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Reportaje:

Las 'malas madres' luchan por el Oscar

El perfil de progenitora aviesa y manipuladora es uno de los favoritos de Hollywood

Si leyésemos un hipotético manual de la madre perfecta, éste desaconsejaría tomar tranquilamente el té mientras la policía registra la casa y detiene a los hijos por robo y asesinato, pero eso es exactamente lo que hace Janine Cody en la película australiana Animal kingdom. Jackie Weaver da vida a este personaje y por su trabajo está nominada al Oscar a la mejor actriz de reparto. Comparte candidatura con Melissa Leo por The fighter donde recrea la personalidad de Alice Ward, a quien el mismo manual de la impecable progenitora aconsejaría no provocar luchas entre sus descendientes como sí lo hace su personaje. Ambas son el motor de sus familias y negocios y, si en el caso de la primera eso incluye el crimen, en la segunda implica codicia y afán de éxito. No es lo único que tienen en común, también se valen del candor y la estrategia del buen rollito cara a la galería para camuflar a dos manipuladoras emocionales de las mejores que hemos visto últimamente en el cine.

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Atípicas madres como estas dos que acabamos de mencionar han gozado de cierto éxito entre los votantes a los Oscar, mujeres que a grandes males (en su opinión) han aplicado grandes maldades como remedio. Como ejemplo de perfidia ¿qué hacer cuando tu acaudalado marido no te sigue el juego en los negocios? En La loba, Bette Davis le torturaba hasta el infarto mientras mantenía en la ignorancia a su heredera. Perdió la estatuilla ante Joan Fontaine por Sospecha.

Otro caso ¿cómo reaccionar si una hija no pasa por el aro y además no cumple las expectativas depositadas en ella? Brutalidad: Internarla en un psiquiátrico donde es violada y sometida a duros tratamientos. Es la historia real de la relación entre la actriz Frances Farmes y su madre Lillian. También es el título por el que Kim Stanley recibió una candidatura al Oscar como actriz de reparto. Curiosamente el papel de la malhadada estaba interpretado por Jessica Lange quien le arrebató el premio aunque por otra película, Tootsie.

¿Y si se fuga con el novio menos indicado? Transformarse en la versión postmoderna de la bruja de El mago de Oz y conseguir una nominación al dorado caballero: fue el caso de Diane Ladd en Corazón Salvaje de David Lynch. Sin embargo ese año Whoopi Goldberg se llevó la estatuilla dando vida a una médium a su pesar. Más despreciable: ¿qué hacer cuando el padre se encapricha de otra? Si el nuevo interés es la propia hija de ambos maltratarla psíquica y físicamente como lo hacía el personaje de Mo'nique en Precious, trabajo por el que recibió el premio de la Academia; o bien humillarla a golpe de crucifijo y propias frustraciones como lo hacía Piper Laurie en Carrie. Rechazo: ¿cómo se puede abandonar al galán de Al este del Edén cuando además lo interpreta el frágil James Dean? Jo Van Fleet logró el Oscar dando vida a una dejada madre, administradora de un burdel cuando la encuentra el descendiente que abandonó años atrás, antes incluso de que la memoria pudiese dejarle poso.

La academia también ha tenido en cuenta otras interpretaciones de madres que superadas por las circunstancias propias y sociales se salían de los cánones. Por ejemplo, las que educadas en el respeto a las normas confundían forma y fondo repudiando sutilmente al único de los dos hijos que sobrevivió en un accidente. Era el caso del personaje que interpretó Mary Tyler Moore, nominada a la estatuilla como actriz protagonista por recrear una gélida madre en Gente Corriente de Robert Redford.

También han sido recompensadas las que, al contrario que esta fría mujer, asumían el descrédito social de ser consideradas unas malas progenitoras para lograr sobrevivir: Julianne Moore recibió una doble candidatura el año 2003, como protagonista dando vida a una devota madre en Lejos del cielo, y otra como actriz de reparto por su trabajo en Las horas. En ésta segunda interpreta una mujer asediada por una vida indeseada, que no duda en dejar a sus hijos abandonados para encontrarse a si misma y así escapar del suicidio. Estos dos casos, como el de otros trabajos nominados, ya sea la alcohólica de Días de vino y rosas que compuso una inspirada Lee Remick o en menor medida la madre con sorpresa creada por Faye Dunaway en Chinatown, son mujeres que retratan el coste emocional de la maternidad.

Extraño instinto

Todas ellas muy lejos del trabajo de Anjelica Huston en Los timadores. Su personaje poseía uno de los más extraños instintos maternales que se han visto en la pantalla, en su caso nada es lo que parece. La actriz bordaba su trabajo en esta película de Stephen Frears que sin embargo perdió ante otra antológica malvada y sin hijos, la creada por Kathy Bates en Misery. Y ya que hablamos de los Oscar, la mujer que más estatuillas de interpretación ha ganado, cuatro, Katharine Hepburn, vió destacados por la academia dos trabajos en los que daba vida a peculiares figuras matriarcales. En De repente, el último verano interpreta a una vengativa madre dispuesta a conducir al psiquiátrico a una cándida (y fantástica) Elizabeth Taylor para defender la memoria de su hijo al que amaba hasta la manipulación.

Con El león en invierno se llevó el trofeo a casa (aunque nunca fue a recogerlos y solía desdeñarlos públicamente) dando vida a Leonor de Aquitania, una reina con una habilidad para la política digna de estudio, implacable a la hora de enfrentar a sus hijos entre sí, o a estos contra su padre para conservar su poder y satisfacer sus propias ambiciones. La película tiene diálogos tan maternales como el que sostiene la monarca con su hijo Ricardo:

- Leonor: "Pareces en forma. La guerra te sienta bien. Me mantengo informada, sigo todas tus carnicerías desde mi retiro, toma asiento".

- Principe Ricardo: "¿Esto es una audiencia, un abrazo y un beso de buenas noches o una emboscada?"

- Leonor: "Digamos que es una reunión".

Esta monarca según Katharine Hepburn recuerda a las dos mujeres que interpretan Jackie Weaver y Melissa Leo en Animal Kingdom y The fighter respectivamente. Las tres manipulan, tienen una muy personal visión de los sentimientos y de cómo gestionarlos, y no se sabe que es más aterradora, si su seriedad o su sonrisa. Pero al final ninguna de las tres puede renegar de ese instinto que a su manera les hace amar a la prole, aunque a veces puedan resultar unas queridas (malas) madres.

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El crítico de cine de EL PAÍS analiza uno de los estrenos españoles de la temporada: 'Primos'. Además, comenta 'The Fighter' y sus perspectivas para la Berlinale.Vídeo: P. CASADO / L. ALMODÓVAR / Á. PÉREZ

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