salvamos todos o ninguno”.

Literatura errante

La colombiana Laura Restrepo (Bogotá, 1950) publicó en 1986 el reportaje Historia de un entusiasmo.
Tres años después se edita su primera novela: La Isla de la Pasión, a la que siguieron Leopardo al sol, Dulce compañía, La novia oscura, La multitud errante y Olor a rosas invisibles.
En el año 2004 obtuvo con Delirio el Premio Alfaguara de novela.
En 2009 publicó Demasiados héroes (una historia autobiográfica).

En 2013 acaba de publicar Hot Sur.

La obra de esta escritora y también periodista se ha traducido ya a más de veinte idiomas.
Ha ganado varios premios internacionales como el Prix France,el Grinzane Cavour y el sor Juana Inés de la Cruz.

Restrepo (Bogotá, 1950) recuerda que el paraíso puede estar en el infierno. O, para el caso, el infierno en el paraíso. La escritora lo ha recreado en Hot Sur (Planeta) a través del viacrucis físico y emocional de quienes salen de sus lugares de origen en busca de oportunidades. Ha partido del caso de Javier, un hombre que cumple su condena en una cárcel de Estados Unidos, pero en su ficción es la historia de María Paz, que va tras el sueño americano, extrapolable a Europa. Una cartografía coral de esa búsqueda través de una escritura que rinde homenaje a la palabra y al propio género de la novela y una rebelión contra varias cosas: por su estructura va contra la jerarquización de los géneros literarios y, temáticamente, contra las fronteras y el sistema:

“La idea de un mundo amurallado llevará a la sociedad al fracaso”.

“Sí, ha habido una implosión del sistema democracia-capitalismo”.

La escritora y periodista colombiana despliega un gran mosaico de su literatura. Y de sus temáticas que denuncian injusticias en pos de una sociedad mejor, de contar el mundo de la periferia en una narración ahijada del thriller y la aventura que celebra la diversidad de la lengua española. La voz de esta intelectual de izquierdas, y que fuera activista política en Colombia, España y Argentina, fluye entusiasta y clara como el cauce de un río en descenso, con cachiveras, meandros y remansos:

“En Hot Sur hay personajes desplazados de todas las latitudes, están hechos de palabras, y el narrador es su escribano en diferentes formatos. Toda novela tiene como tema central la novela misma. Me gusta que la novela tenga aventura. La trama tiene que ser buena, inquietante, fuerte”.

“Toda novela es una novela de aventuras; y yo reivindico ese espíritu venido del siglo XIX porque en los últimos tiempos las tramas han sido lánguidas. La novela se volvió aburrida. Y si no hay una buena trama todo se queda en la vaguedad de lo individual”.

“Eso va acompañado de una protesta por la jerarquización de los géneros, contra el mercado y la crítica que determina lo que es bueno o malo, y descalifica las preferencias literarias del público. He buscado recuperar la libertad de la novela. Romper etiquetas y cánones y dejar atrás el mundo reduccionista”.

Su novela ‘Hot Sur’ trata sobre una mujer en busca del sueño americano

Y lo dice sin alterarse. En breve, su tono será más beligerante, al hablar de las migraciones, los sueños hechos añicos…

“El desplazamiento no solo es territorial; también lo es cuando te dejan sin trabajo, sin salud, sin vivienda, sin educación, sin oportunidades… sin sueños. Y sí, ha habido una implosión del sitema democracia-capitalismo”.

“La idea de un mundo amurallado va contra la naturaleza nómada de nuestra especie. Hay que ir contra el mito del sedentarismo como progreso. El gran viaje es el de ir en busca del destino y no esperarlo. Hay que desterrar la idea de que el que llega es un invasor”.

“Amurallar el primer mundo para que el tercero no lo contamine es una idea que se hará trizas. Mi novela desmitifica eso de que el primer mundo es bueno y el resto es malo. Ahora mismo hay españoles buscando mejores oportunidades por todas partes. El sueño americano extrapolado a Europa se desploma y tiene que cambiar”.

“No sirve encerrar a los ricos porque ellos sin los demás no serán nada…”.

“América Latina ha ido más lejos de lo que se ha creído, se la ha subestimado”

Las ideas de Laura Restrepo empiezan a ir más rápido, y su cauce verbal se transforma en ligeras cascadas, cuyo solo enunciado convoca a una reflexión individual:

“Es época de crisis y epifanías, donde la Historia muestra su verdadera cara…”

“¡El mundo constata que todo se viene abajo!...”.

“Democracia y capitalismo no son sinónimos, y lo que ha surgido es una deriva con tics autoritarios…”.

“Wilde dice que cuando alguien se va, ya se ha ido. Y en Hot Sur uno de los personajes dice: ‘Cuando un imperio cae, es porque ya ha caído’. Ni siquiera los gringos creen ya en que tocarán el cielo. Es un espejismo…

“No se puede salvar Europa si se hunde África, o dar sin más la espalda a América Latina. Parte del cuestionamiento a Angela Merkel es ese… ¡O se salvan todos o ninguno!...”.

“El paraíso está, a veces, más cerca de lo que pensamos...”.

“Uno siente que se da contra un muro cuando los españoles se sienten tan lejanos de América Latina...”.

“Hay hermandad con Latinoamérica. Esta es una época de reencuentro…”.

“América Latina ha ido más lejos de lo que se ha creído, se la ha subestimado…”.

En su obra también hay espacio para el humor y la belleza en medio del drama

Ya cerca del final, las palabras de Laura Restrepo, que participó en las negociaciones de paz de su país con el grupo guerrillero M-19 y que le costó el exilio, entran en aguas mansas, y ya se sabe, cuando se habla de Colombia:

“Hay que saludar todo proceso de paz. Pero este no tiene contenido y se hace de espalda a la nación. Es un proceso de camarillas y de informes crípticos. Hay que ser como Irlanda, un país que se cuestiona, y toda esa reflexión en conjunto desemboca en algo. Ocurrió en Colombia con el proceso con el M-19, que terminó en la nueva Constitución de 1991”.

“Un día vi un grafiti: ‘FARC, única guerrilla gorda del planeta”. (Y sonríe perpleja y triste).

“Otro día un amigo me dijo: ‘¡Qué vaina con las FARC, insisten en tomar el poder!’. Lo miré y le dije: ‘No, el problema es que no quieren tomar el poder”.

Son los puntos cardinales de Laura Restrepo y Hot Sur. La novela en la cual da prueba de su nervio periodístico, investigativo y de reflexión al servicio de la vida y la literatura, y, a la vez, un homenaje al arte de contar en una estructura que la desvelaba, hasta que un día soñó la solución que la sacaba del embrollo. Y aunque, aparentemente no le veía la lógica, la llevó a cabo con fe ciega: una voz principal escoltada por otras voces en diferentes registros, monólogos, cartas, testimonios, minihistorias en una especie de cajas chinas y con un manejo del tiempo que se abre y se cierra como en un abanico sin perder tensión ni denuncia. Todo ello recordando la belleza y el humor de la cotidianidad en medio del drama. Así creó un pasadizo entre lo real y lo ficticio mostrando el extravío hacia el paraíso, pero sin dejar de celebrar la vida:

“No hay que rendirse. Hay que salirle al paso a la muerte. Encontrar apoyo en los demás, sacar fuerzas de donde no se tenga. Apostarle a la alegría, amansar la suerte negra: ahí está la gracia”.

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