Infiltrados en la novela policíaca
EL PAÍS inaugura su cobertura especial de Barcelona Negra 2012 Encuentros digitales, entrevistas, vídeos y crónicas hasta el 11 de febrero El escritor Carlos Zanón ofrece, desde hoy, un reporte diario de lo más destacado de la cita literaria
Estoy tenso. He dejado de fumar hace nada. Por eso me pienso administrar la nueva edición de BCNegra entera. Al parecer Barcelona mata pero poco. Lo imprescindible para que aquí nos guste mucho la novela negra. En la ciudad residen 45 escritores en activo del género, según las últimas estadísticas de Cristina Fallarás. Atendiendo a la población de la ciudad tocan 0,0058 de autor troceado por entidad humana. Algunos se lo merecerían pero no daré nombres ni ideas. Del 2 al 11 de febrero. BCNegra. La convención barcelonesa del crimen literario. Una casa llena de gatos: autores, lectores, policías, editoriales, prensa, asesinos y demás gente graciosa.
Anne Perry, perros, mafias rusas, Petros Márkaris y su Premio Carvalho, homicidas ingleses, Jake Arnott, Javier Calvo, Jeffrey Deaver, Carlos Salem. Esas dos o tres preguntillas que tienes sobre la neurociencia. ¿Matas sin móvil o esperas hasta que se te ocurra alguno? Banqueros griegos, Giménez-Bartlett, Inger Wolf, Andreu Martín, Teresa Solana, asesinato entre pijos, Adler-Olsen, Claudia Piñeiro, Lorenzo Silva y una de las cinco mejores colecciones ediciones de Sherlock Holmes del mundo. Todo ello salpicado de grandes cuestiones como ¿es posible un gato policía? ¿Cabe ser nórdico y no escribir novela negra? ¿Hay vida inteligente en una revista de tendencias? No puedo más. Voy por mi parche de nicotina. Estamos en contacto: bang.
***
Barcelona es una ciudad que siempre anda con problemas de identidad. Quien me quiere, cómo me ves esta noche. Siempre planteándose desde cosas importantes -¿defensa de tres o de cuatro’- hasta fruslerías -¿somos una marca, una esencia, un plató? BCNegra no ha hecho más que añadir otra duda metafísica. ¿Es Barcelona ciudad literaria del crimen? La charla de los escritores David C.Hall, Laura Fernández, Toni Hill, Julián Sánchez y un quinto del que no recuerdo el nombre pero de fuerte atractivo sexual llegó al huevo y la gallina. Barcelona como escenario o como protagonista. La Barcelona negra es la que los escritores crean o es la ciudad que genera esa literatura y esos escritores. Un espectador pidió palabra. Se le concedió. El tipo había viajado por el mundo. Y llegó a la conclusión que Chicago, Nueva York o Marsella palidecen ante la fuerza de Barcelona Crimen. Deberían instalar test anti drogas en las puertas de las bibliotecas.
En la Capella de calle Hospital en pleno Raval, el comisario de BCNegra, Paco Camarasa abre el acto dedicado a los perros policías. Su ubicuidad hace que circulen rumores sobre que trabaja con dobles (como Jacko pero sin guante dorado). Estaré al quite. Habla de Garzón. Ya en la Edad Media la fidelidad se compraba pero no la lealtad. Nadie como un público de negra para entender que algo puede ser legal pero no justo.
La primera charla. Perros policías. Una demostración entre cajas con droga hace que un tipo salga corriendo de la sala. Mis sospechas eran ciertas. Es el tipo que el otro día postulaba BCN como la Ciudad Crimen Perfecta. Se desvanecen mitos: no hay perros yonquis tampoco estirpe aria. El cuerpo policial tiene hasta un yorksire tuerto pero de olfato leal. Vuelve la idea de perros leales, gatos a lo suyo por mucho que Chandler, la Highsmith u Oswaldo Soriano lo intentaran.
Salgo a fumar pero ya no fumo. La siguiente: Mafias Rusas. La Mafia italiana siempre tuvo grandes guionistas. Y además tenían madres y les gustaba la pasta boloñesa. Al steak tartar nunca le entendimos. Un comisario recita los nombres de las operaciones anti crimen organizado. Avispa. Troika. Mármol rojo. No está todo perdido: yorksire gueños y policías poetas.
Continuará...
* Carlos Zanón es autor de la novela policíaca No llames a casa (RBA)
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.