Ewan McGregor: “Hice ‘Lo imposible’ para explorar la paternidad en el cine”
El actor escocés, premio Donostia, presenta película junto a su director, J. A. Bayona
Ha cruzado un océano y cogido tres vuelos para llegar desde Tulsa (Oklahoma) a San Sebastián. En Estados Unidos dejó ayer miércoles el rodaje de August: Osage County, de John Wells, para participar en la presentación de Lo imposible, de J. A. Bayona. Entró en el hotel a las tres de la tarde, dio la rueda de prensa a las cinco, recogerá el Donostia a las diez de la noche, dormirá en San Sebastián y mañana, de vuelta a Tulsa. Así ha sido el periplo de Ewan McGregor (Crieff, Escocia, 1971) para defender una película ya conocida como "la del tsunami de Bayona". El mismo actor explicaba este ataque de Phileas Fogg, que ha ido describiendo por Twitter, para alivio de los responsables del festival y de la productora de Lo imposible, que veían cómo lograba coger todos los vuelos. "Ha sido un viaje tan largo y solitario que por eso lo he ido comentando por las redes sociales. Me encanta este certamen, lo llevo en el corazón, no recuerdo mi primera presencia —con Tumba abierta —, pero sí las otras dos, con Trainspotting y Moulin rouge. Me honra mucho este premio de honor. ¿Se lo dan a gente mayor que yo? [es el intérprete más joven en lograrlo] Bueno, es que yo he trabajado mucho".
El escocés explicó muy claramente por qué había aceptado encarnar a Henry en Lo imposible, el drama de una familia con tres hijos atrapada en el tsunami que arrasó las costas asiáticas en las navidades de 2004. "Leí el guion, era emocionante. Había visto El orfanato y me apetecía colaborar con Bayona. Y soy padre desde hace 16 años, un hecho que sin embargo nunca había explorado en el cine. Me apetecía indagar en el cine este vínculo".
Recibir el Donostia le ha servido a McGregor para reflexionar sobre su carrera, como por ejemplo si escoge las películas con historia por encima de encarnar a un personaje que le apetezca: "Nunca analizo si el personaje es más importante que el argumento, porque sin ellos no hay argumento. Si ves Lo imposible puede que pienses que el drama supera a los papeles. Este puede que esté más cerca de mí que otros, pero lucho por todos iguales. No me siento muy diferente de los tiempos de Trainspotting. Abordo mis trabajos con la misma pasión que entonces, al menos eso espero. Cuando era joven era muy seguro de mí mismo porque no tenía otro plan. Soñé con ser un actor con trabajo y ha salido bien. Llevo 20 años así. He trabajado con grandes en grandes películas. Soy tan afortunado… Bueno, he filmado alguna película mala aquí y allí".
El director explicó que Lo imposible se convirtió en una película en inglés de forma casi natural: "La primera versión del guion de Sergio G. Sánchez era en español. Pero el 80% de los diálogos ya estaban en inglés, porque era el idioma en que se comunicaban. El mercado cinematográfico estipula la realidad y sacar 30 millones de euros [el presupuesto del filme] con actores españoles es difícil. En pantalla nunca descubrimos la nacionalidad de los personajes. Solo decimos que vienen de Japón y que quieren volver a casa. Por eso los actores conservan sus acentos reales respectivos. En realidad, todo se reduce a que no importan los países: nosotros queríamos hablar de personas". A ello McGregor añadió: "Es una película española, y representa el cine español en un mercado amplio".
Sobre el trabajo con los tres niños, tras contar Bayona que en la vida real, cada uno de ellos vivió el postsunami de forma distinta, y que por tanto se trabajó de forma diferente con cada actor, el premio Donostia confesó: "Yo aparecía el último en el rodaje, porque pasé mucho tiempo con los dos más pequeños, con los que comparto más historia. Los mimamos para que no sufrieran en la filmación. Pero estuve a su lado explicándoles la situación y los sentimientos, y tras los cuatro meses acabaron pensando de mí que era un tipo deprimido, que no les dejaba ir a la piscina y que les empujaba a ponerse tristes". Sergio G. Sánchez, que además de guionista trabajó como coach de los niños, explicaba que cuando llegaba el momento de filmar, les pedía que se llamaran entre sí con su nombre de ficción: "De repente, soltaban un ‘Ewan, Ewan’, yo les regañaba diciendo: ‘¡No, como el personaje!’, y entonces decían ‘¡Obi-Wan! ¡Obi-Wan!".
"Nunca analizo si el personaje es más importante que el argumento"
Bayona explicó que Ewan estuvo desde el principio en Lo imposible. "Buscamos alguien con quien resultara muy fácil empatizar y que nos ayudara. Ewan tiene una carrera arriesgada muy europea, más allá de Star wars. En la primera conversación sobre el proyecto ya le pregunté si había hecho antes de padre y él dijo que no lo recordaba, que si acaso en Big fish… El escocés interrumpió: "Eh, y en La niñera mágica y el Big bang. Ahora en serio. No pienso en mi carrera, no me veo como actor de Hollywood, ya que la mayoría de mi trabajo ha sido aquí. Sigo los guiones que me llegan, esa es mi guía. Solo me interesa lo que hacen estos [señalando al guionista], los que escriben. Si no tienes un vínculo con las páginas no puedes hacer una buena película. ¿Personajes que desee interpretar? No sé qué papeles me quedan por hacer, con lo que no tengo respuesta porque encima no produzco mi propio trabajo".
En la rueda de prensa estaba María Belón, la auténtica madre que sufrió lo contado por la película; en la pantalla le da vida Naomi Watts: "Sinceramente, al final a nosotros no nos pasó nada. Revivirlo no me ha dado miedo. Cuando llegó con la oferta Bayona estuvimos de acuerdo en contar esta historia por los que no sobrevivieron. Espero que no penséis que esto es una exhibición, sino que hemos compartido una experiencia. De Asia volví con una lección: la vida es esto. Es un tsunami tras otro, y nosotros tuvimos suerte. No es terapéutico, ni exhibición, ni nada que enseñar, porque si no, yo no estaría aquí". A su lado, Bayona apuntilló: "No quiero ser aleccionador. Es una experiencia más emocional, sensorial, que intelectual, porque ellos no pararon nunca a pensar el porqué. Y espero que eso esté en Lo imposible".
Por la noche, el tirón de McGregor fue espectacular. Firmó autógrafos hasta dentro del Kursaal, donde se formó un pasillo humano a su entrada. Después, un vídeo recorrió su carrera, que acabó con su interpretación de Obi-Wan Kenobi y la legendario frase "May the force be with you" (Que la fuerza te acompañe). Juan Antonio Bayona salió al escenario, como director de Lo imposible, para definir su carrera especial, la honestidad de su protagonista ("yo buscaba alguien como Spencer Tracy o Gregory Peck") y antes de que le diera a McGregor el premio Donostia recordó el célebre discurso inicial de la película Trainspotting. Después McGregor, elegante sin corbata, recibió con emoción el galardón, repartió elogios a Bayona, recordó a las víctimas del tsunami, reconoció el cariño por Donostia ("Donde ya vine con Tumba abierta, mi primera película), confesó el orgullo que sentía al ver el vídeo con sus películas y echó de menos a su esposa, Eve, a la que conoció entre su primera y segunda película: "Ojalá hubiera estado hoy aquí, porque ella es tan culpable como yo de mi carrera".
Babelia
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