De Antonio Tejero a Mario Monti
La obra '¡Quieto todo el mundo!' noveliza y actualiza el 23F en Matadero Madrid Estará en el centro los próximos 23 y 24 de febrero
Nada de pistolas ni palabrotas. Hoy el poder viste trajes y habla despacio. Y los gritos de Antonio Tejero en el Congreso serían, probablemente, una rueda de prensa. “Ahora, respecto al 23F, el fantasma no es la guerra civil sino el capitalismo. Si se produjera un fenómeno parecido, no sería un golpe de la extrema derecha, sino más bien de los mercados. Nos pueden poner un Mario Monti”, asegura Miguel Oyarzun. El actor y dramaturgo protagoniza con la compañía Mirage ¡Quieto todo el mundo!, una obra que rescata y actualiza el 23F y que estará -como no- los próximos 23 y 24F en Matadero Madrid, en el marco del Festival de Escena Contemporánea.
“En un futuro cercano, a tres personas les encargan un golpe de estado. Durante la operación sin embargo las cosas salen distintas”, resume Oyarzun la sinopsis de la obra. Inspirada por el libro Anatomía de un instante, de Javier Cercas, ¡Quieto todo el mundo! busca fascinar al público, más que a los documentalistas: “Es una ficción. No hay un espíritu de recreación histórica”.
Sí tiene la obra guiños al presente y a la actualidad, pese a que el contexto de ¡Quieto todo el mundo! es “más radicalizado, si cabe”, según Oyarzun. En el fondo, el actor cree posible trazar paralelismos entre la intentona de Tejero y nuestro pan de cada día: “Por un lado, hoy como entonces no paran de darnos golpes. Da la sensación de que durante la transición había mucha movilización. Y ahora también, tras unos años de letargo, la ciudadanía reacciona”.
Tanto que, entre 15M, marchas mineras y mareas blancas y verdes, la rabia y la indignación desfilan desde hace meses por las calles de España. “Un cambio se avecina”, sostiene Oyarzun. Y tal vez contribuyan a ellos los espectadores que salgan de ¡Quieto todo el mundo!. “La gente va a disfrutar mucho, es una obra muy divertida. Pero me gustaría que el público saliera pensando en cómo puede implicarse y activarse a nivel individual”, explica el actor.
“¿Cuál es la responsabilidad del individuo en la sociedad? ¿Qué responsabilidad tienen aquellos que nos representan, han de ser ejemplares o héroes?”, pregunta la compañía Mirage en el documento que acompaña la obra. Pero ¿y ellos, los artistas, qué rol han de tener? “A tu pesar, todas las obras son políticas. Costa-Gavras dice lo mismo de las películas”, contesta Oyarzun.
Algunas, sin embargo, lo son más. Como la que Mirage estrenará en abril: Quijotadas, o El quijote contado por un grupo de inmigrantes subsaharianos. “Buscamos un paralelismo entre su viaje y el que narra Cervantes”, cuenta Oyarzun. Una ruta a veces utópica y, desde luego, sin traje. Claro, no son el poder.
Babelia
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