El museo Rodin de Filadelfia reabre sus puertas con su aspecto de 1929
Tras tres años de obras, el edificio recobra su diseño original Las esculturas del artista francés vuelven a colocarse al aire libre
Han hecho falta tres largos años de obras para que el edificio que alberga la mayor colección de esculturas de Auguste Rodin fuera de Francia recobre su aspecto de 1929. Este viernes, el museo Rodin de Filadelfia ha reabierto sus puertas mostrando la estructura y la planta que a principios del siglo pasado idearon el arquitecto Paul Cret y el paisajista Jacques Gréber. Porque los muros de piedra no son los únicos que han sido recuperados, el jardín que rodea el recinto también ha regresado a su forma original y, con ella, las obras para las que se creó, que permanecieron al aire libre hasta que, en 1960, se pusieron a cubierto para resguardarlas de la polución.
“Para nosotros era importante recuperar la grandeza de un edificio que se había ido deteriorando con el paso de los años. El resultado es extraordinario y todos debemos valorarlo”, señaló este jueves en un encuentro con los medios de comunicación Timothy Rub, el director y consejero delegado del Museo de Arte de Filadelfia. En los trabajos de restauración, en los que se han invertido nueve millones de dólares (unos 7.300.000 euros), se han empleado los mismos tonos de pintura, el mismo tipo de madera y las mismas cubiertas que forran las paredes, para otorgar al edificio el aspecto exacto que tenía en 1929. “Es una edificación muy sofisticada, tanto como un vestido parisino de principios del XX”, explicó Rub.
Las más de 140 esculturas de bronce y mármol de Rodin recuperan su ubicación original y, con ella, el espíritu que guió a Cret y Gréber cuando imaginaron el edificio y los jardines
El Pensador, Las Puertas del Infierno, Los Burgueses de Calais... Las más de 140 esculturas de bronce y mármol de Rodin recuperan su ubicación original y, con ella, el espíritu que guió a Cret y Gréber cuando imaginaron el edificio y los jardines. Ambos diseñaron la estructura de muros y setos para enfatizar la fuerza y belleza de las piezas del artista francés. Lograron crear una sinergia entre la instalación y las obras de Rodin, tal y como les encargó el magnate del cine Jules Mastbaum, quien regaló el museo a su ciudad natal.
Los retoques no se han aplicado solo a las fachadas y las galerías del interior del edificio. Todas las esculturas de Rodin, salvo Los Burgueses de Calais, han sido restauradas. El museo celebra su reapertura con una instalación dedicada a Las Puertas del Infierno, el proyecto escultórico que definió la carrera del artista y en el que consumió cuatro décadas de su vida.
Con el mismo aspecto que tenía hace 83 años, el museo se actualiza y, con su reinauguración, la avenida Benjamin Franklin de Filadelfia recupera su tradicional brío intelectual. El pequeño edificio se alza entre el Museo de Arte de la ciudad y la Fundación Barnes -que justo hace dos meses abrió su puertas al público por primera vez- y a unos pocos metros de la Biblioteca de la Libertad. Sin duda, un interesante paseo artístico.
Babelia
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