Santiago Auserón: "La gente está viendo a los artistas como unos favoritos del poder"
El músico encabeza un manifiesto sobre la crisis de la SGAE en el que se subraya que la gestión de esta entidad se ha orientado "a inversiones distintas a sus fines".- También critica "su influencia política en la aprobación de una legislación muy discutida acerca del canon digital"
Santiago Auserón, exlíder del grupo Radio Futura, ha publicado un comunicado para recabar adhesiones entre los músicos sobre la situación en la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) tras la intervención judicial del pasado 1 de julio, y abrir un debate sobre el derecho de autor. El texto dice que los músicos han sido "dañados por la actual crisis de la SGAE en varios aspectos: el posible desvío de fondos en gran cuantía, la gestión orientada hacia inversiones distintas a los fines de la sociedad y el ejercicio de su influencia política en la aprobación de una legislación muy discutida acerca del canon digital".
Todo ello "está fomentando un peligroso resentimiento de la ciudadanía contra la obra artística, que deriva de los abusos acumulados por la industria cultural y mediática". Auserón ve con inquietud que "la gente vea a los artistas como unos favoritos del poder". Asimismo, se muestra preocupado por "muchas de las cosas que se están expresando en blogs". De ahí que en el comunicado se exprese la necesidad de "mejorar el tono y calidad de los argumentos en los debates". "Hay demasiado encono y resentimiento", afirma.
Este texto, subraya Auserón, es responsabilidad suya y de Luis Cabrera, del Taller de Musics de Barcelona, celebrado el pasado día 11 de julio, con autores de pop, rock, jazz, flamenco y clásica. Ahora lo que se ha abierto "es un proceso de adhesiones al manifiesto, pero por el momento no vamos a dar los nombres de los que se han unido". El Taller de Musics "ha tenido siempre una inquietud crítica con la SGAE" en la que se siente cómodo Juan Perro, el álter ego de Auserón.
El comunicado, que puede leerse en la web de Auserón, señala que "la gestión de la SGAE", en vez de independizarse de la industria cultural, "se ha convertido en su aliada: mientras pactaba tratos de favor con las grandes corporaciones y buscaba apoyo legislativo para ejercer un control férreo sobre los usos particulares de la obras".
El derecho de autor
En el manifiesto se aboga por debatir "el significado del derecho de autor y el modo en que ha de retribuirse el uso de las obras, sin que haya que imponer a los ciudadanos un impuesto para precaverse de la copia privada". Para Auserón, la SGAE "ha sacralizado el concepto de autor, le ha dado un prestigio intocable y ha comparado la propiedad intelectual a una propiedad inmobiliaria, cuando precisamente es móvil". Este músico argumenta que "hay un derecho natural del autor, pero debe ser negociado". "No es lo mismo que una peluquería ponga música a sacar beneficios por ella". Por eso, en su opinión, "en la era digital, el usuario solo debe pagar cuando saque un dinero con esa música". Mientras que en el caso del "uso y disfrute de archivos digitales", Auserón se muestra cauto y abierto al debate: "Es algo que debe ser discutido, que necesita la reflexión de autores, productores y legisladores". Porque, pone como ejemplo, "para los grupos jóvenes que no tienen salida en los medios o en el circuito de conciertos, la única posibilidad de difundir su obra es a través del copyleft" (la cesión gratuita de derechos) en webs en las que puedan descargarse sus canciones.
Por contra, expone la situación generada por la sociedad de gestión, que ha convertido "el derecho de autor en un objeto de especulación financiera" hasta el punto de "dedicarse la propia SGAE a la inversión en patrimonio inmueble, canalizando una parte sustancial de las recaudaciones en una dirección que tiene poco que ver con el objeto de la sociedad". Auserón sentencia, lapidario, que "cuando hay fondos que no se controlan, se desvían".
En cuanto a la responsabilidad que tiene el Ministerio de Cultura en los desmanes descubiertos en la sociedad, el texto indica que la entidad mantiene con este departamento "unas relaciones que comprometen su independencia". "El Ministerio, por ausencia de legislación efectiva, se declara oficialmente al margen, pero en la práctica ha pactado con la SGAE las líneas generales de su funcionamiento", afirma el comunicado. "Como ciudadano, la percepción es que Cultura no ha querido intervenir en este tema", afirma Auserón.
Su conclusión es que la sociedad de gestión de derechos de autor "debe limpiar su imagen". En el texto se afirma que "debe ser refundada, o sus estatutos cambiados". La crítica es demoledora: "su sistema de representación tiene graves deficiencias que favorecen la especulación y la acumulación de poder. Concede votos a cada autor según el volumen de su recaudación". "En la SGAE se acumulan cuantiosos fondos no asignables a una obra precisa, que se reparten proporcionalmente, según el número de votos. El sistema de representación está así viciado por el sistema de recaudación y reparto. Favorece los intereses de una minoría de socios, dejando en sus manos todas las decisiones".
Finalmente, sobre el canon digital, es decir, la tasa que se aplica a los medios de grabación y cuya recaudación va a los autores para compensar las copias que se puedan hacer de ese trabajo en el ámbito privado, Auserón lo considera "obsoleto". "Cada obra debe recaudar según sus usos reales, no que las televisiones y radios lleguen a un acuerdo con la entidad de gestión de derechos para pagar una cantidad".
Rebelión en la junta
Por otra parte, los músicos Teo Cardalda e Inma Serrano, miembros de la junta directiva de la SGAE, han remitido una carta a la ministra de Cultura y a la comisión rectora de la entidad, a la que se han adherido otros cinco miembros de la junta, en la que subrayan que esta carece de facultades para convocarles y determinar un orden del día. La delegación de facultades de la junta directiva en esa comisión rectora, cuyas propuestas son una "mera recomendación", afirman, sirve "para llevar la gestión ordinaria de la sociedad, dotarse de un presidente y crear una investigación interna sobre los hechos".
"Pues bien -concluyen-, a la fecha no tenemos constancia de que se haya nombrado presidente, lo que les convierte en órgano extra estatutario e incompleto, situación que deberían remediar o someterse a las decisiones de la Junta Directiva al respecto". Los otros miembros de la junta adheridos a esa carta son Santiago Moncada, Pascual González, Queco Ruíz, Mikel Erentxun y Alberto Comesaña.
El último capítulo de la crisis de la SGAE, desencadenada a raíz de la intervención judicial ordenada por el juez Pablo Ruz el 1 de julio, es la convocatoria de otras elecciones. En las celebradas el 30 de junio consiguió todos los puestos en la junta directiva la lista continuista de la gestión de Teddy Bautista, apartado de sus funciones como presidente del consejo de dirección por la comisión rectora nombrada el 12 de julio. Bautista y otros dirigentes de la SGAE fueron detenidos por orden del juez Ruz. Precisamente, mañana jueves está previsto que se reúna la junta directiva de la entidad -salida de los comicios del 30 de junio- para tomar las decisiones que aboquen a la celebración de elecciones. Antes, en septiembre se celebrará una asamblea extraordinaria que elegirá una comisión de refundación que modifique los actuales normas electorales y amplíe la "base democrática de participación", ya que hasta ahora solo pueden votar unos 8.000 de los 100.000 socios de la SGAE.
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