Davidelfin lleva la Gran Vía a Manhattan
El diseñador español presenta su colección en la semana de la moda de Nueva York.- Antes lo hicieron Custo Barcelona, Joaquín Trías y Toni Francesc
La Fashion Week neoyorquina ha tocado fin este jueves con otra maratoniana jornada de 14 desfiles. A la una de la tarde le llegó el turno a Davidelfin, el último de los cuatro españoles que ha estrenado las carpas del Lincoln Center. El epicentro de las pasarelas de Nueva York se ha desplazado este año por primera vez a de la calle 63 con Columbus, en el que se ubican la Metropolitan Opera, el American City Ballet y el auditorio Avery. La prensa local ha expresado su nostalgia por el viejo parque de Midtown y su escepticismo ante la llegada de la moda a esta especie de campus de las artes.
No fueron los rascacielos de Manhattan sino una silueta del esquinazo de la Gran Vía, la única decoración en el austero escenario de Delfín. Bimba Bosé una vez más abrió con un traje largo de vuelo con bolsillos en tono azulón, color sobre el que gira la primera parte de esta sugerente colección para hombre y mujer, en la que tirantes monocromáticos en amarillo, naranja y verde hacen las veces de andamio en la construcción de prendas lúdicas, con un toque onírico, muy en la línea de este diseñador.
Como si se tratara de distintas fases de un juego del ahorcado, la manga de una camisa desaparece, una pechera de algodón blanco en pico se sobrepone a un vestido negro palabra de honor y a una chaqueta de caballero le menguan las mangas hasta los codos.
El sofisticado aire de crucero con el que arranca esta colección evoluciona hacia el negro, manteniendo las líneas rectas y sin una concesión al estampado, hay algo de playa surrealista imaginada desde Madrid. Tautología es el título de esta colección -la cuarta que Davidelfin presenta en Nueva York- y que en las notas de presentación alude a la definición misma de este término: "Repetición de un mismo pensamiento expresado en formas distintas" o "destrucción y reconstrucción".
Custo Barcelona fue la firma pionera en llegar la cita neoryoquina con la moda. La colección que se vio el domingo fue la 27 que presenta en EEUU. La ropa de Custo Dalmau esta vez ha encontrado su inspiración en la arquitectura y las obras de Calder. Los colores se suavizaron y las prendas revisitaron la década de los setenta. Tres temporadas llevan en Nueva York tanto Joaquín Trías como Toni Francesc.
El primero mostró el domingo un estudio sobre el impacto del aire en los tejidos y el segundo exhibió el martes una colección inspirada en los bosques y la ciudad. Francesc apostó por las madera que servía como tirantes en etéreas túnicas y por tonos suaves verdes, beige, gris, arena que contrastó con el naranja en diseños con un sutil toque romano y futurista, que afirmaban el volumen mediante pliegues, mangas abultadas y capas.
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