El flamenco y los 'castells', Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO
También han sido reconocidos los cantos de la Sibila mallorquines, la dieta mediterránea y la cetrería
La Unesco ha declarado esta tarde el flamenco Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura ha dado el sí esta vez al arte jondo y lo ha incluido en la lista de manifestaciones culturales que forman parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. La UNESCO rechazó en 2005 que el flamenco obtuviera esta denominación. También han sido reconocidos los castells y los cantos de la Sibila mallorquines.
El consejero andaluz de Cultura, Paulino Plata, ha señalado esta mañana desde Nairobi que, en su opinión, la elección del flamenco se "va a resolver positivamente". Y sus palabras se han hecho realidad. En la reunión de hoy de la Unesco se valoran 47 propuestas procedentes de distintos países. "Las 47 propuestas no compiten entre ellas. No se valora una en función de otra", ha comentado hoy María Ángeles Carrasco, directora de la Agencia Andaluza del Flamenco. Este organismo, cuya sede está en el céntrico barrio sevillano de Santa Cruz, es un hervidero de gente, feliz ante la recientedecisión de la Unesco. Esta mañana estaban allí presentesvarios artistas flamencos, como Fosforito, Esperanza Fernández y Manuela Carrasco.
España ha presentado este año a la UNESCO cinco candidaturas a Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Tres han sido presentadas en exclusiva por España (el flamenco, el canto de la Sibila de Mallorca y los castells catalanes) y dos compartidas con varios países (la dieta mediterránea, junto a Grecia, Italia y Marruecos, y la cetrería, junto a los Emiratos Árabes Unidos, Bélgica, República Checa, Francia, Corea, Mongolia, Marruecos, Qatar, Arabia Saudí y Siria).
El Cant de la Sibil·la se escenifica en todas las iglesias de Mallorca la noche del 24 de diciembre. Este canto se introdujo en toda Europa en la Edad Media y llegó a Mallorca con la conquista cristiana de 1229. Lo que da valor a esta tradición milenaria es la conservación de sus valores originales. Si bien la escenificación y la música han sufrido ligeras evoluciones a lo largo del tiempo, mantiene en su esencia sus características originales de la época medieval. Otro hecho destacable es su arraigo entre la población, a pesar de las invasiones culturales y de tratarse de una isla que tiene un porcentaje de turismo muy alto.
Los Castells son una manifestación festiva típica de Cataluña, de más de 200 años de antigüedad. Consiste en el levantamiento de torres humanas formadas por la superposición de diversos niveles (entre 6 y 10). Los castells son erigidos por grupos de hombres y mujeres de todas las edades, llamados collas. Los castellers lucen una vestimenta tradicional característica y cada colla se diferencia por el color de la camisa que visten sus miembros.
El levantamiento de cada castell va acompañado de una música caracterísica, interpretada con un instrumento de viento llamado gralla, que va marcando el ritmo del desarrollo de la construcción. Es habitual que el público asistente a esta clase de exhibiciones se incorpore voluntariamente a la base humana sobre la que se levantan los castells, formada por decenas de personas.
De la comida francesa a la lucha de aceite
La UNESCO también ha inscrito a otras prácticas culturales como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. En el apartado gastronómico destacan la comida francesa, la comida tradicional mexicana y la dieta mediterránea. También ha reconocido a la Ópera de Pekin, el baile ritual peruano de la Huocanada o el festival de lucha en aceite de Kirpinar en Turquía. También ha certificado el valor de la medicina tradicional china o los cantos del Gagok de Corea del Sur.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.