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Hustvedt: "Los secretos de mi libro no están en el argumento"

La novelista estadounidense presenta en Barcelona 'Elegía para un americano'

Una chica dentro de un ataúd, en una granja, que, de pronto, se incorpora. Esta es una imagen recurrente que acudía a la mente de la escritora estadounidense Siri Hustvedt (Northfield, Minnesota, 1955) y que le sirvió de detonante para escribir su cuarta novela, Elegía para un americano (Anagrama), que presentó ayer en Barcelona.

Altísima, muy delgada, de manos huesudas, la esposa del escritor Paul Auster ha explicado este mediodía la génesis de su último título, con toques autobiográficos, advirtiendo a los futuros lectores que "los verdaderos secretos del libro no se encuentran en el argumento". Hustvedt se centra en esta ocasión en las vidas de los hermanos Erik e Inga Davidsen, quienes pocos días después de la muerte de su padre encuentran sus diarios de los años treinta y descubren historias que él siempre escondió. A la vez, estos dos personajes inician nuevas peripecias vitales, que comportarán la aparición de otros individuos como Miranda, vecina negra de Erik, con una hija de cinco años y un perturbado ex que la acosa.

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Unas historias cruzadas

Siri Hustvedt, hija de padres noruegos emigrados a los Estados Unidos, indica que una cuestión como la de la resurrección no la trata en esta novela como algo sobrenatural, sino como "un tema subyacente, de personas que vuelven a la vida o que se la reinventan". Reconoce, asimismo, que mientras estaba en plena escritura del relato se dio cuenta de que lo estaba sintiendo como "una tocata y fuga musical", con temas que se iban encadenando. Obra calificada de angustiante, exploradora de la soledad del individuo y del desamor, cuenta con un buen número de personajes que, antes de plasmar sobre el papel, han tenido que crecer dentro de la autora.

Personajes autónomos

Sin embargo, remarca, una vez acabado este proceso "los protagonistas de mis obras se desarrollan dentro de la novela y hacen lo que quieren", y pone como ejemplo que en esta ocasión ella estaba muy interesada en que Erik y Miranda acabaran en la cama, "pero a ellos no les apeteció. Se trata de una dimensión trágica menor", ha apostillado.

Respecto a lo que hay de autobiográfico en el libro, la autora de Minnesota dice que todos los párrafos que se han imprimido en cursiva están tomados de las memorias de su padre y aparecen tal como él las dejó. Preguntada, por tanto, si el libro le ha servido para superar el duelo por la muerte de su progenitor, ha respondido que no, "aunque me ha ayudado a digerir el dolor causado por su fallecimiento".

Ilusionada con Obama

Durante su comparecencia, junto al editor de Anagrama, Jorge Herralde, y a la editora de Empúries, Eugènia Broggi, Siri Hustvedt también ha tenido tiempo de reflexionar sobre la victoria y el posterior nombramiento de Barack Obama como nuevo presidente de los Estados Unidos.

No pudiendo reprimir un gran suspiro y una expresión facial de auténtica felicidad, la escritora residente en Brooklyn ha destacado que junto con su marido lloró el día en que el mandatario negro ganó las elecciones y la semana pasada cuando juró su cargo. "Estoy impresionada, llena de admiración. Es maravilloso. Finalmente, tenemos un presidente que es un intelectual en la Casa Blanca, y eso en un país donde el antiintelectualismo es una fuerza muy potente", ha precisado. Siendo consciente de que Obama se enfrenta a una "muy dura misión", es de las que cree que en su primera semana de gobierno "ha reafirmado derechos constitucionales y no los ha revocado, como hacía Bush".

Por otra parte, ha avanzado que está trabajando en una nueva obra, unas memorias neurológicas, en las que analiza su propio sistema nervioso y sus problemas y que llevará por título La mujer que tiembla o la historia de mis nervios.

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