Montserrat Soto rompe el tiempo

Durante los últimos años, Montserrat Soto (Barcelona, 1961) se ha dedicado a crear un archivo con imágenes en las que se documenta el acelerado abandono de las pequeñas poblaciones como consecuencia del desmedido crecimiento de las grandes ciudades. Son fotografías en las que se avisa de las consecuencias de las políticas de superpoblación y de abandono de las pequeñas comunidades. El trabajo está centrado en lugares de diferentes partes del mundo y lleva por título Doom city, del hombre nómada al hombre sin lugar.

De ese proyecto surge la exposición Tiempo roto, que hasta mediados de marzo se puede ver en la galería Juana de Aizpuru. Aquí expone una docena de fotografías de gran formato entre las que ha pintado un grafiti en el que se puede leer la frase que da título a la muestra.

En una de las imágenes, en medio de un territorio descuidado, ha colocado unas grandes puertas de cristal con las que parece dividir la nada. De puertas afuera, se ve la hierba sin pisar que cubre el campo con varios árboles en el horizonte. De puertas adentro, quedan las huellas del hombre que en algún momento lejano escogió ese territorio para instalarse.

En otras imágenes aparecen ruinas viejas: unas piedras que alguna vez fueron parte de una muralla o de una simple pared, un brócalo de pozo cegado, unos cimientos de vivienda a punto de desaparecer...

Soto avisa así del efecto de la especulación y de las consecuencias de los desplazamientos a los suburbios de los suburbios.Recuerda la necesidad de elaborar planes municipales en los que se tengan en cuenta las necesidades básicas de quienes se asientan en esos territorios. De lo contrario, el abandono seguirá creciendo como una enredadera salvaje.