Bartomeu Barceló, geógrafo, editor y promotor de la UIB
Catedrático de Geografía y uno de los impulsores de la Universidad de las Islas Baleares (UIB)
A principios de los años setenta del siglo XX, Bartomeu Barceló Pons escribía sobre la geografía del ruido —la contaminación acústica— y teorizaba acerca de la civilización de las ciudades y los cambios geofísicos en la Antártida. Catedrático de Geografía y uno de los impulsores de la Universidad de las Islas Baleares (UIB), falleció el día 10 en su Palma de Mallorca natal, a los 80 años, tras unos meses de enfermedad que vivió recluido entre bonsáis, libros, películas y música, con la catedral y el mar al fondo.
Científico acreditado por sus aportaciones en foros internacionales y prolífico divulgador ameno, siempre fue un hombre de izquierdas, un intelectual rebelde. Historió el nacimiento del turismo en Baleares, articuló “la condensación geográfica” del archipiélago y radiografió su boom demográfico. Nació en 1932 en Mallorca, que tenía la mitad de población que ahora —cerca de un millón—, en una familia de tradición burguesa e industrial, con casal y finca propios. Tomeu Barceló estudió Historia y Geografía en Barcelona, Madrid y París. Seguidor de Manuel de Terán y colega de Joan Vilà-Valentí, sus últimas actividades estuvieron ligadas a la Unión Geográfica Internacional. Su bibliografía y trayectoria académica son vastas. Era agudo y muy rápido. Construyó un método de análisis de los espacios geográficos y lideró científica y humanamente la trayectoria de varios cientos de licenciados. Especializados en geografía urbana, humana y ordenación del territorio, algunos se volcaron en la batalla política, el ecologismo o la gestión pública.
Su carisma le suscitó desencuentros y se distanció de discípulos acreditados. Los problemas con la cúpula de la UIB, en la que no logró ser elegido rector en 1982 al ser derrotado por otro catedrático de excepción, Nadal Batle, llegaron al extremo de motivar su alejamiento directo de su estructura. Exdecano de Filosofía y exdirector del Departamento de Geografía, dirigió tesis doctorales que tuvieron que leerse en universidades de Barcelona y Zaragoza.
En los foros culturales, Barceló intentó la renovación editorial en 1961 con el sello Daedulus, que publicó una obra clave, Els Mallorquins, de Josep Melià. En el plano civil y empresarial gestó los servicios de estudios y la biblioteca temática de la Cámara de Comercio de Mallorca y su acreditado boletín. Creó gabinetes y empresas de estudios urbanísticos y sus reflexiones quedaron en el Plan de Palma de 1973 y de los municipios turísticos de Calvià, Alcúdia y Polllença. Además de fundador de la Sociedad de Historia Natural, de la Obra Cultural Balear, era miembro del Institut d’Estudis Catalans, recibió la Creu de Sant Jordi de la Generalitat de Cataluña y la Medalla de Baleares. En 2008, 50 amigos publicaron un libro de homenaje coordinado por sus fieles Joan Mayol, Lleonard Muntaner y Onofre Rullán. Allí aparecen los primeros apuntes infantiles de Barceló: un dibujo de los bombardeos de la guerra junto a su carnet de flecha (honorario) de Falange con cinco años.
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