Nanni Moretti abre la Seminci con una sátira sobre el Papa
La Semana Internacional de Cine de Valladolid exhibirá más de 150 películas.- Enrique González Macho, Espiga de Honor del festival
El humor ácido e irónico, la reflexión sobre los grandes dilemas humanos y un tipo de narración entre el drama y la comedia definen el cine de Nanni Moretti, uno de los directores italianos más brillantes y críticos de las últimas décadas. Su última película, Habemus papam, con un magistral Michel Piccoli en el papel protagonista, abrió en la noche del sábado la 56ª edición de la Semana Internacional de Cine (Seminci) de Valladolid. El aplauso y la complacencia, tanto del público como de la crítica, que abarrotaron el teatro Calderón, brindaron testimonio una vez más del respaldo de la sociedad vallisoletana al buen cine y a las películas de autor, que han sido las señas de identidad de este festival.
Moretti destacó, en su intervención en la gala de inauguración, que había pretendido llevar a la pantalla una original visión sobre un cónclave cardenalicio y las inesperadas consecuencias de una elección de un Papa. "Se trata de un tema doloroso y cómico, al mismo tiempo, y los espectadores tienen permiso del realizador para reír en algunos momentos", anunció el cineasta italiano justo antes del pase de su filme. No podía definir mejor su propia obra, porque Habemus papam oscila entre el esperpento y la tragedia, entre una tristeza conmovedora y unos divertidos hallazgos del guión. Moretti ejemplifica la apuesta de la Seminci por el cine de autor, ya que en Habemus papam ha escrito, interpretado y dirigido la película, como suele ser habitual en su filmografía. Seleccionada en el pasado festival de Cannes, no resultaría extraño que Moretti se alzara con uno de los premios de esta Seminci en una sección oficial integrada por 19 títulos.
Junto a la defensa del cine de autor, la Seminci se ha caracterizado siempre por el descubrimiento de nuevos valores, en especial procedentes del cine español, tanto actores como realizadores y técnicos. Ese rasgo de defensa del buen cine español fue resaltado en la inauguración por el productor, distribuidor y exhibidor Enrique González Macho, que recibió la Espiga de Honor del festival. El hoy presidente de la Academia de Cine ha recibido un total de 80 galardones para sus películas en la Seminci, pero nunca se le había otorgado un galardón personal. Tras animar a los vallisoletanos a defender su festival, González Macho confesó emocionado que su larga carrera debía mucho al reconocimiento de la Seminci. El presidente de la Academia de Cine no será el único cineasta que reciba una Espiga de Honor en esta edición, ya que la actriz Maribel Verdú, muy vinculada también a este certamen desde hace años, será merecedora de este premio, que vendrá a recoger. El octogenario Michel Piccoli, sin embargo, no pudo asistir ni a la proyección de Habemus papam ni podrá recoger en persona su Espiga de Honor.
Con un total de 150 películas programadas entre el 22 y el 29 de octubre, integradas en nueve secciones, la Seminci vallisoletana ha ido ampliando en los últimos años su panorámica al apostar por facetas cinematográficas importantes, pero minoritarias, como los documentales, los cortometrajes o la diversidad cultural. Con un presupuesto de 2,5 millones de euros, calificado de "digno para tiempos de crisis" por el director del festival, Javier Angulo, la Seminci cuenta con el respaldo de las instituciones locales y regionales y con el apoyo, asimismo, del Gobierno central a través de los ministerios de Cultura y de Asuntos Exteriores y Cooperación. Las largas colas ante las taquillas de los cines, durante las mañanas o las tardes; la abundante presencia de expertos y aficionados de fuera de Valladolid; y la calidad de muchas películas seleccionadas, demuestran que a pesar de su más de medio siglo de vida, la Seminci goza de buena salud.
Babelia
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