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Los Taviani ganan el Oso de Oro en Berlín con 'César debe morir'

El Gran Premio Especial fue para 'Csak a szél', ('Just The Wind'), del húngaro Benedek Fliegauf La congoleña Rachel Mwanza, mejor interpretación femenina por 'Rebelle'

Sean Gallup (Getty Images)

El filme italiano de los hermanos Paolo y Vittorio Taviani Cesar debe morir ha ganado el Oso de Oro en el festival de cine de Berlín. El Gran Premio del Jurado se va a Hungría por el drama Solo el viento, una película de con actores aficionados dirigida por Bence Fliegauf. El Oso de Plata al mejor director ha sido para el alemán Chistian Petzold por la celebrada cinta Barbara, que era la favorita de los críticos locales. Los galardonados a las mejores interpretaciones masculina y femenina son el danés Mikkel Følsgaard y la congoleña Rachel Mwanza por sus trabajos en Un affaire real y Rebelle, respectivamente. Las preferencias del público y los críticos que han asistido a la 62° edición del festival de cine de Berlín estaban muy divididas antes de la entrega de premios. La carencia de favoritos claros es, en este caso, resultado de una elección de películas más bien mediocre.

Los octogenarios Taviani han sorprendido con su interesante ensayo cinematográfico en blanco y negro sobre un grupo de reclusos en una cárcel de alta seguridad romana. Ensayan para representar la tragedia Julio Cesar, escrita por William Shakespeare hace más de 400 años. Según se van presentando los actores en la película, el espectador va conociendo por qué delitos están encerrados. Desde el escenario principal de la Berlinale, Paolo y Vittorio Taviani ha enviado saludos a los presos romanos que participaron en su largometraje. Es el octavo filme italiano que se lleva el máximo galardón desde el comienzo de la Berlinale.

La actriz Rachel Mwanza se alegró sobremanera de su Oso de Plata y agradeció al director de Rebelle, el canadiense Kim Nguyen, que la eligiera para protagonizar su filme. Mwanza interpreta a la niña-soldado Komona, obligada a luchar en una sangrienta guerra civil africana. La película fue rodada en escenarios naturales en Congo. Narra la cruel historia de Komona dejando de lado el contexto histórico o político de los crímenes en los que se ve complicada. Buena parte de los actores carecen de experiencia cinematográfica previa.

Mikkel Folsgaard interpreta en Un affaire real al rey Christian VII de Dinamarca, donde obviamente algo huele a podrido. Su esposa, la reina Carolina Matilde, tiene una aventura con su amigo el médico de la corte Johann Struensee. Corre el año 1768 y Struensee no es un simple médico, sino el hombre que traerá las ideas ilustración a la corte de Copenhague. Las tensiones que provocan los cambios políticos y el triángulo amoroso desembocan en traiciones y duelos. Como la película de los Taviani, la dirigida por Nikolaj Arcel también tiene reminiscencias del teatro de Shakespeare. Folsgaard y su interpretación del chiflado rey Christian son lo mejor de una película emocionante y bien rodada, que además se ha hecho con el Oso de Plata al mejor guión.

El jurado que ha presidido Mike Leigh dio su Gran Premio Especial al largometraje Solo el viento, del húngaro Benedek Fliegauf. Se trata de una película sobre el racismo que expone de forma descarnada y bastante brutal los asesinatos de gitanos en la Hungría de hoy. Sus actores también son, en su mayoría, aficionados sin ninguna experiencia.

El Oso de plata al mejor director se lo queda el alemán Christian Petzold, un veterano de la Berlinale. Su filme Barbara, que ha encontrado el aplauso de sus compatriotas, cuenta la historia de una médico que sufre el acoso de la policía política de la República Democrática Alemana, la temida Stasi.

El premio Alfred Bauer, que es una distinción especial en memoria del fundador del festival de Berlín, se va a Portugal en el equipaje de Miguel Gomes. El premio persigue recompensar las películas “que abren nuevas perspectivas en el arte cinematográfico”. Gomes presentó Tabú, que es una película bastante larga rodada en blanco y negro de baja calidad. Cuenta la historia de una mujer que pierde su dinero en el casino y se muere en Lisboa, antes de que el espectador conozca la historia de amor que había acabado con su matrimonio y con su existencia de latifundista en el África colonial portuguesa, allá por los sesenta. La historia tiene escaso interés y la mala calidad de las imágenes roba encanto y exotismo a la parte africana del filme.

Además, el jurado concedió un Oso de Plata especial, fuera de programa, a la directora Ursula Meier, por su película L'enfant d'en Haut, bastante celebrada por los críticos. Es la historia de un niño que tiene que robar para sobrevivir en las opulentas regiones donde se practica el esquí en Suiza.

El jurado ha se ha compuesto este año del citado Leigh, el director iraní Asghar Farhadi (que ganó el Oso de Oro el año pasado con A Separation), su colega francés François Ozon, la actriz francesa Charlotte Gainsbourg y la también actriz Barbara Sukowa, alemana. Además del el actor estadounidense Jake Gyllenhaal, el escritor argelino Boualem Sansal y el camarógrafo de Países Bajos Anton Corbijn. Han elegido entre 18 películas de fuerte carga dramática y crítica social y de los orígenes más variados. La mayoría de ellas se han rodado con presupuestos modestos.

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