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El estreno de 'Fahrenheit 9/11' sube la temperatura política en Washington

Los demócratas vitorean a Michael Moore durante el preestreno del documental, que mañana podrá verse en 900 salas de todo el país

El documental Fahrenheit 9/11 ha subido de tono la campaña electoral de Estados Unidos entre los demócratas, que aplauden su contenido, y los republicanos, que se adelantan a tacharlo de falso, antes incluso de su estreno, que se producirá mañana, viernes, en casi 900 salas de todo el país, un auténtico récord para un documental. Al margen de la polémica, la última película de Michael Moore promete ser todo un éxito, a juzgar por la multitud, encabezada por legisladores y dirigentes del Partido Demócrata, que acudió anoche a su preestreno en Washington.

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Su autor, el cineasta Michael Moore, ha asistido al primer pase en la capital estadounidense, en la que un público mayoritariamente demócrata le ha alabado y le ha vitoreado con gritos de "adelante Michael" por sus duras críticas contra el presidente George W. Bush y su Gobierno. Acompañado de su esposa, el cineasta ha celebrado la "increíble" acogida de un público "captó el mensaje". Los demócratas consideran que es un trabajo extraordinario que "desempeñará un papel importante en este año electoral", según ha señalado a las puertas del cine el presidente del Comité Nacional del Partido Demócrata, Terry McAuliffe. También allí, el senador Tom Harkin ha instado a todos los estadounidenses a que acudan al cine y no pierdan la oportunidad de ver "lo que hubo antes y lo que nos llevó a este punto, y verlo en una presentación sencilla y pura".

La Casa Blanca ya se ha apresurado a decir a través de su portavoz, Dan Bartlett, que sus acusaciones son "escandalosamente falsas". Como indica su título, Fahrenheit 9/11 mide la temperatura de la libertad en EE UU en una mezcla de documental, sátira y propaganda con el principal objetivo de impedir que Bush gane las elecciones de noviembre y logre un segundo mandato en la Casa Blanca. Moore presenta a un Bush perezoso, negligente, que no hizo caso a las advertencias recibidas en el verano de 2001 de que Al Qaeda estaba dispuesta a atacar y que reaccionó tarde y mal a los atentados terroristas del 11-S. A la hora de abordar este último punto, la película se queda sin sonido hasta que se escucha con contundencia la colisión de los dos aviones contra las Torres Gemelas de Nueva York con la pantalla totalmente en negro.

Campañas a favor y en contra

Después, Moore cronometra la lenta respuesta de Bush durante los siete minutos después de que recibiera la noticia cuando se encontraba en un colegio de enseñanza primaria en Florida leyendo un libro infantil, que además estaba al revés. También le acusa de manipular la percepción de los ataques para fomentar el temor al terrorismo y ganar el apoyo del público para invadir Irak. El documental recoge imágenes cómicas del presidente gesticulando ante las cámaras mientras prepara un discurso y critica las relaciones de su familia en Arabia Saudí, incluso con empresas vinculadas a Osama Bin Laden.

Las autoridades estadounidenses han incluido el documental en la clasificación "R", es decir, restringida a los menores de 17 años salvo que lo vean acompañados por adultos, por sus imágenes violentas y palabras subidas de tono. Pero Moore ha instado a los jóvenes a que vayan a verla y a todos aquellos que puedan estar indecisos a la hora de votar el próximo 2 de noviembre. "¿Acaso ha sido todo un sueño?", se pregunta el cineasta al principio de este filme, con el que ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes, y con el que ahora suscitará odios y pasiones, pero seguro no dejará indiferente al público estadounidense.

Distintos grupos sociales ya han puesto en marcha campañas a favor y en contra de un filme que, en general, ha recibido una calurosa acogida de la crítica. "Informativo, provocador, aterrador, convincente, divertido, manipulador y, sobre todo, entretenido", lo define USA Today, mientras que para Los Angeles Times es propaganda política pero, al mismo tiempo, "debe ser visto". La revista The New Yorker, de corte liberal, lo tacha de "incendiario y viciosamente entretenido", y señala que algunas de las acusaciones que contiene se enmarcan en un plan maestro "desenfrenado y vengativo".

Michael Moore, a su llegada anoche al preestreno del documental, que mañana podrá verse en 900 salas.
Michael Moore, a su llegada anoche al preestreno del documental, que mañana podrá verse en 900 salas.EFE
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