Goya trasatlántico
Cuatro filmes latinoamericanos compiten este domingo como Mejor Película Iberoamericana. Las cintas son: 'Violeta se fue a los cielos', 'Un cuento chino', 'Boleta al paraíso' y 'Miss bala'.
Una campesina chilena trasciende a los cielos de la fama con su voz privilegiada y su poesía de lo elemental. A un ferretero argentino le cae de los cielos un enigmático chino que le empujará a una peripecia vital. Dos chicos cubanos, víctimas de la sociedad, emprenden viaje físico y emocional hacia La Habana y hacia la vida. Una beldad mexicana, reina de belleza, cae por equivocación en el cerrado y complejo universo de un poderoso cartel de la droga. Nada parece común en estas vidas pero comparten dos relevantes coincidencias: son historias del nuevo cine latinoamericano y las cuatro competirán el próximo domingo por hacerse con el Goya a la Mejor Película Iberoamericana. Son ellas Violeta se fue a los cielos, un particular biopic de la cantautora chilena Violeta Parra, dirigido por Andrés Wood; Un cuento chino, delirante comedia argentina de Sebastián Borensztein, protagonizada por Ricardo Darín; Boleto al Paraíso, un drama urbano del veterano realizador cubano Eduardo Chijona y Miss Bala, una fantasía realista que huye de los tópicos del cine mexicano de narcos, rodada por Gerardo Naranjo.
“Creo que el cine en nuestro continente está viviendo un buen momento y el nivel de estas cuatro películas nominadas ya es un buen ejemplo”, asegura convencido Chijona, que consiguió estrenar el año pasado en España su nueva película pero en un circuito muy reducido. “El problema mayor ha sido y sigue siendo el de la distribución, controlada por las grandes compañías norteamericanas. Los que hacemos cine en América Latina sabemos que nuestras películas no encuentran distribución comercial en otros países del continente debido a este monopolio. Le toca a los festivales convertirse en una plataforma o una ventana para que nuestras películas puedan llegar a otros públicos”. Una ventana es también, sin duda, esta categoría de los Goya que premia la labor del cine iberoamericano y la mayoría de los nominados coincide en su importancia de cara a la visibilidad. “El Goya es el Oscar hispanoparlante, tiene un prestigio mayúsculo”, interviene Sebastián Borensztein. “Un premio en un certamen tan importante como los Goya es sin duda beneficioso para cualquier película”, prosigue Chijona, “pues llama la atención sobre ella y puede ayudar a que encuentre distribución en cine o televisión y pueda llegar a un publico más numeroso”.
Narcogénero
De la diversidad del cine latinoamericano actual da cuenta esta selección a los premios del cine nacional, con películas que abordan temáticas muy distintas y que no necesariamente responden al cliché de cine autoral de denuncia social que estigmatizó en los grandes festivales a la producción continental de los años setenta y ochenta, coincidiendo con lo que se dio a conocer como el boom del cine latinoamericano. Sin embargo, hoy tampoco está exento de las presiones del marketing y los usos del cine comercial masivo. Al menos en México, Gerardo Naranjo siente que esta presión existe. Su película Miss Bala ha intentado ser una respuesta de artista al cine de narcos, un tema que los de la industria de Hollywood han visto como filón, con producciones que van desde las pirotecnias virulentas de Tarantino y Robert Rodríguez hasta profundas reflexiones como la de Steven Soderbergh, en Traffic, pero que los mismos cineastas mexicanos han explotado hasta empujarlo a la categoría de género. “Voy a los festivales y se habla de un nuevo cine mexicano, y yo, la verdad, no lo percibo”, confiesa Naranjo. “Hay 20 o 30 personas con una gran personalidad y creatividad, que entendieron que para hacer buenas películas tienen que ser ellos mismos, porque aquí la industria no está para ayudarnos sino para hacer dinero y no hay una aspiración de cambiar el país a través de las películas. Cada vez que emprendo un proyecto debo luchar contra la industria del dinero, donde triunfan los profesionales que quieren ser comerciales, así que eso que llaman el nuevo cine mexicano son individuos, no un movimiento. No nos sentamos nunca en un café a discutir sobre nuestra realidad y proyectos. Eso no existe”.
Emergentes
Pese a sus problemas intrínsecos, que a tono con la globalización ya empiezan a parecerse a los de todas las cinematografías del mundo, el cine latinoamericano parece ir en avance e incluso ha conseguido, en los últimos años, que salgan a flote cinematografías emergentes en países que no tienen una tradición tan arraigada como las de México, Brasil o Argentina. El cine chileno es caso notable. El año pasado ganó el Goya la producción chilena La vida de los peces, de Matias Bize, y hace pocas semanas, en el Festival Sundance, el Mejor Guión fue para la cinta chilena de Marialy Rivas Joven y alocada (que además estos días fue vista en el Festival de Berlín), y triunfó como Mejor Película Internacional Violeta se fue a los cielos, de Andrés Wood, uno de los más veteranos de la incipiente industria del cine chileno, que ahora opta por el Goya.
“La cinematografía chilena está levantándose de a poco”, opina Wood. “Lo de Sundance es una muestra y ya hay cinco generaciones de cineastas trabajando actualmente pero como en todos los países, lo más difícil son las posibilidades de financiación, especialmente en un mercado tan chico como el chileno, que tiene muy poca capacidad de llevar nuestras películas a toda América y España, donde están sus públicos naturales”. Un caso muy distinto al de cinematografías continentales más sólidas y con mayor fuerza de penetración, al menos en España, como la argentina, ya consolidada, apreciada y con un star system propio. “La financiación es siempre el gran obstáculo a sortear en cualquier parte del mundo, pero en honor a la verdad, el cine que yo hago no tiene muchos obstáculos”, confiesa Sebastián Borensztein. “En Argentina tenemos una Ley de Cine que nos ayuda mucho a costear los proyectos, y nuestro público responde, hay una valoración positiva, especialmente en las películas de género, que son las que contribuyen a consolidar una industria”.
* Las cuatro películas finalistas se pueden ver en Casa de América, de Madrid, a las 20.00 horas..
Miércoles 15. Un cuento chino, de Sebastián Borensztein (Argentina-España)
Jueves 16. Miss Bala, de Gerardo Naranjo (México)
Viernes 17. Boleto al paraíso, de Gerardo Chijona (Cuba-España-Venezuela)
Sábado 18. Violeta se fue a los cielos, de Patricio Wood (Chile-España-Argentina-Brasil)
Babelia
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