La industria del libro en España cae un 18% durante la crisis

Los miedos empiezan a hacerse realidad. Las antiguas sombras que cubrían el horizonte de la industria editorial española ya están aquí y ahora lo que se ve en la nueva línea del paisaje es más oscuro aún. Durante la crisis económica global, desde 2008 hasta el 2011, la caída de las ventas de libros ha sido del 18% en euros constantes, y podría incrementarse en un 10%, si se cumplen las previsiones que ha realizado la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE). “Es una caída profunda y preocupante, debido a la reducción del consumo y de la financiación”, asegura Antonio María Ávila Álvarez, director de FGEE. Esa tendencia, añade, en euros nominales representa el 11%, aunque si se le quita la inflación alcanza el 18%.

El avance de los datos confirma un movimiento sísmico que puede poner en riesgo la estabilidad y / o continuidad de algunas editoriales pequeñas, medianas y grandes. Las señales de alerta ya las dieron en el mes de junio los desplomes del libro de bolsillo y la venta en la Feria del Libro de Madrid, que se suele tomar como un termómetro del comportamiento anual: los porcentajes de descenso en ventas alcanzaron el 12 y el 20%, respectivamente. Algunos advierten de que es hora de que las editoriales revisen su actual estrategia de publicar más títulos, con una tirada media más baja mientras los precios apenas han bajado.

No es un callejón sin salida, pero la realidad y los pronósticos son complicados debido al cambio de paradigma en el que confluyen tres situaciones, cada una, a su vez, con problemas e incertidumbres bifurcadas: la crisis económica global, la jubilación de un modelo de negocio centenario y la competencia entre el sector editorial español y las empresas globales que buscan ganar mercado en España y todo el mundo hispanohablante.

Las editoriales se han visto inmersas en una reinvención y reconversión a las carreras para mantener a flote un negocio tanto en el mundo dual como digital.

Los titulares del estudio son que el sector editorial facturó 2.772 millones de euros y vendió  286 millones de ejemplares en 2011. Aunque las cifras indican que el año pasado el descenso fue del 4,1%, respecto al 2010, la verdad es que la caída no fue mayor gracias a los libros de texto, y por una coyuntura especial e irrepetible: la renovación de varios títulos en cuatro cursos. Sin este segmento escolar la caída habría sido estruendosa: el 8%, según el director de la FGEE. El descenso de la facturación se produjo en todos los campos, excepto en el escolar y en los libros prácticos (de cocina, de bricolaje...), el cómic y la literatura infantil y juvenil.

El mercado español se movía en torno a los 3.000 millones de euros anuales y el año pasado facturó 2.772 millones, es decir, un 4,1% menos que en el ejercicio anterior. Se suman así seis años de decrecimiento. A pesar de ello, el sector “está demostrando ser una industria cultural profesional con una fuerte capacidad de iniciativa”, dice Javier Cortés, presidente de la FGEE. Ha reclamado un reconocimiento tanto del valor cultural como económico por parte de las Administraciones Públicas.

En los últimos cinco años, la facturación ha descendido el 11,2% y el número de ejemplares vendidos se ha reducido el 20,3%. Para Cortés hay un problema muy claro de comercio interior del libro. En cambio, otro de los factores que ha logrado espantar más miedos ha sido la exportación de libros. Aumentó el 5,38% en 2011 (482,44 millones de euros). Lo que confirmaría al mundo del libro como una de las industrias más internacionales del sector cultural. Cortés, por eso, invita y reclama el liderazgo en el mercado iberoamericano porque de lo contrario, advierte, “vendrán otros y lo harán”. Es aquí cuando entra en juego la Ley de Propiedad Intelectual para frenar la piratería y la cultura del todo gratis. Un enemigo de la situación sería el aumento anunciado del IVA, que supondría, en palabras de Cortés, una especie de “tributo contra la lectura”.

Si las cifras de caídas marcan récords, las de aumento de títulos editados también: 83.258 títulos, aunque con un descenso en la tirada media que apenas llega a los 3.441 ejemplares. En total, la oferta editorial española es de 464.981 títulos vivos.

¿Y el libro digital? Sube. Lento, pero sube. Se facturaron 72 millones de euros, lo que representa un 2,8% del total del sector, con un incremento del 3% respecto al 2010. Desde 2009 la producción ha aumentado un 547%, y la facturación un 41%.

El libro de bolsillo que al comienzo de la crisis aparecía como una esperanza ha quedado claro que no lo era. Su facturación fue el año pasado del 6,7% del total del sector y alcanzó el 13% de los ejemplares vendidos. Pero este año ha registrado un desplome del 12%, según algunas editoriales. El sector editorial reclama el reconocimiento del valor cultural y económico de su actividad mediante medidas legislativas que supongan la defensa de la propiedad intelectual, la lucha contra la piratería y una adecuada fiscalidad para el libro.

A parte de los datos que ha informado la Federación, según Blanca Rosa Roca, de Roca Editorial, hay otros indicadores: “Si vemos los datos de Nielsen del 2012, cada semana marca un descenso respecto al año pasado, en la última semana un 11% menos que la misma semana del año anterior. Se nota la falta de consumo y también el exceso de las descargas ilegales”.

Todas las medidas para reactivar el consumo de los ciudadanos ayudarían también al sector del libro, según Núria Cabutí, del Grupo Random House Mondadori. En este sentido, agrega “un posible incremento del IVA sería muy perjudicial y sería totalmente contraindicado. También es necesario que fluya el crédito y la financiación hacia las librerías que sienten con gran presión la contracción de la economía”.

“¿Soluciones?”, se pregunta Ofelia Grande, editora de Siruela: “La supervivencia de la industria editorial pasa en primer lugar por tratar (y esto probablemente es algo que se tenga que alentar también desde las instituciones) de fomentar la lectura y la compra de libros con una oferta atractiva en contenidos y precios y afianzar la red de librerías y bibliotecas”.