Agustín Díaz Yanes: “El momento político en España da para un ‘thriller”
El cineasta Agustín Díaz Yanes llega a la literatura con 'Simpatía por el diablo', novela de intriga sobre un golpe de Estado económico en España
De casualidad llevaba en su mochila unos folios escritos sobre una conspiración económica en España. Ese primer capítulo de una posible serie de televisión fue lo que se llevaron las editoras de Espasa en el encuentro que tuvieron con el cineasta Agustín Díaz Yanes, al que habían convocado para tantearle sobre una posible novela. Díaz Yanes acudió a la cita con la intención de hablarles de un libro de toros, pero finalmente, en un alarde de prestidigitador, les ofreció esas hojas que guardaba en la mochila. Al día siguiente, ya tenía el encargo. “No tuve más remedio que escribir, no me podía echar atrás. Siempre había tenido la ilusión de escribir una novela. El cine no está en su mejor momento y quería ocupar el tiempo escribiendo algo. Las editoras me salvaron la vida porque me obligaron a dar este paso”. Simpatía por el diablo, un thriller con tintes de novela negra de políticos corruptos, banqueros insaciables y ciudadanos resistentes en la España actual, en el que no falta por supuesto el mundo de los toros, ya está a la venta. “El momento político de España da para muchos thrillers. España es una sociedad moderna y desarrollada que está en una crisis profunda y eso da para muchas cosas. Cada día vemos situaciones más sorprendentes que antes parece que estaban un poco ocultas o que te sublevaban menos, al margen de que uno sea de izquierdas o derechas”, explica el cineasta de Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto, Sin noticias de Dios, Alatriste y Solo quiero caminar.
La trama de Simpatía por el diablo, homenaje claro a la mítica canción de los Rolling Stones, se inicia en el despacho de un poderoso banquero y el descubrimiento por parte de su secretaria de un documento muy comprometedor. A través de esta joven, la gran heroína de la historia, se pone en marcha una red de resistencia frente a los grandes y oscuros intereses que quieren dar un golpe de estado económico en España. Políticos, periodistas, empresarios, para todos hay cabida en esta compleja trama en la que se mezclan personajes reales, algunos reconocibles, con otros de ficción.
Ferviente lector de las historias de intriga y espías, Agustín Díaz Yanes (Madrid, 1950) ha tenido en mente la estructura del thriller, tan distinta a la de una novela más convencional de amores y pasiones. “Como me pasa con los guiones, la historia me ha ido llevando. He seguido mi técnica de guionista, con un guion escaleta. Siempre me ha gustado el cine y la literatura que retrata el poder político y económico, pero lo que tenía claro es que no quería hacer un retrato del mundo anglosajón con una visión diferente a la nuestra, sino elaborar una historia con personajes reconocibles y creíbles que pudiera ocurrir en España”. El cineasta sigue pensando en imágenes, pero las palabras le han hecho más libre. “Es lógico porque el guion tiene unas reglas y más en España, donde hay una censura económica porque sabes que hay cosas que no puedes hacer. En la novela eres libre, puedes escribir lo que quieras y como quieras. Además no tienes la presión del guion que se lo tiene que leer muchísima gente, discutir las secuencias una y otra vez antes de que se convierta en una película”.
El poder económico se ha adueñado de la conciencia del poder político”
La trama económica que subyace en Simpatía por el diablo ha obligado a su autor a consultar y leer decenas de libros, estadounidenses en su mayoría, sobre economía, funcionamiento de los mercados y política contemporánea. “Me he documentado mucho pero no porque yo sea una persona especialmente puntillosa. He aprendido sobre el momento tan complicado que vivimos. Todos tendemos a echar la culpa a los políticos y la tienen bastante, porque no nos han sabido defender bien. Creo que estamos en un proceso de cambio grande y que nadie sabe lo que puede ocurrir. Como siempre ocurre lo está pagando la gente que menos se lo merece”.
No es optimista Díaz Yanes sobre el momento político actual, algo que queda reflejado en Simpatía por el diablo. “La caída en picado de la política y los políticos es una tragedia, esa poca maniobrabilidad que tienen para poder manejar cosas, la desafección entre los políticos y los ciudadanos es algo que da mucho miedo. El poder económico se ha adueñado del poder político, pero, sobre todo, se ha adueñado de su conciencia. Los políticos parecen a veces marionetas en manos de unas fuerzas extrañas. El mundo ha vivido situaciones más terribles que las de hoy y hubo políticos como Adenauer o De Gaulle en Europa o Roosevelt en Estados Unidos que en circunstancias brutales sacaron adelante a sus países”, reflexiona en el café Gijón el cineasta y autor que lamenta la escasa formación intelectual de la clase política actual, mientras echa una mirada hacia atrás pensando en Adolfo Suárez y Felipe González. “El primero consiguió convencer al país de la importancia de la democracia y el segundo de que había que modernizar al país. Los dos lo lograron, y no éramos un país fácil entonces”.
Hijo de torero y defensor de la fiesta, no ha dejado pasar la oportunidad de hablar de ese ambiente que tanto ama y tan bien conoce. No solo por su superstición, también en claro homenaje a su padre y tantos toreros, como Antoñete o Curro Vázquez, ante los que se rinde sin discusión. “Me cansa un poco también esta historia de que tienes que ser correcto con todo. Guste o no, los toros forman parte de la vida española. Me gustaba que estuviera el toro por detrás, un mundo que conozco muy bien y del que me siento muy orgulloso”.
No hace planes de futuro. De momento el cine tendrá que esperar –“No es un buen momento para hacer una película”-, pero no se siente frustrado. Aunque no ha cerrado la puerta a terminar su carrera cinematográfica con un proyecto que lleva acariciando años, Madrid Sur, ahora la novela le ha abierto un camino. “Como vengo del cine, soy muy realista y voy a esperar a ver como funciona esta”. “Cuando pueda, si puedo, haré una película y si no… he llegado, como decía Paco Camino, adonde he podido”.
Los políticos parecen marionetas en manos de fuerzas extrañas”
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