Los últimos visitantes del Chillida-Leku
El museo cierra sus puertas de forma indefinida con la visita de 425 personas
El museo Chillida-Leku ha cerrado sus puertas el día de Nochevieja a las 13.00 y, de momento, no volverá a abrir. En su último día, 425 personas han visitado el reciento, situado en Hernani (Guipúzcoa). Tal y como anunciaron sus propietarios el pasado día 1, el espacio cierra de forma indefinida a la espera de un acuerdo con las instituciones públicas que haga posible la viabilidad económica de este espacio dedicado a Eduardo Chillida. Además del empobrecimiento cultural que supone, sus 23 empleados se quedan en la calle.
Las instituciones vascas están convencidas de que el cierre no será definitivo y esperan que las conversaciones que mantienen con la familia del escultor vasco den los frutos suficientes para poder reabrir el museo, por el que han pasado 810.000 visitantes en sus 10 años de vida, la próxima primavera. Ese es "el objetivo" que se ha marcado la Diputación de Guipúzcoa, según dijo ayer el diputado general de la provincia, Markel Olano.
"Paciencia y discreción"
El alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, también se mostró seguro de que en primavera Chillida Leku reanudará su actividad, mientras que la consejera de Cultura, Blanca Urgell, también expresó ese deseo, aunque no se atrevió a adelantar fechas. Los representantes públicos sabían que el cierre era inevitable después de que los Chillida afirmaran que ya no podían mantener el recinto por sí solos y que su continuidad dependía de la ayuda institucional. La solución pasa ahora por encontrar una fórmula de gestión sustentada en dinero público con la que todas las partes estén de acuerdo, un camino emprendido hace meses, pero para el que los políticos reclaman discreción. La consejera de Cultura afirmó que, con seguridad, hallarán el modo de que Chillida Leku vuelva a abrir al público y que "cualquier intervención" que se acometa "estará unida al espíritu Chillida que todo el mundo conoce".
"Los términos concretos que están encima de la mesa no debemos discutirlos públicamente", señaló Urgell, quien precisó no obstante que, "por primera vez" en este tiempo, la familia del artista vasco "tiene una batería de propuestas concretas" sobre cómo se podría relacionar con las instituciones "para sacar en común el proyecto". "Paciencia y discreción", pidió la consejera.
Babelia
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