Cine, teatro y viceversa
Se dice que la crisis en el cine empuja a los creadores al teatro
Mientras se termina de poner en pie el proyecto cinematográfico sobre Guernica, que tanto se está demorando, el infatigable Carlos Saura se ha pasado al teatro con una versión muy libre de El gran teatro del mundo, de Calderón. Aunque Saura ya había dirigido la ópera Carmen y también un espectáculo de flamenco es esta la primera vez que asume la totalidad de un espectáculo teatral, y aunque este pueda ser controvertido como todo lo que él hace, el resultado es juguetón, audaz y brillante. Nos encontramos de nuevo ante un ensayo de la obra a representar tal como ha hecho Saura en varios de sus musicales para el cine, la acertada música oscila entre lo clásico y el flamenco, y el buen humor campa a sus anchas; de hecho, entre imágenes que cobijan el espectáculo desde grandes pantallas, parece una película suya trasladada a un escenario. No es Saura el primero en España en pasarse al teatro y alternarlo con el cine. Entre otros lo hicieron Josefina Molina, Barroso, Miró, García Sánchez, Gutiérrez Aragón, Trueba, Bigas Luna, Chávarri, Olea. Gerardo Vera, Mario Gas, Sigfrid Monleón… Ahora, el director teatral de moda Miguel del Arco prepara su primera película, dando el paso en dirección contraria, y se ha estrenado en cines una nueva versión de Anna Karenina con el artificio de desarrollarse en el interior de un teatro, no sabiendo finalmente cuál de los dos medios de expresión prevalece.
Se dice que es la crisis en el cine lo que conduce a estos creadores al teatro pero también hay crisis en el teatro, lo que lleva a sus profesionales más jóvenes a descubrir espacios nuevos –Microteatro por dinero, La casa de la portera…– como ya hicieran los argentinos durante el corralito… En estos teatritos han dirigido Bajo Ulloa, Inés París, Achero Mañas… Por su lado, buena parte del cine más innovador se refugia en Internet donde precisamente esta semana se ha abierto una nueva web, PLAT http://plat.tv, en la que pueden verse legal y gratuitamente películas inéditas. Ya puestos, deberían ampliarse estas páginas al mundo del teatro y permitirnos acceder así a los montajes de las gentes del cine. Si todo está cambiando no sobraría otro viraje. Quién pudiera ver ahora los montajes teatrales de Bergman, Visconti, Chérau, Raimi, Haneke, Welles… El teatro es efímero, la imagen permanece… Y todo sigue cambiando.
Babelia
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