¿Un Portugal indiferente ante la literatura brasileña?
El novelista Joao Paulo Cuenca se queja de la mínima atención de los portugueses hacia los autores de la antigua colonia
Brasil es una antigua colonia exótica. No piensen en lugares comunes propios de postal turística. Vayan a las páginas de economía y política internacional. El gigante está a punto de ser gigante de verdad. Una potencia bufando energía por cada costura. "El Estados Unidos de América del Sur", en expresión del escritor Joao Paulo Cuenca (Río de Janeiro, 1978).
Portugal es una antigua potencia colonial venida a menos. A mucho menos. Ha necesitado un salvavidas internacional para evitar el hundimiento: últimamente la historia se empeña en escribir desde las páginas de economía. Sin duda, un país más orgulloso de su pasado que de su futuro. Hay un verso que lo dice todo: "Tengo 28 años y Portugal me hace sentir como si tuviera 800". Es de un colega de Valter Hugo Mäe (Sarimo, Angola, 1971), poeta, novelista y músico, que lo recitó en el Instituto Cervantes de Nueva York para transmitir esa sensación de angustia por la herencia recibida que parece atenazar hoy a los portugueses.
Ambos, Brasil y Portugal, mantienen una extraña relación, tal vez única. La antigua colonia carece del resentimiento que suele caracterizar a países sometidos en el pasado. La potencia venida a menos tampoco alberga sentimiento de culpa, ¿tal vez sienta algo que se parece al complejo?
Joao Paulo Cuenca cree que sí. Solo así cobra sentido lo asombroso: la escasa presencia de autores brasileños en Portugal. Algo que constató Valter Hugo Mäe en su etapa de editor: hizo la primera colección de autores brasileños de Portugal y pasó sin pena ni gloria. "Es muy raro que sea así, pero ocurre. Yo intenté difundirlos y casi me arruiné". El autor de El apocalipsis de los trabajadores (Alpha Decay, 2010) achaca esta indiferencia hacia lo brasileño como un efecto secundario de la caída en desgracia de los productos culturales que llegan de Brasil tras la inundación de telenovelas "basura". "O Globo, con sus series, son nuestro particular Berlusconi", afirmó en un debate celebrado en el marco del Festival de la Palabra. "Curiosamente todos los casos de popularidad, como Caetano Veloso, Joao Gilberto y otros músicos, son anteriores a la década de los setenta, antes de la llegada de esas telenovelas", agregó.
A Cuenca, seleccionado como uno de los mejores 39 nuevos narradores de América Latina por el Hay Festival en 2007, no le convenció la explicación. "Machado de Assis, que es básico, no se incluye entre los autores de estudio obligatorio en lengua portuguesa", criticó. Cree, además, que este fenómeno no se da con los autores procedentes de otras antiguas colonias como Mozambique o Angola.
"Las lenguas, ¿unen o separar?", había inquirido el moderado, José Manuel Fajardo, en un debate celebrado en el marco del Festival de la Palabra. En el caso de Brasil y Portugal, a día de hoy, las dos tendencias ocurren al mismo tiempo.
Babelia
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