Maribel Verdú: "Nunca he reflexionado sobre mi carrera"
La actriz, que ha estrenado hoy película en la Seminci, recibe mañana la Espiga de Honor del festival de cine vallisoletano
Es un tópico y a la vez un hecho ciertísimo: Maribel Verdú tiene suficiente categoría como para que se la conozca con el artículo delante. Es la Verdú, al igual que otras grandes del cine español, como su admirada Amparo Rivelles, la Rivelles. Un mundo propio, 26 años de carrera, "y con nervios como toda la vida". Mañana sábado la Seminci de Valladolid le concede una Espiga de Honor por una carrera sin final. "Nunca, jamás, pienso en lo hecho. No he reflexionado sobre mi carrera, ni sobre lo que hago. Debo de ser demasiado poco intensa", confiesa entre risas.
La madrileña ha presentado hoy en el certamen de Valladolid su penúltima película, De ventana a la mía, de la debutante Paula Ortiz, y completará el fin de semana cuando mañana, en la ceremonia de clausura se reconozca su talento. "Me encanta este reconocimiento porque me lo dan en la Seminci. Cuando empecé en esto, y a lo largo de mi carrera, este festival sonaba y suena como un sitio de prestigio, lleno de buen cine europeo, de realizadores indies. Me llamaron para proponérmelo y cómo iba a decir que no. Si en esta edición estaba Nanni Moretti en la inauguración. Te llaman para esto como para el Nacional de Cinematografía o la Medalla de la Academia y solo puedes decir una cosa: gracias".
El reconocimiento a una carrera, espera Verdú, no significa el final ni el principio de nada. "Llevo 26 años en esto. Y como de ello, pero solo de ello. Quiero decir que no he vendido reportajes y no he ido cobrando a televisiones. Vivo bien, haciendo un cine distinto, que me gusta. Lo mismo un día cojo y acepto una oferta de algún blockbuster, que alguna me llega, pero paso muchos nervios. Así que... ¡para qué!".
Lo de los nervios es cierto. Esta mañana en el tren de Madrid a Valladolid, Verdú confesaba un runrún en el estómago ante la rueda de prensa de 'De tu ventana a la mía'. Esta tarde atendía a la prensa con una manzanilla en la mano ("Yo, que odio la manzanilla") para calmarse antes de la gala de estreno de la película, un drama con tres historias de amor en tres tiempos distintos y con tres mujeres distintas, a las que dan vida Verdú, Leticia Dolera y Luisa Gavasa. "Paula, la directora, tiene un talento brutal en metro y medio de estatura. Si llega a medir dos metros...", bromea la actriz sobre Paula Ortiz. "Acabar con este filme el año es un regalazo". Se refiere a estrenos, porque Verdú ya ha rodado otra película después, Fin, dirigida por Jorge Torregrosa, un thriller [taquillazo] basado en la novela homónima de David Monteagudo y ya están preparando otra obra de teatro. Así que la Espiga de Honor, más que un homenaje, suena a "sigue así".
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