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El nuevo niño de oro de la ciencia ficción en Hollywood

En su segundo filme, Joseph Kosinski dirige ya a Tom Cruise

En el plató de 'Oblivion', Tom Cruise y Joseph Kosinski
En el plató de 'Oblivion', Tom Cruise y Joseph Kosinski

No todos los directores de cine nacen pegados a una cámara. Aunque son muchos los que se obsesionan con la imagen desde pequeñitos, también los hay que descubren el cine siguiendo otras rutas, por ejemplo a través de algo aparentemente tan alejado del celuloide como la arquitectura. Pero ha habido brillantes cineastas formados como arquitectos. El más famoso es Michelangelo Antonioni, musa y mito de Joseph Kosinski, otro exarquitecto al que los grandes estudios tratan ahora de catapultar al estrellato como uno de los jóvenes genios de la ciencia ficción.

Kosinski se dio a conocer en 2010 con la película Tron: legacy, continuación de Tron, uno de los filmes de culto por excelencia de los amantes del universo digital. No es común que unos grandes estudios pongan en las manos de un desconocido 115 millones de euros para hacer su primera película pero ya que la apuesta salió taquilleramente bien, Kosinski ha tenido la suerte de repetir y esta vez además con una película basada en un proyecto propio, Oblivion.

No me veo haciendo comedias románticas aunque no me importaría probar nuevos géneros"

“La idea surgió como un tratamiento para una película que tenía en la cabeza hace años. No quería hacer ciencia ficción con etiqueta sino mezclar géneros. Me gustaría que la gente la viera como algo cercano a una película de Hitchcock pero que ocurre en el futuro. Quería plantear preguntas fundamentales sobre quiénes somos, de qué somos capaces, qué nos hace lo que somos. Esa fue la base para hacer una novela gráfica que nunca publicamos y que utilizamos para mover el proyecto. Yo aún no había dirigido nada y nunca pensé que fuera a convertirse en una película así de grande. Sin embargo, he tenido suerte”. Sentado en un hotel londinense, con barba de dos días y un anodino traje de chaqueta en el que no parece encontrarse cómodo, Kosinski (Marshalltown, Iowa, 1974), al decir “así de grande”, se refiere entre otras cosas a Tom Cruise, el protagonista de esta película de 100 millones de euros de presupuesto en la que por enésima vez, y con algunas variaciones, veremos al héroe americano salvar la tierra de las garras de malvados alienígenas. En este caso los malvados marcianos que tratan de extraer para su supervivencia todas las reservas naturales del planeta son máquinas, lo que obliga a reflexionar sobre el uso que le estamos dando a la tecnología. “Estamos en un punto de no retorno. Hoy la tecnología nos permite hacer una película como esta pero al mismo tiempo se interpone entre los humanos, como vemos a diario al caminar por la calle, donde la gente ya no mira a nadie y camina enterrada en la pantalla de su iPhone. Tenemos que estar muy alerta y entender cuándo es demasiado” afirma Kosinski.

Este hombre con un don para el diseño y los efectos especiales no utiliza ni Facebook ni Twitter, y el móvil solo lo justo: “Tengo demasiadas cosas que hacer, no tengo tiempo y además no me interesa la autopromoción, soy tímido”, asegura.

Nacido en un pueblecito del estado de Iowa hace 38 años, pasó más de una década en Nueva York, “una ciudad en la que te curtes, te haces duro y luego puedes enfrentarte a cualquier cosa”. Allí estudió arquitectura aunque entre plano y plano también descubrió que las mismas máquinas que le servían para diseñar edificios le permitían crear perspectivas que luego se podían editar en película y descubrió que le interesaba mucho más aquello que todo lo demás. Empezó haciendo algunos anuncios y cuando tuvo claro que lo suyo no era construir edificios sino sueños de celuloide decidió dar el salto a Hollywood. “Arrancar fue muy duro. Pasé más de un año sin trabajar, yendo de reunión en reunión sin que nadie me diera un proyecto”. Hasta que apareció la productora Anonymous Content, se interesó por sus propuestas y eso le permitió entrar en el mundo de la publicidad con mayúsculas, donde inmensos presupuestos permiten experimentar con nuevas tecnologías.

Los reconocimientos por su trabajo comercial le acercaron hasta los grandes estudios en 2008 y desde entonces no ha parado. Se rumorea que podría dirigir una nueva entrega de Tron. Él no lo confirma, aunque dice estar trabajando en dos proyectos que no desvela. “De momento creo que seguiré con la ciencia ficción y el cine de acción. No me veo haciendo comedias románticas aunque no me importaría probar nuevos géneros”.

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