El Centro Niemeyer demanda al Principado de Asturias por no aceptar la reforma de sus estatutos

Un paso más lejos de reconciliarse y otro más cerca de la guerra. La pelea entre los gestores del Centro Cultural Niemeyer de Avilés y el Gobierno de Asturias añadió ayer otro elemento a la escalada de polémicas que siguió el anuncio del cese temporal de la actividad del centro el pasado 1 de octubre, seis meses después de su apertura. Los responsables del organismo presentaron una demanda contencioso-administrativa contra el Principado por no aceptar la modificación de sus estatutos.

El director general de la Fundación, Natalio Grueso, y el secretario general, José Luis Rebollo, afirmaron en una nota de prensa que la resolución con la que el consejero de Cultura de Asturias, Emilio Marcos Vallaure, rechazó la reforma "únicamente es recurrible ante los Jueces y Tribunales a través de un procedimiento contencioso-administrativo". Según Grueso y Rebollo, "de no recurrirse, la resolución se haría firme e inamovible, dejándose sin efecto por una decisión del Principado de Asturias la del propio Patronato al que pertenece y a favor de la cual votó el propio Principado".

La nota recuerda, a este propósito, que la modificación se aprobó "por unanimidad de todos los presentes, entre los cuales se encontraban el Principado de Asturias y el Ayuntamiento de Avilés". Por tanto, la demanda "es un derecho fundamental a la vez que la única manera de que tanta discusión se termine de la forma más correcta desde un punto de vista legal, que es la resolución de un juez independiente".

La suspensión de las actividades del Niemeyer se debe a dos disputas entre la Fundación y el Principado. La primera afecta a la cesión de los edificios del centro, que el anterior Gobierno asturiano, presidido por el PSOE, asignó a la Fundación durante 50 años. El nuevo ejecutivo, surgido tras el 20-N y presidido por Francisco Álvarez-Cascos (Foro Asturias) rechaza los términos de ese acuerdo y también contesta la reforma de los estatutos de la Fundación. De ahí sale la segunda razón de la pelea: dicha modificación pasa la representación del ejecutivo en el patronato decuatro a tres patronos. Además, el Principado perdería la presidencia del organismo.

"Si la aportación del Gobierno es del 80%, nuestra participación en el patronato tiene que ser en la misma proporción", afirmó entonces el consejero de Cultura de Asturias, Vallaure. Rebollo en cambio sostuvo que "la aportación es de un 32 o 33%". "En 2011 el Principado aportó 1.150.000 euros, de los que 250.000 nos los hemos gastado en cosas que faltaban en el centro, así que en realidad se trata de 900.000 euros", aseguró Rebollo.