El mundo, escenario principal de Sónar

Algunos festivales españoles han optado por crecer hasta los límites que permiten las costuras de su recinto. Otros, como Sónar, han preferido tomar el mundo como traje y expandir el paño a nivel global. Así, el evento barcelonés, que este año celebra su 18ª edición, ha tomado como sedes para versiones reducidas del festival a Chicago, Tokio, Londres y A Coruña (donde este año se consolida en las mismas fechas el gémelo de Barcelona). Pero la última expansión por el mundo de la marca se llama Sao Paulo y consiste en organizar un festival mimético al de Barcelona en la ciudad brasileña en el primer semestre de 2012. El socio de la empresa catalana será la productora Dream Factory, del organizador de Rock in Rio, Roberto Medina.

"Era un proyecto que acariciábamos desde hace tiempo y queríamos encontrar la manera adecuada de volver a Brasil", explica el codirector de Sónar, Ricard Robles, en referencia al evento que la marca organizó en 2004 en la misma ciudad. "Brasil atraviesa un momento de euforia y tiene una actividad apabullante. Por eso buscamos un socio a la escala del país, pero sin perder de vista la esencia de Sónar", añade. Por eso, el contenido artístico se diseñará desde Barcelona, y el socio brasileño desarrollará la producción, logística y comunicación. El asunto está en ver como se conserva la identidad en la fusión con una empresa que basa casi el 100% de los ingresos de sus eventos en la invasión publicitaria en sus recintos del festival. El formato del evento brasileño será de tres días, con actuaciones desde la mañana hasta la madrugada en un único recinto.

La idea de expandir la marca comenzó en 2001 al recibir propuestas de eventos en el extranjero para aportar un plus uniendo algunas actividades programadas por Sónar. Siempre unidas al binomio música/tecnología. Las primeras propuestas fueron Tokio y Hamburgo. Luego apareció la idea de Londres; pero la capital inglesa, copada ya de propuestas musicales, sirve al festival como presentación en el extranjero de lo que será el Sónar de verano en Barcelona. Pero, ¿cuál es el límite de crecimiento? "La calidad de lo que presentemos. La capacidad de un equipo como el nuestro de trabajar con la misma entrega", señala Robles.

El crecimiento del evento en Barcelona, por dónde el año pasado pasaron 90.000 personas, ya prácticamente no da más de sí. Los organizadores, sin embargo, están a gusto con un tamaño que permite que la cita diurna esté perfectamente integrada en la ciudad y que las cifras de negocio que arrojan sean más que generosas. El festival, según un estudio realizado por Deloitte, genera unos 53 millones de euros en el P.I.B catalán. Eso son beneficios indirectos; es decir, hostelería, comercios, medios.... El festival, además, atrae cada año hasta Barcelona a visitantes de todo el mundo, que permanecen de media 5 días en Cataluña, con un gasto medio por día de unos 100 euros.

El presupuesto de Sónar, en tiempos de crisis, ha encontrado un cierto equilibrio. Este año, de los 4.057.000 euros que cuesta la edición de Barcelona, el 13,74% son fondos públicos, alrededor del 70% son recursos propios y el resto, 650.000 euros proceden de patrocinadores. En su edición gallega, sin embargo, la inversión pública tiene mayor peso y alcanza un tercio de los 1.220.000 euros que cuesta organizar el evento en A Coruña. En todos los casos, y pese a la crisis, la música avanzada y la electrónica contadas de esta forma constituyen una empresa rentable.